Trump ataca a la prensa para evadir escrutinio; pero, ¿qué deben hacer los medios?
La prensa tiene opciones, pero permitir el abuso de algunos de sus miembros no está entre las mejores, explican.
Como candidato, Donald Trump usó constantes ataques contra la prensa para desacreditar a los periodistas en general y distraer la atención de cualquier escrutinio a su persona, candidatura o finanzas.
Esto fue así desde el principio de su campaña. Muchos recordarán el primer debate de las elecciones primarias, cuando la periodista de Fox News Megyn Kelly lo confrontó con sus previas declaraciones ofensivas hacia mujeres y Trump contestó agresivamente, para luego referirse peyorativamente hacia la periodista por “la sangre que le salía de todos lados y de su lo que sea”.
En sus mítines multitudinarios, solía haber un momento en el cual Trump azuzaba a la multitud hacia los periodistas que trabajaban en su “celda” de prensa, llamándolos deshonestos y mentirosos. Esta periodista presenció un momento escalofriante en Las Vegas en Febrero de 2016, cuando miles de personas lanzaron insultos y gestos vulgares hacia camarógrafos y periodistas, bajo instrucciones del entonces candidato.
Como presidente electo, Trump continúa con la misma táctica, abriendo la interrogante de cómo los medios deben manejar sus intentos de evadir la respuesta a preguntas difíciles, información que no quiere revelar –sus impuestos, o sus relaciones con Rusia- y sus ataques directos a ciertos periodistas y ciertos medios.
Expertos en periodismo y medios de comunicación consultados sobre este particular indicaron hoy que la tensa relación con la prensa es parte del estilo de Trump, y como casi todo lo que se refiere al magnate, es una actitud prácticamente sin precedentes en la historia de los Estados Unidos.
“Siempre hubo tensiones entre presidentes y prensa, pero la mayoría de los mandatarios ha sido más discretos al lidiar con eso”, dijo la profesora de Comunicación de Políticas Públicas de USC Sherry Bebitch Jeffe.
Las tensiones volvieron a subir esta semana, cuando Trump realizó su primera rueda de prensa en seis meses, en medio de un escándalo sobre si su campaña tuvo o no contacto con Rusia, cuando ese país estaba supuestamente usando hackers para robar información de los demócratas y favorecer la candidatura del republicano.
Pero en vez de contestar preguntas sobre el asunto –lo que hizo poco y mal- Trump logró controlar el mensaje de la reunión atacando a varios periodistas presentes y acusándolos de publicar mentiras.
“Tú no, tú no. Tu medio es terrible. Cállate, cállate. No seas maleducado. No te voy a dar el turno de pregunta. Ustedes (divulgan) noticias falsas”, atajó Trump ante los reiterados intentos del reportero Jim Acosta de CNN de hacerle una pregunta, en la rueda de prensa celebrada en Nueva York.
Trump también atacó a la fuente online Buzzfeed por publicar íntegro un informe elaborado por un ex espía británico que detallaba presuntos contactos de su equipo con el Kremlin y espionaje de Rusia a Trump. CNN había hecho un reporte periodístico sobre el mismo hecho.
Al final, las débiles negativas de Trump respecto a contactos con Rusia, la que siguió defendiendo acusando a los demócratas de dejarse hackear, y el supuesto acuerdo para dar el control de sus compañías a sus hijos, pasaron a segundo plano y sólo se habló de su trato hacia CNN y Buzzfeed y de lo que esto significa para el futuro de su presidencia y los medios.
Marc Cooper, profesor de periodismo retirado de la Universidad del Sur de California, dijo que Donald Trump está en su derecho de no “querer jugar el juego” como los medios están acostumbrados, si bien por otra parte, está escondiendo información que el público tiene derecho a saber.
Trump, agregó, está explotando la mayor vulnerabilidad actual de los medios y estos deben decidir como responder.
“Muchos medios tienen este supuesto código de ética en el que supuestamente deben ser objetivos y no decir que alguien miente cuando es obvio que está mintiendo”, dijo Cooper. “Cuando tienes un abuso de esta naturaleza a la prensa y un desprecio del derecho del público a tener toda l información, no es objetivo ni neutral no llamar a las cosas por su nombre”.
Cooper no cree que la actitud de Trump vaya a llegar a los extremos que ocurren en otros países. “No los va a mandar a la cárcel. Pero no tengo muchas esperanzas porque los medios aquí no saben lidiar con estas cosas, están maniatados por esta idea de que deben ser “justos”.
En un post de su página de Facebook, el periodista Dan Rather, quien por años fue uno de los principales periodistas de CBS News, dijo que su actitud equivale a un “comportamiento autoritario con el que pretende intimidar a la prensa pero creo que solo nos hará ser más atrevidos”.
Agregó que tal actitud preocupa a muchas personas dentro del gobierno y del aparato de seguridad nacional y que esto significa que habrá muchas fuentes dentro de esas instituciones para que los periodistas investigadores puedan hacer su trabajo y revelar información interna sobre el gobierno de Trump.
Susan Campbell, profesora de comunicaciones de la Universidad de New Haven y periodista durante varias décadas, dijo que la prensa tiene que responder coherentemente a los ataques de Trump.
“Lo que hace Trump es una técnica de comunicación muy sofisticada, para anular la cobertura que no le gusta, los periodistas que lo cuestionan”, dijo Campbell.
“Entiendo lo complicado de ser un periodista que cubre el presidente, pero es obvio que Trump no sigue las reglas por lo que ellos también deben estar preparados para responder, por ejemplo poniéndose de acuerdo en todos hacer las preguntas que él está evadiendo”, apuntó.
Los periodistas deben recordar cuál es su trabajo, agregó la profesora. “Si no, terminaremos con un déspota que hace lo que le da la gana, los periodistas deben recordar que el Presidente trabaja para el pueblo y que el principal compromiso de ellos es con la verdad”, agregó.
Trump seguirá haciendo lo que quiera mientras su base de votantes siga apoyándole, dijo Bebitch Jeffe. “El puede seguir hablando directo a la gente por Twitter, ignorando o insultando a los medios, pero todo tiene un límite. Pero si su popularidad- que ya es baja de entrada- sigue bajando, entonces las cosas comenzarán a cambiar”.
“Cada periodista debe estar consciente de que mañana le puede tocar el ataque a él o a ella”, indicó. “Y que tienes dos opciones, retar a la autoridad o bajar la cabeza y convertirse en un instrumento de propaganda”.