Recibí noticias inesperadas

Se me apretó el pecho y consternada pregunté: “¿Doctor qué hacemos, qué sugiere usted?”

Diez después de mi cirugía, en la que me sacaron dos tumores malignos de mi seno izquierdo, me sentía energizada y deseosa de llegar a la radio para motivar a mi audiencia y contarles que todo había salido bien.

Ese lunes las líneas telefónicas se abarrotaron con llamadas de oyentes expresando la alegría de oírme nuevamente y, animándome a continuar con mucha fe durante este proceso. Antes de despedirme de la audiencia, hice una petición, “Por favor, manténganme en su oraciones porque mañana me dan los resultados de unos exámenes que confirman que todo el cáncer quedó removido”.

Desde hacía días esperaba ansiosa esos resultados, lo que no esperaba fue la noticia que me dio el doctor: “María los resultados de patología muestran otra área con cáncer en tu seno, esto es sorpresivo, especialmente porque estas células cancerosas son más agresivas que las anteriores”.

Se me apretó el pecho y consternada pregunté: “¿Doctor qué hacemos, qué sugiere usted?”, a lo que respondió: “No quiero encontrar más sorpresas, así que recomiendo una mastectomía”. Y concluyó con empatía: “Lo siento mucho, realmente no esperaba estos resultados”.

Debido a que mi madre murió de cáncer en ambos senos, contemplé mis opciones y opte por una doble mastectomía en la cual me removerán ambos senos y a la vez me harán una reconstrucción.

Cuando me tocó hablar de este inesperado diagnóstico con amigos y familiares, antes de contarles les advertía: “Tengo buenas y malas noticias, las malas son que me encontraron otra área con cáncer en el seno y tengo que operarme nuevamente”. La mayoría después de expresar su preocupación con curiosidad preguntaba: ¿Cuales son las buenas noticias? A lo que respondí sin titutbeos: “La buena noticia es que tengo mucha fe en que todo esto lo voy a superar”.

Desde que comencé esta batalla sabía que tendría que recorrer un camino lleno de piedras. Estas noticias inesperadas no debilitan mi fe en Dios, sólo agregan unas piedras más grandes a ese camino, pero al final llegaré al mismo destino que tenía planeado inicialmente; llegar saludable y libre de cáncer.

Si al igual que yo, recibes una noticia inesperada, no pierdas la fe. Para mi este diagnóstico no es una sentencia de muerte, más bien es una prueba que me hará más fuerte. ¡Gracias por sus oraciones!

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En esta nota

Bienestar Cáncer de mama María Marín

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