“La corrupción en la CDMX olvidó que aquí es zona de terremotos”

Vecinos recuerdan que el sismo de 1985 cobró decenas de muertes en la zona por construcciones no autorizadas

MÉXICO – Desde un kilómetro a la redonda puede divisarse que algo está mal con un edificio que se encuentra en la esquina de las calles Cholula y Baja California en la Ciudad de México: es una construcción alargada como un popote de 15 plantas de alto, sobre una base de alrededor de ocho metros cuadrados en medio de pequeñas casas.

Hace menos de un año que la empresa desarrolladora Gueto Arquitecto comenzó a construirlo sobre el mismo terreno donde antes había sólo una casa de dos pisos. Fue una sorpresa de vecinos que bien saben que en esta zona de la capital mexicana conocida como corredor Roma-Condesa el máximo de alto para construcciones permitido es de 35 metros.

“A la corrupción de los gobernantes de la CDMX se les olvidó que aquí es zona de terremotos”, lamenta Rafael Guarneros, abogado de la Asociación de Residentes de la colonia Condesa donde el sismo de 1985 se cobró algunos cientos de muertos (el número nunca se precisó oficialmente, hay quienes dicen que fueron miles) aplastados por malas construcciones.

“Ahora el  problema no es para el edificio, porque con la nueva tecnología de construcción de pilotaje los hace muy seguros; el problema es para las casas y pequeños edificios que están alrededor”., afirma Rafael Guarneros, abogado de la Asociación de Residentes de la colonia Condesa quien ha participado en la evaluación de riesgos de varias zonas de la ciudad.

“Para lograr una buena cimentación esos edificios altos buscan profundizar hasta tierra firme y al excavar drenan agua y al drenar el agua el terreno se resquebraja”.

Guarneros asegura que el responsable de obra explicó recientemente que aunque la construcción estaba autorizada sólo para siete pisos, tuvieron que aumentarle más para que “le salieran los costos del negocio”.

Este diario intentó hablar con personal de la empresa pero no hubo respuesta de la obra, mientras la construcción del edificio continúa: los abogados logran tirar todos los sellos de clausura que tras una denuncia y un juicio los vecinos logran ganar.

“Alguien de muy arriba los está ayudando”, advierte Quetzal Castro, coordinadora de vecinos de la colonia Hipódromo 2. “Hace poco enfrente de ese edificio querían quitar un parque para que el actor Bruno Bichir construyera su teatro como un regalo del delegado (una especie de presidente municipal en la capital) a su amigo”.

La corrupción para la autorización de uso de suelo es una práctica que está creciendo en la ciudad de México. En 15 años la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial de la Ciudad de México ha recibido 8,870 quejas en el tema; de las cuales, dos terceras partes corresponden a los últimos cinco años.

Uno de los permisos autorizados por la delegación Cuauhtémoc en una casa catalogada como histórica
Uno de los permisos autorizados por la delegación Cuauhtémoc en una casa catalogada como histórica.

“Hay un grupo de funcionarios encabezados por Simón Levy (director de la agencia de Promoción de Inversiones y Desarrollo para la Ciudad de México) y sus amigos que son los que presentan los proyectos y están generando muchas sospechas sobre la legalidad como el Corredor Cultural Chapultepec que no tenía nada de cultural y sí mucho de comercial, cuyos locales serían vendidos de manera privada”, afirma Castro, del comité vecinal.

Hasta el cierre de este artículo, las secretarías responsables de obras no dieron una versión.

Para Enrique Pérez Campuzano, autor del libro “Suelo de conservación del Distrito Federal: Hacia una gestión y manejo sustentable”, uno de los principales problemas para que proliferen las irregularidades en las construcciones radica en que “no se tienen marcos jurídicos eficientes y legales aplicables a todos los contextos y las sanciones a las funcionarios que corrompen los reglamentos son muy bajas”.

A inicios de año,  un juez ordenó la clausura total de un edificio ubicado en la calle Minería 88, colonia Escandón –también ubicado en zona sísmica- y multó al director de obra, sancionó al propietario con el 5% sobre el valor total y ordenó la demolición de los dos pisos excedentes.

Sin embargo, a los tres directores responsables de obra sólo se les quitó la posibilidad de trabajar con el gobierno y se les revocó su licencia. “Esto es ridículo porque, aún sin permisos los directores de obra siguen operando”, dijo Guarneros.

El abogado afirma que ante la red de corrupción que impera en la CDMX también peligran algunas casas que por su arquitectura son catalogadas como históricas y que, sin embargo, se está autorizando sólo conservar la fachada mientras, al interior, las empresas inmobiliarias levantan edificios altos y peligrosos.

“Los vecinos peleamos contra la corrupción y la ambición, pero nos vemos muchas veces rebasados”.

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