“No problem NY”

“Rosita vete mi hija donde la vecina y busca un poco de sal que se me acabó y ahora es que voy a mitad del guiso” ¿Cuántos de nosotros recordamos esos mandatos? ¿Cuantos de nosotros fuimos cuidados por una vecina mientras nuestros padres estaban trabajando? Había algo en esa etapa de nuestra vida que no nos apuramos en entenderla, pero si nos marcó como pueblo, la hermandad. Ahora nos ocupamos de añorarla.

La capacidad de convivir como parte de una misma sociedad en hermandad nos hace falta cada día que pasa en NYC. Pero aun puedo percibir algunos focos disidentes mientras camino por la avenida Saint Nicholas, cuando camino por la 165 Street, 178, 183, en Brooklyn, Queens, en algunos lugares están las acciones disidentes.

Ellos, los disidentes se esfuerzan por mantener vivas las tradiciones de convivencia en hermandad y están en peligro de extinción. Observo algunos que juegan dominó y ponen alguna que otra bachata en el carro parqueado desde hace seis días y mañana le toca moverlo porque es día de limpieza.

Cuando llega el día de limpieza el barrio se pone de acuerdo, ocupan espacios poniéndose de pie para guardar el espacio a un vecino que viene subiendo por Amsterdam. Observaba en el Subway como en la fila para entrar, le di paso a una señora para que entrara antes que yo, y me miró con cara de extrañeza. Y me he puesto de pie varias veces cuando veo una dama de pie, pero me responden con un “Thanks”.

Logro comprender que es el sistema que empuja a los habitantes a ser aún mas individualistas, a meterse más en lo que debe de importante como en tu propio presupuesto. Y créanme que he conocido gente que vive en la pobreza en NYC.

¿Y cómo podemos nosotros ayudar a atacar el sistema que convierte a multitudes en seres solitarios? Siendo disidentes, disentir es un derecho que nos asiste. Porque llevamos costumbres que bien pudieran convivir con las leyes de la ciudad y nos puede hacer más felices y humanistas.

El poder saludar sin temor a que no te saluden nos hace más humanos y diferentes (sobre todo disidentes).

La disidencia debe ser consciente y respetar el derecho que tenemos todos en vivir en paz, así que cuando nos entre el espíritu disidente para escuchar Radio, Por favor que la disidencia no nos convierta a todos en indeseable e irrespetuosos, recordemos que hay personas que necesitan paz, así que ponga el volumen bajito por favor, sin no lo hace, la ciudad tiene sus leyes y las aplica.

-Carlos Alfredo Fatule es residente en la ciudad de NY donde  es maestro y director de teatro

En esta nota

Nueva York

Suscribite al boletín de Noticias

Recibe gratis las noticias más importantes diariamente en tu email

Este sitio está protegido por reCAPTCHA y Google Política de privacidad y Se aplican las Condiciones de servicio.

¡Muchas gracias!

Más sobre este tema
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain