¡No más maldiciones! Los Cachorros son campeones de la Serie Mundial

Con su tercer triunfo seguido, el legendario equipo completa una histórica voltereta y le recuerda a Cleveland que el que a hierro mata a hierro muere

Nadie volverá a ver a los Cubs como el simpático equipo del viejo estadio en Chicago, el del osito en la casaca y la eterna historia de debacles que alimentaron una sequía de campeonato de 108 años, realmente sin comparación en los deportes.

Los Cachorros son los campeones del béisbol por primera vez desde 1908. Se coronaron por el camino más largo y tortuoso: viniendo de una desventaja de tres juegos a uno contra Cleveland y reponiéndose luego de desperdiciar una ventaja de tres carreras ya con dos outs en la octava entrada del Juego 7.

Un doblete del siempre confiable Ben Zobrist impulsó la carrera que rompió un empate de 6-6 en la parte alta del décimo inning y el venezolano Miguel Montero, uno de los olvidados del equipo, siguió con otro hit productor para el 8-7 histórico.

Para la ciudad de Cleveland y el estado de Ohio fue un doloroso golpe en reversa tras la gloria que saborearon apenas en junio, cuando sus Cavaliers de la NBA se alzaron con el título tras estar abajo 3-1 en su serie contra Golden State. La ironía es poderosa.

Pero para ponerle fin a su famosa “maldición de la cabra” y todas las demás que muchos aficionados cuentan para entender los 108 años del equipo sin un título, Chicago tuvo que resistir sin romperse. Esa entereza hace posible que haya iniciado una fiesta monstruosa en Chicago y que un capítulo de oro haya surgido para ser relatado por 108 años y más allá.

Arriba 6-3 en la octava entrada y con dos outs, el manager Joe Maddon llamó al cerrador cubano Aroldis Chapman para relevar a Jon Lester, quien tiró tres innings en relevo. Chapman había lanzado una noche antes en lo que muchos consideraron un gasto innecesario de Maddon en la paliza de 9-3 de su equipo. Y desde el primer bateador que lo enfrentó se vio que el zurdo no venía bien.

Brandon Guyer le pegó doble para impulsar a un corredor dejado en base por Lester para poner el juego 6-4 y luego vino a batear Rajai Davis, quien le conectó hasta cuatro foules a Chapman antes de encontrarle una rápida baja y volarse la barda del izquierdo para hacer explotar a Cleveland y arrancarle, al menos por un rato, el aliento a Chicago y sus millones de fans a lo largo y ancho del país. Era el 6-6 y el aumento del drama al ver cómo una historia de debacles de los Cachorros podía extenderse un año más.

Pero en la décima, tras una breve interrupción por lluvia que tal vez le vino mejor a Chicago que a Cleveland, Kyle Schwarber abrió con sencillo contra el relevista Bryan Shaw. Kris Bryant dio largo elevado al central que permitió al corredor emergente Albert Almora llegar a segunda en pisa y corre. Anthony Rizzo fue caminado intencionalmente y Zobrist, en cuenta de 1 y 2, respondió con su rodado por la raya del izquierdo para el doble que ahora es legendario en Chicago.

Tras base intencional a Addison Russell, Montero vino a batear y sacó sencillo al izquierdo para impulsar a Rizzo con el 8-6.

En la parte baja, Carl Edwards Jr. ponchó a Mike Napoli y retiró a José Ramírez en rola al shortstop, pero de nuevo Rajai Davis volvió a darle vida a Cleveland con sencillo que impulsó a Guyer desde segunda para apretar al máximo el juego. Y tuvo que ser otro relevista, Mike Montgomery, quien completara la obra al dominar a Michael Martínez en rola débil por tercera base.

Paliza a Kluber

Los Cachorros, ligeros favoritos en las apuestas para ganar el miércoles, solo le habían anotado una carrera al abridor Corey Kluber en dos aperturas en las que el as de los Indios brilló para acercar a la tribu a su primer campeonato de Serie Mundial desde 1948.  Esa espera sumará al menos otro año.

En apenas el cuarto lanzamiento del partido, los Cachorros sacudieron a Kluber con un jonrón panorámico de Dexter Fowler que fue mucho más que una carrera; fue un golpe a la quijada de Cleveland que lo hizo retroceder y el aviso de que vendrían otros más. Era mucho pedirle a Kluber volver a controlar a una artillería tan pesada como la de Chicago de nuevo con solo tres días de descanso.

En la cuarta entrada con el marcador 1-1, Kris Bryant, en plan grande en la segunda mitad de la serie, dio sencillo. Anthony Rizzo recibió pelotazo y tras un out que avanzó a Bryant a tercera, Addison Russell rompió el empate con elevado de sacrificio al central. Luego siguió Willson Contreras con doble contra la barda del derecho-central para meter el 3-1.

El final de Kluber llegó en el inicio de la quinta con un jonrón de Javier Báez, quien había sido un out por regla hasta entonces en la serie para el 4-1. Todavía Chicago aumentó su ventaja ya contra Andrew Miller, el relevo de superlujo de estos playoffs que fue llamado por el manager Terry Francona como emergencia para detener la hemorragia.

Pero tras sacar dos outs en la quinta, Miller caminó a Bryant, quien luego con su larga zancada anotó en un sencillo de Rizzo por la esquina del derecho para hacer el 5-1 ante el delirio de miles y miles de fans de los Cubs en la casa del rival.

Cleveland se metió al partido en el cierre del mismo inning cuando en un wild pitch de Lester, que había reemplazado al abridor Kyle Hendricks, pisaron el home Santana y Jason Kipnis, éste corriendo desde segunda con gran determinación, para acercarse a 5-3. Pero David Ross, en el partido final de su carrera, le dio jonrón a Miller en la sexta para poner el juego 6-3. Luego vino el final de partido increíble que incluyó una interrupción de alrededor de 25 minutos por lluvia al final de las nueve entradas.

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