¿Cómo afectaría las habilidades del ser humano la desaparición de la escritura?

Esta actividad modificaría algunas funciones cognitivas, aunque no lo creas

Podría llegar a suceder que en un futuro muy lejano desapareciera la acción de escribir a mano para terminar siendo reemplazada por teclados y por otras herramientas en un mundo dominado por la tecnología digital. Sí, nos encantan las profecías apocalípticas, las predicciones fantásticas a corto plazo que anuncian el fin o la desaparición, en este caso, de una función tan esencial como el escribir a mano.

Es como cuando algunos postulaban hace un par de años el debate sin sentido entre el libro en papel versus el libro digital. Nos pasamos años leyendo lamentos y casi necrológicas acerca de la extinción de las librerías y de sus productos, hemos soportado cientos de notas haciendo una defensa del aroma que despide el papel de los libros leídos a conciencia, gastados por el tiempo y por la lectura activa. Pero lo cierto es que nada de eso sucedió: hoy, en la realidad, conviven los dos formatos sin conflictos aparentes entre sí. Ahora, volviendo al tema que nos convoca, no se trata de plantear aquí enfrentamientos apocalípticos: nadie dejará de escribir a mano pero sí, tal vez, en cursiva.

Cursiva versus imprenta

Entonces, el debate no es si se terminará para siempre la escritura a mano, sino qué tipo de letra se enseñará en la etapa escolar para aprender a leer y a escribir. ¿Tiene sentido insistir con la cursiva cuando en el mundo todo es imprenta mayúscula y minúscula? “Las neurociencias han estudiado mucho el proceso de alfabetización. Hay teorías que aseguran que la escritura cursiva promueve un buen proceso de alfabetización porque en algún punto, las letras ligadas entre sí tienen más relación con el proceso de hablar y de leer que la letra segmentada. Sin embargo, hay evidencia práctica, empírica, de países que no trabajan con la cursiva que tienen excelentes sistemas, por ejemplo, Finlandia y Singapur donde se trabaja con una letra manuscrita mixta normalizada”, explica la licenciada Florencia Salvarezza, directora del Instituto de Neurociencias y Educación de la Fundación INECO.

¿Cualquier tipo de escritura ordena el pensamiento?

Sabemos que cuando escribimos, ordenamos las ideas y los pensamientos para sistematizarlos en palabras y frases inteligibles. Pero nadie especifica la herramienta porque el proceso es cognitivo y no manual. Así lo explica Guillermina Tiramonti, investigadora en educación: “La escritura es la que permite una esclarecimiento de las ideas, una sistematización de ellas y un avance en el pensamiento. No la escritura a mano o con la computadora. La escritura en sí. Por mi actividad, escribo permanentemente y trato a través de esta escritura de expresar mis ideas y los resultados de mi investigación, eso lo hago desde hace ya muchos años en forma digital. Pertenezco a una generación que hizo el paso de la escritura a mano al uso de la computadora y, es en este último caso, en el que se puede ir modificando con facilidad las palabras y las frases al ritmo de elaboración del pensamiento, la que hace más evidente la íntima relación existente entre la producción de la idea y su expresión escrita”.

Lápiz y teclado: un matrimonio en capas

Una de las cuestiones cruciales de este supuesto debate entre la cursiva, la imprenta, el papel o la pantalla es el hecho de que hasta el momento, todas las generaciones fuimos alfabetizadas desde el principio a través de la letra cursiva, por lo que nuestro análisis tiende a ser sesgado debido a que no podemos concebir que los niños no vayan a aprender la pancita de la p o la colita de la a -cursivas, claro-.

Sin embargo, en cierto punto, el continuado que implica la cursiva tiene más relación con la esencia del ser humano. ¿Por qué? Porque, de acuerdo con lo que explica Marita Grillo, doctora en comunicación y titular de dos cátedras de la carrera de Comunicación de la Universidad Austral, “la cursiva tiene que ver con la ligadura, con la unión y la fluidez en el pensamiento. La imprenta pareciera debilitar esa capacidad de enlazar, de interligar las ideas. Las personas somos fluidas, no segmentadas”.

En este sentido, Eugenia Roballos y Betina Naab, del estudio especialista en caligrafía Roballos Naab y las dos docentes de la UBA, señalan que nadie puede prescindir de escribir a mano, que quizás en el futuro se utilice menos, pero que no se puede ser tan radical en relación a la supervivencia del handwriting: “a lo largo de la historia se declaró muchas veces el fin de la escritura manual y, sin embargo, siguió adelante, reinventándose con nuevos códigos y adaptando su función, su aspecto a través de nuevos soportes, herramientas y métodos”, concluyen.

Tres ideas clave sobre el futuro de la escritura

“En la actualidad, el mayor movimiento es trabajar con la imprenta mixta -mayúscula y minúscula- desde el momento cero junto con lo digital. Hoy, para ser un ciudadano del mundo, se necesita leer y escribir en imprenta mixta, no en cursiva”, Florencia Salvarezza.

“La convivencia entre escrituras es una marca de época. La escritura es una tecnología que incluye tanto la técnica como el soporte y esas tecnologías están superpuestas hoy con lo digital”, Marita Grillo.

“Los futurólogos nos están anunciando un mundo donde muchas de las actividades humanas, tanto manuales como cognitivas, estarán en manos de computadoras. Asusta un poco pero lo que importa es que, como plantea Michel Serres, los humanos estemos dispuesto a avanzar sobre estos cambios con uso más inteligente de nuestras potencialidades”, Guillermina Tiramonti.

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