“Nanas”, la obra que lleva a las empleadas del hogar al escenario
La pieza de teatro en español y con subtítulos se preestrena el jueves y está en cartel en La Micro Theatre hasta el domingo
Muchas latinas salen de su país buscando una vida mejor y terminan trabajando en los hogares de otras familias, limpiando o cuidando a niños o a mayores, etc. Es una vida que conocen muchas personas en Nueva York y que es común con las de otras mujeres que emigran a otros países. Chile ha recibido a miles de inmigrantes de Colombia, Cuba, Haití, Perú, Ecuador y a las trabajadoras del hogar, las llamadas nanas, cuyas experiencias han sido llevadas a una obra de teatro que se preestrena en Nueva York el jueves en La Micro Theater.
La obra, “Nanas”, del chileno Leonardo González, estará en cartel hasta el 25 de junio. Bajo la dirección de la argentina Tatiana Pandiani se presentan las vidas de cuatro mujeres, Santa, Aurora, Leonor y María Angélica, sus penas, pesares, fortalezas y el orgullo que sienten por su trabajo. Tres de ellas son emigrantes y la obra explora la relación entre empleador y empleado además de la discriminación que sufren los inmigrantes.
Pandiani explica que la acción tiene lugar en Santiago de Chile, donde las nanas hacen todas las labores del hogar, cuidan de niños y mayores, hacen labores de jardinería y viven con las familias “forman parte del hogar”, no como en EEUU donde algunas familias tienen una persona a tiempo parcial.
Pese a las particularidades locales que se viven en otros lugares de America Latina, “la obra toca temas que son más amplios y van más allá de cómo se hace el trabajo, uno de ellos es la nostalgia y la distancia porque tres de ellas son inmigrantes”. En la obra, que también tiene sus momentos de humor, se habla de “lo difícil que es estar lejos de los seres queridos y que lleva más allá de si uno entiende las cuestiones específicas de Chile o la cultura latinoamericana”.
Según Pandiani, la obra también habla de género porque “el 99% de las personas que hacen este trabajo son mujeres que toman unos papeles determinados y que están o no en la descripción laboral, como el vínculo emocional con alguien que no es de tu familia”.
La directora de Nanas, que ha incluido en la puesta en escena música y danza, considera que esta es una pieza dirigida al público Latinoamericano y todos aquellos que tengan curiosidad por esta cultura. “Tiene subtítulos porque siempre me interesa abrir las puertas a quienes hablan español pero no fluidamente”. Son unos subtítulos que, según explica, ayudan también a entender algunos modismos chilenos a hispanoparlantes de otros países.
El autor, Leonardo González, basó su obra en las conversaciones que tuvo con muchas de las nanas que acudían a una iglesia. Mujeres reales a las que conoció, entrevistó, con las que pasó tiempo y según Pandiani, no solo captó la esencia de la situación en Chile sino que abre la puerta a hablar “de la mujer, la injusticia social y la esperanza”. “Me pareció que acá en EEUU, después de las elecciones se plantean muchas preguntas parecidas a esta. Hay muchas cosas en esta obra que tienen mucho que ver con lo que nos preguntamos en las elecciones. Me parecía que el contenido llegaba en un buen momento”, cuenta la directora.
Cuando los espectadores salgan del teatro conociendo a estas nanas, Pandiani espera que a la sensación de desarraigo que se ha transmitido también se una la de la esperanza de la fé y de la dignidad de un trabajo del que las nanas están orgullosas. “La fortaleza de estas mujeres y sus sacrificios son lecciones que aprender porque muchas veces son invisibles en muchas narrativas o personajes secundarios. En esta obra vemos que son mujeres grandes y ejemplos de trabajo y fortaleza”.
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