Mujer de Harlem muere tras inyectarse el trasero para parecerse a Kim Kardashian
Latesha Bynum fue trasladada al hospital 12 días después de la intervención en estado de muerte cerebral
El deseo de parecerse a un personaje famoso puede convertirse en una obsesión con consecuencias fatales, y Latesha Bynum, una residente de Harlem de 31 años, es un claro ejemplo de ello.
En un intento por parecerse a Kim Kardashian y conseguir su prominente trasero, la neoyorquina decidió acudir al mercado negro para inyectarse una sustancia que, según le dijeron, aumentaría el tamaño de sus nalgas. Dicho procedimiento, sin embargo, terminó siendo una trampa mortal que acabó con su vida el pasado viernes.
Según fuentes de la Policía y del Departamento de Salud la Ciudad, Bynum, madre de dos hijos, se sometió a la precaria intervención el pasado 15 de julio en un apartamento de Manhattan situado en East 21st Street cerca de la Primera avenida en Gramercy Park.
Tymel Bynum, hermano de la víctima, aseguró a CBS New York que su hermana siempre estuvo en manos de doctores legítimos que ya le habían tratado en el pasado: “Tenían licencias y se suponía que sabían lo que hacían. Es un incidente muy trágico”.
En un principio todo parecía normal tras la intervención y la neoyorquina no dudó en subir varias fotos de su nueva figura a su cuenta personal de Facebook; sin embargo, al cabo de 12 días, Bynum, quien habría cumplido 32 años el pasado domingo, comenzó a sentir mareos y un intenso dolor en el pecho, por lo que el pasado jueves decidió llamar al 911 alrededor de las 11 p. m.
Nada más llegar al apartamento de la joven, los servicios de emergencia la trasladaron al Hospital Mount Sinai St Luke’s, donde se certificó su muerte cerebral y se le desconectó de las máquinas que le mantenían con vida al cabo de unas horas.
Michael Desouza, uno de los residentes del edificio en el que se encuentra la “consulta médica” a la que acudió Bynum, compartió su incredulidad con el New York Post: “Conozco a varias personas en este bloque y jamás pensé que alguien pudiera hacer algo así. Todos los que vivimos aquí somos gente buena y amable”.