‘Verano infernal’ en Penn Station no tan caótico como se esperaba
Los servicios alternativos de Amtrak, LIRR y NJ Transit están funcionando mejor de lo que se había anticipado
Las primeras dos jornadas del “verano infernal” que el gobernador Andrew Cuomo advirtió que vivirían los usuarios por la cancelación del 20% de los trenes en Penn Station no ha sido tan desastrosas como se esperaba.
Las ochos semanas que durará la reducción del servicio y que afectara a los pasajeros de Amtrak, LIRR y NJ Transit, comenzaron el lunes pero de manera positiva, luego que al pasar dos días no se reportaron más quejas de lo habitual.
“Tenemos que seguir vigilando todo y asegurándonos de que los trenes llegan a tiempo”, dijo el presidente de la MTA, Joe Lhota, tras sugerir a los neoyorquinos que la mejor solución para no llegar tarde a trabajar sería madrugar más.
El doble de pasajeros utilizaron la terminal Atlantic en Brooklyn entre las 6 de la mañana y las 6:30, lo que significó que miles de viajeros que utilizan el Long Island Rail Road (LIRR) se vieron obligados a seguir el consejo de Lhota. El tránsito entre Nueva Jersey y Manhattan tampoco fue tan caótico como se temía gracias a que los usuarios utilizaron las alternativas disponibles.
“Queremos pensar que ha sido un día tranquilo porque mucha gente ha hecho los deberes“, explicó Charles Ingoglia, vocero de NJ Transit.
Ingoglia también animó a los neoyorquinos a utilizar con mayor asiduidad la oferta de ferrys disponible, puesto que todavía quedan sitios por rellenar durante los viajes en la mañana.
La Agencia Metropolitana de Transporte (MTA) también quiso sorprender a los viajeros del Subway con varias alfombras con flechas con la intención de señalizar el tránsito para agilizar el transporte. Esta pequeña iniciativa forma parte del presupuesto de $20 millones de dólares que la agencia dedicó a reducir los retrasos.
“Las flechas animan a los usuarios a moverse dentro del tren y alejarse las puertas para mejorar el flujo”, según Kevin Ortiz, vocero de MTA. Sin embargo, los neoyorquinos no le ven sentido alguno.
“Si quieren arreglar el Subway, hay unas 30 maneras diferentes que cualquiera en este tren podría sugerir que tendrían más sentido que esas señales”, dijo Andrew Armato a The New York Post. “No veo ningún beneficio”.
Justin Illardo, otro vecino de Brooklyn, también opinó en ese mismo medio: “Deberían encontrar una mejor manera de emplear nuestro dinero”.