El diccionario Merriam-Webster fue el otro ganador en el último debate presidencial de 2016

Debido al lenguaje del candidato presidencial republicano, Donald Trump

WASHINGTON.-  El otro gran ganador del último debate presidencial anoche en Las Vegas (Nevada) ha sido el diccionario Merriam-Webster,  cuyas visitas en la web se han disparado a lo largo de la contienda gracias en parte al bombástico estilo y lenguaje del candidato presidencial republicano, Donald Trump.

Palabras inexistentes como “bigly” – presunto adverbio para algo “muy grande”- y frases como “nasty woman”, un insulto para describir a la demócrata Hillary Clinton como una “mujer repugnante”,  y “bad hombres” para referirse a los inmigrantes indocumentados, pronto se volvieron memes virales en las redes sociales.

Pero no es que los votantes necesariamente no sepan la definición de las palabras, sino que buscan un mejor entendimiento de los matices y el contexto en el que se usan.

Como explicó el diccionario en un blog anoche, la búsqueda de la palabra “hombre” se disparó en un 120,000% después de que Trump la usara, en español, para explicar sus acciones para expulsar a narcotraficantes y fortalecer la seguridad en la frontera.

Los sacaremos, aseguraremos la frontera y una vez que la frontera esté segura, en una fecha más adelante determinaremos qué hacer con el resto. Pero tenemos algunos malos hombres acá y los vamos a sacar”, prometió Trump.

La frase “bad hombres” ha figurado en el idioma inglés desde 1893, pero muchos confundieron “hombre” con la palabra inglesa “ombre” que designa un antiguo y popular juego de cartas en Europa en entre los siglos 17  y 18, o con la palabra “ombré”, que describe el proceso de fusión gradual de los colores, especialmente en tejidos.

Algunos escucharon en vez la palabra “hambre“, lo que dio lugar a incontables bromas para mandar a Trump a comer tacos.

Los partidarios de Trump han salido nuevamente a defenderlo y, en esta ocasión, aseguran que el magnate empresarial no inventó la palabra “bigly” sino que se refería a “big leagues” (“grandes ligas”),  que en sentido figurado significa hacer algo a lo grande.

Aunque las encuestas y los principales diarios del país dieron como ganadora del debate a Clinton, el diccionario Merriam-Webster ha hecho alarde en su cuenta en Twitter y en un blog de cómo ha servido como referente lingüístico en esta inédita contienda presidencial.

En la lista de las 40 palabras más buscadas en el diccionario figuran “trumpery” (algo de poco valor), “deplorable”, palabra que ha usado Clinton para describir a algunos partidarios de Trump, “cavalier” (displicente o desdeñoso), “demagogo”, “populista” y “techo de cristal”.

A lo largo de las primarias, Trump ha recurrido a un mensaje netamente populista para llegar a la masas, con un lenguaje más propio de un estudiante de cuarto grado que de un graduado universitario y con apodos e insultos contra sus rivales, todo con el propósito de sumar votos.

La táctica de usar el mínimo común denominador,  y de interrumpir o cortar constantemente a sus rivales a media frase, han sido parte de su estrategia de presentarse como el paladín del ciudadano de a pie contra el “establishment” político en Washington, y que lo llevó a la cima de las primarias hasta coronarse como candidato presidencial republicano.

Pero, a menos de tres semanas de los comicios y ante el goteo constante de pifias y controversias y una estrepitosa caída en las encuestas,  la mayoría de los expertos cree que ahora sólo un milagro lo salvaría de una catástrofe en las urnas.

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