De cómo el miedo de James Comey inclinó la elección a favor de Trump
El director del FBI ocultó la investigación sobre los lazos del ahora presidente con Rusia, afirma NYT
El director del FBI, James Comey, fue una pieza clave en el resultado de las elecciones de 2016 al temer a todo el mundo menos a los demócratas. Crédito: Getty
El 8 de noviembre de 2016 quedará grabado en la memoria de millones de estadounidenses como el día en que lo que parecía improbable acabó sucediendo: el magnate Donald Trump fue elegido como el 45 Presidente de Estados Unidos para sorpresa de su rival, Hillary Clinton, de los demócratas y del mundo en general, que se preguntaban cómo algo así había ocurrido.
Una de las hipótesis más compartidas es que todos los que trabajaban en la campaña de la candidata demócrata estaban convencidos de que iban a ganar y se confiaron: Barack Obama, por ejemplo, no apoyó en exceso a Clinton porque no quería interferir demasiado en unas elecciones que consideraba ganadas, y el jefe del FBI, James Comey, buscaba independencia respecto a la mujer que iba a ser su próxima jefa.
Sin embargo, un articulo recientemente publicado por el New York Times da una nueva respuesta a esta cuestión asegurando que Comey no buscaba alejarse de Clinton, sino que su forma de actuar, muy crítica con la candidata demócrata, se guió por el miedo.
Uno de sus “monstruos” era, de acuerdo a The Daily Beast, la ira del partido republicano: Comey temía que, si hacía pública la investigación que el FBI estaba llevando a cabo sobre la relación de Trump con Rusia, los miembros de dicho partido podrían iniciar una verdadera “caza de brujas” contra él y su oficina si los republicanos ganaban las elecciones.
Por otra parte, el New York Times aseguró en su artículo que Comey también temía la ira de sus propios agentes, ya que, según una una investigación de The Daily Beast, varios de ellos filtraban información directamente a Rudy Giuliani, actual asesor informal de ciberseguridad de Trump, que compartía sus nuevos datos con Fox News.
Rusia también constituía otro de los miedos del director del FBI, ya que el gobierno de Putin aparentemente poseía un documento muy importante que podía perjudicarle y Comey temía que en algún momento fuera filtrado.
Solo el partido demócrata, cuyas reacciones tienden a ser mucho más moderadas que las de los republicanos, no era temido por el jefe de la Oficina Federal de Investigaciones, quien no tenía problema en calificar a su candidata como una “persona imprudente” con el fin de alejarse de las críticas que aseguraban que el FBI era demasiado permisivo con el grupo demócrata.
La “teoría del miedo” explica por qué Comey no se atrevió a hacer pública la investigación sobre la relación de Trump con Rusia pero, en cambio, no dudó en reabrir la investigación sobre los correos de Clinton 11 días antes de las elecciones sin ningún tipo de prueba y tras haberla exonerado de toda culpa en verano.
