Samuel L. Jackson: “Fue fantástico trabajar con Ryan Reynolds”
Los actores forman una curiosa pareja de sicario y guardaespaldas en la comedia de acción "The Hitman’s Bodyguard"
LOS ÁNGELES – “I am harm’s way” (Yo soy el peligro).
Así contesta el asesino a sueldo Darius Kincaid al mejor guardaespaldas del mundo, Michael Bryce, cuando éste le informa de que su trabajo es protegerle “del peligro” hasta que logren llegar al tribunal de Derechos Humanos de La Haya, donde Kincaid tiene que testificar contra el dictador de un país de Europa del Este.
El guardaespaldas es Ryan Reynolds. El sicario, Samuel L. Jackson. La peculiar pareja protagoniza “The Hitman’s Bodyguard”, que se estrena el viernes 18 de agosto y ha sido mal recibida por la crítica, pero que no deja de ser una película entretenida con dos actores en un gran momento y una Salma Hayek con la boca más sucia de su carrera.
Durante la promoción del film en Los Ángeles pudimos hablar con Jackson, que a sus 68 años no parece tener planeado alejarse del cine de acción.
Pregunta: ¿Qué le atrajo a este personaje?
Samuel L. Jackson: Me gustan las comedias de acción y ésta sonaba como una gran idea. Me gustaba ver a Ryan (Reynolds) y siempre pensé que sería divertido trabajar con él en una película. Fue fantástico. Y luego me dijeron: “Creo que vamos a conseguir a Salma Hayek para el papel de tu esposa”. Y las localizaciones…
P.: Filmaron en Amsterdam…
S.L.J.: Amsterdam, Londres, Sofía… De las últimas ocho películas que he hecho, seis se rodaron en Londres, así que estoy acostumbrado a estar allí. Pero nunca había estado en Sofía, eso estuvo bien. Y luego manejar una lancha rápida en los canales de Amsterdam…
P.: ¿De verdad manejaba usted la lancha?
S.L.J.: ¡Sí, sí! Tomé clases en Londres. Me llevaron a un lago y aprendí a manejar una lancha de alta velocidad, así que insistí en hacerlo durante el rodaje. No sonaba tan peligroso. Fue muy divertido.
P.: Nada más empezar le disparan y tiene que cojear durante toda la película. ¿Es incómodo o más difícil actuar así?
S.L.J.: No, sólo tienes que acordarte, jaja. Tienes que recordar cuál es la pierna. Tenía un vendaje y sangre, así que lo sientes y eres consciente todo el rato de que está ahí. A un actor siempre le gusta tener alguna pequeña cosa como ésa que te mantiene concentrado. Te ayuda a mantenerte en el personaje.
P.: ¿Hubo buena química con Ryan Reynolds? Algunos diálogos son muy divertidos.
S.L.J.: Nuestros sentidos del humor son totalmente opuestos. Él es listo y sarcástico; yo soy más vulgar, así que el humor combina de una forma interesante. Es fantástico tener a un tipo como Darius (su personaje) que se supone es un asesino a sueldo loco y está totalmente atado a la relación con su mujer, y sabe qué es lo que hace que una relación funcione y por qué, algo de lo que el otro tipo no tiene ni idea.
P: Hay una escena en que ambos están cantando, cada uno una canción diferente para molestar al otro…
S.L.J.: ¡Salió de repente! Yo me inventé la mía en mi cabeza y ahora es una canción completa en la banda sonora. El guion decía “blues” y me inventé algo. Les gustó tanto que me pidieron que escribiera la canción entera y ahí está al final de los títulos de crédito.
P.: Salma Hayek interpreta a su esposa… Yo nunca había escuchado a Salma decir tantas malas palabras…
S.L.J.: ¡Jajajaja! Ella está fenomenal en esta película, más aún si se tiene en cuenta que sólo trabajamos un día juntos durante el rodaje, en la escena del bar. Luego ella tuvo que hacer todo el resto de trabajo por su cuenta en la celda de una prisión. Y logra hacer creer que nuestra relación es tan sólida como se cuenta, gracias a lo que ella dice y cómo responde al caos que se genera alrededor de mí. Es fantástico.
P.: Después de tantas películas y años de carrera, ¿qué busca en un nuevo proyecto?
S.L.J.: Los pintores se levantan y pintan. Los escritores se levantan y escriben. Yo me levanto y actúo. Eso es lo que hago. Es mi medio artístico. Tengo la suerte de que puedo elegir cuándo y en qué quiero trabajar y cuándo no quiero trabajar. Y elijo ir a trabajar más veces que las que no voy. Disfruto el trabajo y trato de seleccionar trabajos que vayan a ser divertidos, que me parezcan interesantes y que se vayan a realizar en lugares interesantes, con suerte. Me gusta explorar y pasármelo bien con la gente.