Impulsan leyes de muerte asistida en NY

Activistas, funcionarios electos y familiares de pacientes fallecidos unen fuerzas en la Gran Manzana para que se apruebe una ley estatal para que los enfermos terminales reciban ayuda médica para morir

Miguel Carrasquillo junto a su  madre Nilsa Centeno, murió en junio pasado sin obtener la ayuda por la que tanto luchó.

Miguel Carrasquillo junto a su madre Nilsa Centeno, murió en junio pasado sin obtener la ayuda por la que tanto luchó. Crédito: Suministrada

Han pasado sólo cinco meses desde la trágica muerte de su único hijo varón y, a pesar del gran dolor y la tristeza que la agobian, la señora Nilsa Centeno no ha desistido en su lucha porque se aprueben leyes que ayuden a pacientes con enfermedades terminales a morir dignamente, en paz y sin sufrimiento.

Miguel Carrasquillo, quien vivió por varios años en la Gran Manzana, falleció el pasado 5 de junio, cuando tenía sólo 35 años, luego de haber sufrido una dolorosa, larga y agonizante lucha contra un cáncer de cerebro que lo fue consumiendo lentamente. Su madre, quien lo acompañó en todo momento, no quiere que otras familias latinas pasen por un sufrimiento similar.

“Yo me siento sola y ese vacío no lo llena nadie, pero estoy contenta porque él ya no sufre. Y eso es lo que queremos lograr para todos aquellos pacientes de cáncer terminal o cualquier otro tipo de enfermedad, que no sufran como lo hizo mi hijo”, dijo Centeno.

Por esta razón, la madre puertorriqueña se unió a la organización ‘Compassion & Choices’, que junto con el respaldo de más familiares de pacientes fallecidos, activistas y funcionarios electos, están empujando para que la Legislatura Estatal apruebe una ley que podría incluir a Nueva York dentro del pequeño grupo de estados que autorizan a doctores para que ayuden a pacientes terminales a tener la opción de morir en paz y sin dolor.

El proyecto de ley conocido como ‘Medical Aid in Dying Act’ (Ayuda Médica para Morir), que según Compassion & Choices sigue el modelo de la ley ‘Death with Dignity’ (Muerte con Dignidad) de Oregón y de leyes similares aprobadas en Montana, Vermont, Washington y recientemente en California, le daría a adultos neoyorquinos con enfermedades terminales, que estén en pleno juicio, la opción de solicitar a un doctor una prescripción para un medicamento que puedan tomar por sí mismos y les permita morir pacíficamente mientras duermen, si su sufrimiento se vuelve insoportable.

“Yo me uní a la causa porque ese era el sueño de mi hijo; lograr que se apruebe la ley de muerte asistida porque no son sólo los enfermos los que sufren sino somos todos”, señaló la hispana quien está completamente comprometida a seguir el legado de su hijo. “Él estaba postrado en una cama, desesperado, frustrado y sufriendo de mucho dolor”, añadió.

A pesar de ser una mujer muy católica, Centeno aseguró que no hay justificación religiosa para prolongar el dolor de los seres amados. “Al principio yo no estaba de acuerdo, pero mientras su condición iba progresando y veía los cambios y el sufrimiento de mi hijo le dije que sí. El me enseñó, me educó y ahora veo las cosas con respeto y con compasión”.

Otro que se unió a esta causa ha sido el señor José Garza, un exlíder comunitario del East Harlem, quien perdió a su esposa a los 60 años tras sufrir un agresivo cáncer en los ovarios.

“Una de las razones por las cuales me involucré a este movimiento es porque vi a una mujer muy sana y muy activa decaer muy rápido, especialmente luego que la operaron y le dieron quimioterapia. (…) Ya ni la conocía físicamente. Cuando murió tenía mucho dolor”, recuerda Garza al hablar de los últimos días de su esposa Nohemí, quien falleció en 2004 en Nueva York.

“Ella era muy cristiana y aunque no quería morir decía: ‘¿Por qué no viene Dios por mí? Estoy sufriendo, tengo mucho dolor’. Allí me di cuenta de que si yo estuviera en esa situación preferiría tener la opción y el derecho de decidir cómo puedo y cuándo puedo terminar mi vida. No quiero que mis hijos vuelvan a pasar por eso y por ello es que apoyo esta ley”, dijo Garza quien ahora reside en Texas.

En manos de Albany

El pasado 23 de mayo el Comité de Salud de la Asamblea Estatal, en Albany, aprobó un proyecto de ley de Ayuda Médica para Morir –A 10059-Medical Aid in Dying Act–, que será reintroducido en la sesión legislativa que comienza en enero próximo. Si el proyecto supera la oposición de algunos grupos médicos y religiosos, y es aprobado por la Legislatura, tendría que ser firmado por el gobernador Andrew Cuomo para convertirse en ley.

“Algo muy claro es que este no es un asunto partidista. Hemos hablado con miembros de la Legislatura de ambos partidos y escuchamos la misma cosa: o no han oído lo suficiente sobre el tema o han experimentado una pérdida dolorosa en su propia vida. No hay diferencia entre demócratas y republicanos cuando se trata de esto”, indicó Corinne Carey, directora estatal de Compassion & Choices en Nueva York.

Entre los asambleísta hispanos que han mostrado su fuerte apoyo a esta legislación destacan Félix W. Ortiz (D-Distrito 51) y Robert J. Rodríguez (D-Distrito 68), quienes junto a los familiares de pacientes fallecidos se han unido a la campaña realizada por Compassion & Choices.

“Esta legislación la vamos a presentar en enero y creo que vamos a tener un fuerte debate. Es un nuevo concepto y obviamente tenemos que ver el nivel de apoyo que vamos a lograr, pero estamos empujando para ver si podemos llegar a un acuerdo en el Senado y también con los diferentes grupos médicos”, dijo Rodríguez, que representa el sector del East Harlem.

Aunque lo comparó con la ley sobre el uso de marihuana medicinal, que fue muy polémica y tomó muchos años en ser aprobada en Nueva York, Rodríguez aseguró que se siente optimista en que la ley sobre la ayuda médica para morir pase en menor tiempo.

“Se tardó más de 15 años hasta que aceptamos el uso de la marihuana médica para aliviar el dolor, así que hay la posibilidad de que se pueda tomar tiempo para que acepten esta idea también, pero tenemos que seguir con mucho optimismo y mucha fuerza para empujarla y que sea aprobada”, dijo el funcionario.

Gran apoyo público

Según explicó Carey, su organización ampliará su campaña y conversará individualmente con los legisladores neoyorquinos para dejarles saber que esta es una prioridad para sus constituyentes.

“La población apoya esto enormemente. Según una encuesta de septiembre de 2015 en la que se hizo la pregunta: ¿Debería un individuo tener derecho de pedir ayuda médica para morir al final de su vida?, el 77% de los neoyorquinos dijeron que ‘sí’ inmediatamente”, dijo Carey.

La activista aseguró que aunque algunos grupos presentaron argumentos opuestos, cuando se les explicó un poco más sobre la ley y entendieron que es un derecho personal de un individuo de tener opciones cuando está muriendo, el apoyo subió a 81%.

“Hay gente de fe que no quiere que algo como esto pase, pero una vez que aprenden más sobre esto y conocen historias de personas como Miguel Carrasquillo y su madre, cambian de parecer y se sienten más cómodos con la idea”, dijo.

Según informó Compassion & Choices, aparte de Nueva York, en 2016 los legisladores en el Distrito de Columbia y 18 estados han presentado medidas de ayuda para morir en: Alaska, Arizona, Colorado, Delaware, Hawaii, Iowa, Kansas, Maryland, Massachusetts, Michigan, Minnesota, Nebraska, New Hampshire, New Jersey, Rhode Island, Tennessee, Utah y Wisconsin. Esto representa un aumento de tres veces en comparación con los que se presentaron en siete estados en el 2014: Connecticut, Hawaii, Kansas, Massachusetts, New Hampshire, New Jersey y Pennsylvania.

El ‘Brittany Maynard Latino’

Miguel Carrasquillo, un chef de 35 años exresidente de Nueva York, fue diagnosticado en 2012 con el mismo tipo de cáncer cerebral incurable que sufría Brittany Maynard, la joven estadounidense de 29 años quien acaparó la atención internacional y causó gran polémica en 2014 cuando, mediante una campaña viral, hizo pública su decisión de quitarse la vida con la ayuda de un médico, tras ser diagnosticada con un gliobastoma multiforme, un tumor cerebral agresivo y mortal.

Antes de morir, Miguel abogó valientemente por leyes que le dieran a él y a otros pacientes terminales, especialmente los latinos, la misma opción que tuvo Maynard. Por ello, el joven boricua, quien se refería a él mismo como el “Brittany Maynard Latino”, grabó sendos videos en inglés y español, a nombre de Compassion & Choices, convirtiéndose en el primer hispano en instar públicamente a los legisladores a nivel nacional a aprobar leyes para que permitieran que las personas con enfermedades terminales tuvieran la opción de recibir asistencia médica para morir.

A pesar de soportar los tratamientos agonizantes y dolorosos para tratar de curarse, el cáncer cerebral se le esparció al hígado, el estómago, los testículos y otros órganos vitales. En 2015 los médicos estimaron que Miguelito, como muchos lo llamaban, tenía alrededor de un año de vida.

Pero a diferencia de Brittany, quien pudo mudarse a otro estado para poder morir en paz legalmente, Miguel no pudo trasladarse a un lugar donde existieran ese tipo de leyes y falleció el 5 de junio en su natal Puerto Rico, justo unos días antes de que entrara en vigor en California la ley End of Life Option Act (Opción al Final de la Vida), y sin la ayuda médica por la que tanto luchó.

“Yo no tengo los recursos económicos que tuvo Brittany para moverse a un estado como California”, dijo Miguel en uno de los videos. “Tengo que vivir y morir con este dolor espantoso, con convulsiones y choques eléctricos”.

Muerte asistida no es lo mismo que eutanasia

Aunque buscan el mismo objetivo, lograr la muerte de un paciente desahuciado, son dos prácticas diferentes.
En la muerte asistida, el médico provee al paciente de la información y medicación necesaria para que el mismo paciente terminal se quite la vida cuando y donde él quiera.
En la eutanasia, es el propio médico el que inyecta la dosis letal que acabará con la vida del paciente.

Componentes clave del proyecto de ley:

  • Sólo permite a enfermos terminales calificados y adultos mentalmente capaces recibir la medicación para acabar con la vida. Dos médicos deben confirmar que el pronóstico es terminal.
  • Los pacientes deben ser referidos a un profesional de salud mental para su evaluación, si se considera necesario por parte de su médico.
  • Requiere dos testigos para dar fe de que la solicitud es voluntaria.
  • Protege al médico de su responsabilidad civil o criminal, y de medidas disciplinarias profesionales.
  • La participación de los médicos es totalmente voluntaria.
  • Permite la persecución penal para los que hayan coaccionado o falsificado una solicitud.
  • Asegura que los pagos de seguros de vida no se puedan negar a las familias de aquellos que utilizan la ley.
  • La legislación indicará que cualquier medida adoptada en conformidad con la ley no es un “suicidio” o “suicidio asistido”.

Día de los muertos

Aprovechando la tradición mexicana que celebra el Día de los Muertos cada 1 de noviembre, la organización Compassion & Choices, junto a legisladores neoyorquinos, activistas y familiares de enfermos terminales, como los neoyorquinos Miguel Carrasquillo y Nohemí Garza, realizarán este martes una ceremonia para honrar la memoria de personas que, antes de fallecer, dedicaron los últimos días de su vida luchando para abogar por leyes que les permitieran obtener ayuda médica para morir en paz, con dignidad y, sobre todo, sin sufrimiento.

“Vamos a hacer esta campaña en Nueva York durante la celebración del Día de los Muertos, como parte de los esfuerzos de Compassion & Choices de expandir nuestro mensaje hacia los latinos a nivel nacional y eso lo hacemos proveyendo información culturalmente relevante. Estamos tratando de educar al público y ayudar a los cuidadores de salud sobre la necesidad de expandir las opciones para el final de la vida”, dijo Patricia González-Portillo, directora latina de comunicaciones a nivel nacional de Compassion & Choices.

“Nuestro objetivo es asegurarnos que la legislatura estatal escuche a los latinos sobre este asunto”, agregó González-Portillo.

La ceremonia del Día de los Muertos, que contará con una procesión, encendido de velas y bailes folklóricos mexicanos, se realizará a las 11 a.m., a las afueras del Museo de El Barrio, en el 1230 de la Quinta Avenida y la esquina de la calle 104, en Manhattan.

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