Cinco razones por las cuales la comisión de “fraude electoral” de Trump es problemática y peligrosa

La comisión inició este miércoles sus labores entre severas críticas

Este miércoles tuvo su primera reunión la llamada “comisión de integridad electoral” convocada por el presidente Donald Trump luego de alegar que la razón por la que perdió el voto popular ante Hillary Clinton fue que hubo “millones de votos ilegales”, todos para ella.

El vicepresidente Mike Pence y el abogado anti inmigrante y anti voto Kris Kobach encabezan el grupo, que tiene integrantes republicanos y demócratas y que ya ha dado mucho que hablar pidiendo todos los datos de los votantes del país para ponerlos en manos de la Casa Blanca en una base de datos -algo que no existe en este país donde los sistemas de voto son descentralizados y a cargo de los estados.

A continuación desgranamos cinco razones por las cuales la comisión está siendo cuestionada y puede llegar a ser problemática y hasta peligrosa para la democracia estadounidense.

 La comisión se generó de una gran mentira

Tras ser electo el pasado noviembre a la presidencia de Estados Unidos,  Donald Trump lanzó la acusación -no acompañada de prueba alguna- de que varios millones de personas “votaron ilegalmente” y que por esa razón, Hillary Clinton había ganado el voto popular, aunque él ganó el colegio electoral. La Comisión Presidencial de “fraude electoral” fue creada por Trump posteriormente para estudiar las supuestas debilidades del sistema de votación en Estados Unidos. El encargo de Trump a la comisión es encontrar fraude de votantes en este país pero no necesariamente evaluar si hubo mano negra de los rusos en alguno de los sistemas electorales, un tema que el presidente y sus partidarios ya han decidido, no existe.

El objetivo de la comisión no parece muy objetivo que digamos.

El fraude electoral es minúsculo en Estados Unidos

Hay un vasto acuerdo cientìfico, tras numerosos estudios y análisis del voto, de que el fraude electoral es minúsculo en este país y que los casos aislados que se han verificado, no son suficientes para afectar ninguna elección a gran escala. La idea de que millones de personas muertas, o no ciudadanas, están votando o personificando a electores ha sido estudiada por numerosos científicos y descartada.

Trump mismo ha mencionado un estudio de PEW center -una ONG legítima- en el que identificaron 1.8 millones de personas muertas en las listas electorales, de lo que se apresuró a comentar que todos estos votaron por Hillary y no por él. El problema es que el estudio de PEW no decía que esos millones habían votado, sino que había que mejorar los sistemas electorales para descartar los votantes no vigentes. Por otro lado, muchos otros estudios han buscado casos de fraude y a lo largo de los años solo han podido encontrar unas pocas docenas.

Baja participación electoral si es un problema en este país

Estados Unidos es uno de los países desarrollados del mundo donde se vota menos. Es decir, la asistencia de sus ciudadanos a las urnas electorales es mucho menor que en otras naciones con sistemas democráticos de gobierno y sociedades supuestamente desarrolladas y medianamente educadas. De hecho, Estados Unidos está en el lugar 31 de 35 naciones en cuanto a peor participación electoral. Es una constante que solo el 50 al 60 por ciento de los votantes participa en elecciones presidenciales y en elecciones del congreso o locales, la participación suele ser muy inferior, entre 30 y 40% y a veces mucho menos en elecciones locales.

Nada en el mandato de Trump a su comisión tiene que ver con mejorar la participación de los ciudadanos en esta institución democrática.

Comisionados y liderazgo de la comisión son sospechosos

Al frente de la comision está -simbólicamente- el vice presidente Mike Pence, quien como gobernador de Indiana ha apoyado el mito del fraude electoral. Pence también ordenó una redada a las oficinas de un programa que ayudaba a afroamericanos a registrarse para votar, pero el resultado de la investigación, que muchos consideraron políticamente motivada, nunca se dieron a conocer.

El verdadero líder de la comisión es el Secretario de Estado de Kansas, Kris Kobach, quien tiene un récord extenso en aprobar medidas de supresión de voto y quien en su momento le dio la razón a Trump sobre su teoría de “millones de votos ilegales” para Clinton. Hace apenas un mes, un juez federal le puso una multa a Kobach por engañar y mentir a la corte en una demanda por supresión de voto que la Unión de Libertades Civiles está llevando contra él en Kansas.

La comisión, formada por un total de 10 miembros, tiene una mayoría de partidarios de la idea de que el “fraude electoral” es un serio problema en este país.

La comisión quiere todos los datos de todos los votantes del país

La comisión ya escandalizó a republicanos y demócratas en los estados, pidiendo datos privados de todos los votantes para ponerlos en manos de la Casa Blanca. En este país no hay listas nacionales de votantes, porque cada estado tiene sus sistema electoral que funciona bajo leyes federales y locales. Pero Kobach envió recientemente una carta a todos los estados pidiendo TODOS los datos, incluyendo seguro social y partido, así como récord de votaciones, de todos los votantes del país, lo que alarmó a republicanos y demócratas a cargo de las listas y generó condena popular.

Los funcionarios electorales que se oponen a esta solicitud creen que es peligroso poner los datos de todos los votantes en manos de un partido o de una Casa Blanca, y además dicen que no es seguro lo que harán con esa información, ni si los tendrán bien resguardados de posibles fraudes o manipulación.

En esta nota

Donald Trump Kris Kobach

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