La deuda y el déficit complican los planes de Trump
Los gastos por el envejecimiento de la población y los intereses de la deuda elevarán el déficit
El presidente Donald Trump ha heredado una economía relativamente estable pero las finanzas públicas tienen ante sí el reto de hacer frente a un país con elevados costos para su envejeciente población. Es algo que puede complicar las perspectivas y resultados de los recortes de impuestos y el mayor gasto público en infraestucturas que la Casa Blanca quiere poner en marcha.
Es algo que ha calculado la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO, un órgano no partidista sino técnico) que el martes hizo público una estimación que revela después de años de congelación de gastos durante la Administración de Barack Obama, si todo sigue igual la trayectoria es que el desfase negativo entre lo que el Estado ingresa y gasta se eleve fuertemente. Como resultado, “la deuda pública lleguará al mayor porcentaje sobre el PIB que ha habido desde la II Guerra Mundial. El déficit aumentará la deuda en $10 billones de dólares en una década.
El problema es el costo de las jubilaciones y los gastos médicos para las personas mayores, además del aumento de los intereses de una deuda que se disparó con los recortes de impuestos de George W. Bush y el costo de las guerras en Irak y Afganistán. Mientras tanto, se prevé apenas un modesto aumento de los ingresos.
Los recortes de impuestos que la Administración quiere poner en marcha desestabilizarán más los ingresos cuando el Estado se va a endeudar más para poner en marcha un plan de infraestructuras diseñado por el nuevo Gobierno. Los republicanos, que se negaron a esto último con el presidente Obama parecen estar dispuestos a financiarlo en esta ocasión pese a que el costo de la deuda ahora es mayor que entonces.
Con ello unen la teoría del supply side (que reza que los menores impuestos generan más crecimiento) y la keynesiana (más favorecida por los demóctatas) de insuflar crecimiento desde el estado para dinamizar el avance económico. Solo si se consigue realmente crecer y con ello suben los ingresos del estado se podrían contrarrestar las cifras rojas del estado.