Hay quienes sufren de vejiga tímida

La llamada paruresis es la segunda fobia social más común después del temor a hablar en público

Parecería mentira, pero es real: algunas personas no pueden orinar en los baños fuera de su casa, debido a que esto les  genera temor, vergüenza y ansiedad.

Hablamos de la paruresis, más conocida popularmente como el síndrome de la vejiga tímida o retención urinaria psicogénica, que consiste en un tipo de fobia o trastorno social en el que la persona que la padece es incapaz de orinar en un baño público al sentir que podría ser observada por otros de forma real o no.

El término paruresis se dio a conocer por primera vez en la década de los 50 por G. W. Williams y E. T. Degenhardt , como resultado de una encuesta efectuada a 1,419 estudiantes, en la que descubrieron que el 14.4% de estos había experimentado dificultades de micción de forma puntual o continua en los baños de sus establecimientos de estudio.

“[La paruresis] es un desorden emocional que no tiene que ver nada con la timidez, sino que está relacionado con la ansiedad”, dice la psicóloga Rebecca Peterson, con practica en Sherman Oaks, California. “El gran problema que tienen las personas paruréticas es que cuando van a orinar en un baño público les entra la ansiedad de que van a ser escuchadas o juzgadas y, entonces, ante el estrés psíquico de inmediato se crea una tensión en los esfínteres que les dificulta o imposibilita del todo la micción”, agrega la psicóloga, especializada en terapias para tratar problemas emocionales  y de comportamiento en niños, adultos, parejas y familias.

Al igual que otros problemas de salud mental, la gravedad de la paruresis varía de persona a persona, dice por su parte el Dr. Luis Sandoval, especializado en  psiquiatría y vinculado a Kaiser Permanente en Santa Ana, California.

“En los casos leves, se da como un evento ocasional bajo ciertas circunstancias. Como sería el caso de no poder orinar en un baño público de un concierto o evento deportivo a sabiendas de que hay una gran línea de personas afuera a la espera de poner ingresar. Mientras que en los casos severos, la persona se limita de salir porque solo puede orinar en los baños de su casa o hasta se niega a tener parejas ante la idea de poder ser escuchada por otro mientras ejecuta la normal necesidad fisiológica”, detalla el psiquiatra.

Su incidencia

No se sabe a ciencia cierta cuántas personas sufren paruresis, debido a que muchas no buscan un tratamiento para ella. Sin embargo, recientes estudios de la Asociación Internacional de Paruresis (IPA) señalan  que 21 millones de estadounidenses y 220 millones de individuos a nivel mundial encaran este tipo de trastorno de ansiedad social, considerada como la segunda fobia social más común después del temor a hablar en público.

Lo que sí se sabe a ciencia cierta es que afecta más a los hombres que a las mujeres y que, por lo general, se manifiesta durante la pubertad sin que su presencia este excluida en la infancia.

Las causas

Entre las causas más comunes de este síndrome se encuentra el haber sufrido un trauma infantil vinculado a una situación producida en un baño público. Por ejemplo, niños que fueron acosados o maltratados o en personas que sufrieron un abuso sexual.

“También lo hemos visto en personas con problemas de autoestima acerca de su propia anatomía”, especifica el Dr. Sandoval.

Cómo tratarla

De acuerdo con el psiquiatra el tratamiento puede incluir:

  • Técnicas de relajación. Enfocadas en aprender una serie de estrategias que ayudan a reducir la ansiedad de la micción fuera de casa.
  • Psicoterapia. Consejería que le ayuda al paciente a lidiar con el aquí y ahora y les enseña a resolver problemas.
  • Terapia cognitivo-conductual. Con esta se va cambiando la forma de pensar y comportarse.
  • Terapia de exposición graduada. Que consiste en un programa paso a paso que implica deliberadamente tratar de orinar en lugares cada vez más difíciles.

La importancia del tratamiento

Sin tratamiento, la paruresis puede afectar la salud física del individuo, ya que “el aguantarse la orina durante demasiado tiempo aumenta el riesgo de infección del tracto urinario, así como un debilitamiento de los músculos del suelo pélvico utilizados para orinar”.

También puede resultar en la formación de cálculos (piedras) renales, cálculos en los conductos salivales o cálculos biliares debido a la limitación de la ingesta de líquidos.

Además, puede afectar la vida personal, social y profesional de una persona. “Es posible que le resulte difícil estar lejos de casa, limitando así sus interacciones sociales. Hay personas con esta condición que evitan fiestas, reuniones familiares viajes o cualquier evento que los obligue a estar fuera de casa por un periodo extendido de tiempo. Incluso puede limitar su elección de puestos de trabajo”, concluye el Dr. Sandoval.

Recurso

Para información sobre la paruresis y grupos de apoyo en diferentes áreas del país visitar el sitio http://paruresis.org.

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