El béisbol bello de Puerto Rico merece la corona del Clásico Mundial
Estados Unidos tratará de impedir que la novena de la Isla logre lo que parece inminente: el campeonato mundial de béisbol
Clemente debe de estar mirando desde el cielo sonriente y orgulloso.
Todos los puertorriqueños deben de estarlo, porque su selección de béisbol no sólo se instaló en la final del Clásico Mundial programada para esta noche, sino porque el equipo boricua practica una verdadera pelota de fantasía y es un deleite verlos.
Estados Unidos es el que tratará de impedir que Puerto Rico logre lo que parece inminente: el campeonato mundial de béisbol, porque eso es el Clásico, un torneo donde todo se empieza a gestar desde el armado de cada selección; quienes lo toman en serio forman escuadras de ensueño, y quienes no, se van quedando en el camino.
Cuando Carlos Correa, estrella de los Astros de Houston y nuevo rostro del béisbol de Puerto Rico a pesar de sus 22 años de edad, ofreció gentilmente moverse a la tercera base para que Francisco Lindor, otra joven estrella de Grandes Ligas con los Indios de Cleveland, mantuviera su posición en las paradas cortas, quedó claro que Puerto Rico iba a hacer lo que fuera necesario para pelear por la corona.
La primera parte del objetivo la consiguieron: llegar a la final del Clásico, y lo hicieron ganando todos sus juegos, pero también ofreciendo un despliegue de béisbol de antología.
Es un equipo que tiene buen pitcheo, que batea con astucia y oportunidad, y que es realmento excelso cuando se encuentra en el campo a la defensiva, porque en este deporte se gana con fundamentos; con un toque de bola como el de Yadier Molina en el inning 11 de la semifinal contra Holanda el lunes, y haciendo contacto con la pelota como en el fly de sacrificio de Eddie Rosario para la carrera que los metió a la final, y no se diga con acciones de fildeo en las que Puerto Rico ya es campeón unánime con un infield completo de oro.
La final no será sencilla, pero Puerto Rico tiene el talento en sus guantes, el fuego en sus corazones, si bien en ocasiones los rivales pudieran sentirse un poco ofendidos por la emoción desbordada típica de muchos caribeños, y el hambre de darle a su pueblo la mayor alegría. La selección boricua intentará hacer historia, un premio que sería muy merecido para el béisbol de la Isla.