La Víbora: Para vergüenzas, los Trump
A nuestra serpiente comentarista de entretenimiento no se le escapa nadie
Todas las mañanas me levanto, miro por la ventana –me gustaría decir que me tomo mi café, pero no me gusta–, respiro y pienso, “Hoy pasará algo bueno con los Trump, hoy pasará algo bueno con los Trump”. Así como dice la Ley de la Atracción, pues, que si lo decretas sucede.
No, no son santo de mi devoción, ni dios lo quiera. Todo lo contrario. Pero siempre amanezco con la esperanza de que un rayo de inteligencia, aunque sea mínimo, ilumine la cabecita de pelos de elote de nuestro Presidente (que conste que yo no lo elegí).
Pero tal parece que mis ruegos son en vano, como que se pierden en el espacio sideral. Y cuando no es Donald el que mete la pata, es alguien más de su familia. Es un patrón desde que esa prole llegó a la Casa Blanca. Y bueno, pues quien ahora está en el ojo del huracán es Melania, la antipática y mustia esposa de nuestro presi. ¿Ya saben por qué, verdad? Pues si no lo saben se los digo: por el tan inapropiado atuendo con el que salió la primera dama a Houston, a propósito de su visita a las zonas afectadas por la tormenta Harvey.
O sea, ¿zapatillas de tacón súper estilizadas, chaqueta de moda, lentes de aviador, peinado como para una sesión de fotos, maquillaje perfecto, para un recorrido “oficial” de ella y de su marido a una ciudad que está pasando por las de Caín? Really, Melania?
¿Es que en su equipo de asesores, porque sé que lo tiene, no hay una mente medio lúcida que le diga a esta señora qué atuendo usar cuando tiene que ir a una zona en desgracia? ¿Alguien que le diga, ‘Melania, olvídate de poses y del look; aunque sea nomás para la foto, finge que estás consternada por la gente que está sufriendo en Houston ahora’. Pero no, ella iba como para un desfile de modas. De verdad qué patética su actitud, que solo demuestra que su distancia de la realidad del país está tan alejada como el piso en el que habitaba en la torre Trump.
En cosas menos tristes, yo a veces pienso que a Kate del Castillo se le van las cabras a la cabeza. Pero de que es lista, es lista. Ahora se sabe que va a lucrar con el acontecimiento que la puso en la mira del mundo entero: su fatídico encuentro con El Chapo Guzmán.
Resulta que Netflix le pagará a la actriz por contar con pelos y señales cómo fue la reunión con el entonces capo más buscado de México y Estados Unidos. Pero me pregunto, ¿hay algo más además de todo lo que ya relató? Como que ya es un tema muy sobado. Pero bueno, seguro los milloncitos que se echará la artista en la bolsa lo ameritan. Yo por mi parte, no tengo ningún interés en ver ese documental.