El muro fronterizo de EEUU con México podría acabar en un tribunal internacional

La construcción del muro está poniendo a prueba la paciencia de un organismo internacional creado en 1889 para resolver disputas limítrofes entre EEUU y México

WASHINGTON.- El presidente Donald Trump insistió este martes en que no ha cambiado de parecer y construirá el prometido muro fronterizo, pero el proyecto podría llegar ante un tribunal internacional por la posible violación de un tratado limítrofe firmado por EEUU y México hace casi medio siglo.

El mandatario recurrió a Twitter hoy para precisar que no ha desistido de su promesa de construir el muro, aunque anoche aparentemente había dejado abierta la posibilidad de postergar el debate sobre los fondos.

Es que los demócratas han amenazado con bloquear fondos para las operaciones del gobierno, que agotará sus fondos la medianoche del próximo viernes, si los republicanos insisten en meter en la ley de gastos el dinero para el muro.

Sin ganas de arriesgar la parálisis del gobierno, y ante la falta de consenso o entusiasmo de algunos republicanos sobre cómo financiar el muro, la Administración Trump no parece dispuesta a exigir la inclusión del muro en la ley de gastos.

La gente camina hacia EEUU en el puente internacional El Paso del Norte en Ciudad Juárez.
La gente camina hacia EEUU en el puente internacional El Paso del Norte en Ciudad Juárez. Getty Images

Posible enfrentamiento

En todo caso, la eventual construcción del muro fronterizo, cuando ocurra, podría afrontar además una posible demanda de México que terminaría ante un tribunal internacional, si el proyecto viola un tratado limítrofe bilateral que data de hace 47 años.

El Tratado Limítrofe de 1970 delineó las divisiones territoriales entre EEUU y México, estableció los reglamentos para el manejo de recursos hídricos, y requiere que ambos países se pongan de acuerdo sobre la construcción de barreras mediante  la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA, o IBWC, por su sigla en inglés).

En declaraciones a la cadena de radio pública “National Public Radio” (NPR), Antonio Rascón, comisionado ingeniero en el lado mexicano de la CILA, afirmó hoy que si EEUU se empeña en un proyecto que obstruya el libre movimiento de las aguas del Río Bravo o su planicie aluvial, México se opondrá.

“No estamos de acuerdo con la construcción de un muro en la planicie aluvial que afecte el flujo transfronterizo del agua”, explicó Rascón, en sus primeras declaraciones públicas sobre el controvertido muro.

Rascón aclaró que México viene quejándose de las barreras instaladas en la frontera común desde 1992, desde que se instaló la primera en el sector de San Diego.

Un muro construido en las cercanías de una planicie aluvial agravaría las inundaciones durante lluvias torrenciales, según expertos, y de hecho las barreras en ciertos tramos de Arizona y Texas han ocasionado daños materiales por inundaciones durante la época de lluvia.

Si la CILA no encuentra una solución satisfactoria para ambas partes, es posible que México traslade su queja al Departamento de Estado y de ahí a un proceso de arbitraje ante un tribunal internacional.

El río Bravo (para los mexicanos) o río Grande (para los estadounidenses), provee una frontera natural entre Texas y México. Getty Images

En declaraciones a este diario, el congresista demócrata por Arizona, Raúl Grijalva, dijo que no le sorprendería si el asunto termina en una disputa internacional.

“No sorprende que el muro fronterizo pueda violar un tratado con México. Sería el daño colateral más reciente del esfuerzo de Trump por avanzar un muro desacertado e ineficiente en la frontera sur de EEUU”, dijo Grijalva.

“El muro tendría impactos significativos en el bienestar de la gente, la vida silvestre, y nuestra relación con México”, afirmó el legislador del estado fronterizo.

La CILA es un organismo internacional creado en 1889 para resolver disputas limítrofes entre EEUU y México, y está integrado por una sección mexicana en Ciudad Juárez (Chihuahua), y otra estadounidense, en El Paso (Texas).

La entidad fue instalada en esta zona porque es el punto medio de la frontera entre EEUU y México, y la separación geográfica de la línea divisoria fluvial y la línea divisoria terrestre.

Según NPR, ambos países han intentado trabajar conjuntamente en la resolución de disputas, pero la construcción del muro está poniendo a prueba la cordialidad de CILA.

El comisionado estadounidense de la CILA, Edward Drusina, dijo a este diario en un correo electrónico que, tras una revisión de un modelo hidráulico del proyecto, “no hay razón significativa para oponerse a que el DHS prosiga con la construcción del muro, si siguieron el método preciso para la ubicación y construcción” trazado.

“Cualquier futuro muro o proyectos de muro serán sometidos a un análisis de ingeniería similar”, aseguró.

Un portavoz del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) en Washington, David Lapan, dijo hoy a los periodistas que la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP, en inglés) trabaja con organizaciones no gubernamentales, terratenientes, otras entidades federales y con México para resolver disputas.

La idea es asegurar que, en el marco del tratado de 1970, las medidas adoptadas a lo largo de la frontera “tomen en cuenta las preocupaciones sobre los recursos fluviales, las protecciones ambientales, y la vida silvestre”, explicó el funcionario.

Lapan reiteró que el DHS no sabe el costo total ni las dimensiones del muro en la frontera sur, por lo que no puede entregar al Congreso un desglosado del costo final.

Por ahora, el DHS ha destinado $20 millones para la construcción de prototipos en el área de San Diego (California) en junio próximo, pero más allá de eso está a la espera de fondos del Congreso para cumplir con las órdenes de Trump.

Grijalva subrayó que el muro “no sólo no es una solución viable sino que creará más problemas”.

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