Los sueños rotos de los dueños de los medallones de taxis amarillos
Miles de inmigrantes veían en los medallones un seguro para su futuro, pero afirman que con el auge de aplicaciones como Uber hoy su negocio está cada vez peor. Proponen una commisión que emita recomendaciones a las regulaciones actuales
En 1983 y con apenas 28 años de edad, William Guerra decidió pensar en su futuro y se puso a trabajar de sol a sol para poder comprar un medallón de taxi amarillo, a fin de tener una vejez asegurada. En el 2014 los medallones en el mercado llegaron a costar $1.4 millón y el cubano se sentía tranquilo; solo esperaba que llegara su edad de retiro para empezar a disfrutar de una buena vida, pero se equivocó.
Con el auge de aplicaciones de servicio de autos como Uber y Lift, el negocio comenzó a ponerse “color de hormiga” y no solo el precio de los medallones se desplomó en casi 75% hasta menos de $250,000, sino que hoy a Guerra le resulta difícil conseguir choferes que quieran manejar el taxi. No lo quieren rentar porque ya no ganan como antes y muchos se fueron a trabajar a Uber.
“Ese era mi retiro. Nunca le cogí un peso al medallón, ni viajé ni nada. Mi vida era solo trabajo y trabajo. Ahora estoy jodido. Yo no tengo ni espalda, los ojos me los inyectan por la diabetes. Estoy enfermo y si manejo es porque ya no puedo más. Nadie coje el taxi, nadie lo compra, y si te lo compran, no te quieren dar nada”, asegura con mucha frustración el inmigrante de 62 años, subido en su Ford Victoria, modelo 2009. “He trabajado toda mi vida para no tener nada y hasta tuve que refinanciar la casa porque no podía pagar los gastos”.
Guerra le reclama a las autoridades de la Ciudad y del Estado por no haber defendido los beneficios que los medallones le daban a los taxis amarillos y permitir que las calles se llenen de autos de servicio público sin control.
“Antes para aprobar 2,000 medallones se tomaban como tres años y hacían un estudio completo. Hoy no hacen eso con Uber. Lo veo como un engaño porque compramos un sueño y unos privilegios y no nos están respetando”, dijo el taxista. “Éramos los únicos que podíamos recoger pasajeros en todos los condados de Nueva York. Los taxis negros no podían recoger en la calle, pero esta gente de Uber y esas empresas están acabando con nosotros”.
Un estudio de Morgan Stanley muestra que entre el 2015 y el 2016 el uso de taxis amarillos bajó de 84% a 65% y la tendencia parece seguir, mientras Uber aumenta.
“Yo antes me ganaba $300 o $400 diarios y ahora me hago ciento y pico, porque no hay carreras. Además nos metieron los 80 centavos que la gente ve aquí, 50 para la MTA y 30 para las sillas de rueda, y eso no va al bolsillo nuestro”, dijo. “Lo que quiero es que nos den todo lo que hemos perdido y que regulen a las aplicaciones como Uber”.
Y ante la crisis que manifiestan los 13, 587 taxis amarillos registrados ante la Comisión de Taxis y Limosinas de Nueva York (TLC), el presidente del Comité de Transporte del Concejo, Ydanis Rodíguez, aseguró que es urgente que la Ciudad adopte medidas inmediatas para que todos los servicios de autos de servicio público sigan las mismas reglas. Por ello va a presentar pronto un proyecto de ley para que todos los autos de servicio expliquen el impacto que tendrán en los vecindarios y se requiera un estudio del impacto ambiental.
“La Ciudad de Nueva York tiene la responsabilidad de asegurar que la industria de aplicaciones que tenemos siga las mismas regulaciones que tienen la industria de taxis livery, los verdes y los amarillos, porque hay otros sectores que han sumado más de 60,000 carros en los últimos años y no se le imponen las mismas reglas”, dijo el líder político, advirtiendo que no se le puede dar la espalda a los amarillos.
“Tenemos que cumplirle la promesa que le hicimos a los amarillos de tener exclusividad en ciertas áreas porque por eso fue que pagaron por sus medallones ya que vendimos un sueño que era posible con un medallón que alguien aplicara para una hipoteca, que dependiera de eso para su retiro, comprara una casa y lo que hemos experimentado es que en la comunidad latina ha habido un derrumbamiento de ese sueño”, agregó Ydanis. Al tiempo propuso que se cree una comisión independiente de expertos y economistas que emita recomendaciones a las regulaciones actuales y cambios para recuperar el valor perdido de los medallones.
Amanda Cobos, quien heredó un taxi amarillo de su esposo hace seis años cuando él murió, confiesa que tiene el mismo dolor de cabeza que otros dueños. Además de la frustración ante la caída del negocio, todavía no termina de pagar el medallón y el dinero que le da la compañía de taxis a la que se lo renta no le alcanza para pagar su deuda.
“Mi esposo trabajaba hasta 16 horas, porque teníamos que pagar ese medallón y ahora con todo esto estoy viviendo un desastre”, dijo. “Es bastante deprimente porque me siento insegura, no se que va a pasar en el futuro. De renta solo me dan $2,400 por el medallón y tengo que pagar $3,000. Si sigue eso así me va a tocar ir a dormir a la calle”, dijo.
David Beier, presidente del Committee for Taxi Safety, criticó la manera como el negocio de autos de servicios públicos está siendo manejado en la Gran Manzana ante la falta de medidas de las autoridades correspondientes.
“La caída abrupta en el valor del medallón de taxi se debe a que el campo de juego está inclinado a favor de las compañías de viajes compartidos como Uber”, advirtió el ejecutivo, al tiempo que señaló a una compañía dedicada a manejar el crédito de 3,000 medallones.
“Los trabajadores duros y propietarios de medallones se enfrentan a la ruina financiera debido a las prácticas poco razonables de Melrose Credit Union, que está exigiendo grandes pagos de capital, imponiendo altas tasas de interés, y la búsqueda de hogares como garantía”, dijo Beier. “Melrose debe actuar responsablemente, poner fin a sus tácticas de línea dura y trabajar con los dueños de medallones luchando que están dispuestos a pagar sus deudas”.
Meera Joshi, comisionada de la TLC, manifestó que el uso efectivo de la tecnología ayudará a que los taxis amarillos tengan un mejor desempeño.
“La industria de taxis de la ciudad continúa avanzando tecnológicamente, incluyendo la creación de dos aplicaciones de taxis para pasajeros que prefieren organizar un viaje a través de un teléfono inteligente. Hay una tremenda oportunidad para que tanto las empresas de larga data como las nuevas usen la tecnología para mejorar el servicio al cliente”, dijo.
Y sobre el apoyo que ha dado a los taxistas, la TLC destacó que la Ciudad ha alivianado muchas de las regulaciones más desafiantes en la industria del medallón, como acabar con el requisito de que más de 5.000 propietarios debían conducir personalmente sus taxis más de 150 turnos al año.
También destacó la ley que reduce el impuesto de transferencia de venta de medallones y la eliminación de una regla que etiquetó a casi 9,000 medallones que solo podían mantenerse de manera individual, prohibiendo a los propietarios poseer más de uno.
Datos
- 13, 587 taxis amarillos hay en Nueva York
- 60,000 carros adicionales se mueven por aplicaciones telefónicas diariamente en NY
- $250,000 es el valor actual de un medallón de taxis
- $1.4 millones llegó a ser el valor máximo
- 50,000 conductores manejan taxi en NY en varios turnos