Tips para evitar la batalla diaria de las tareas escolares

Rutinas que ayudan a que los menores hagan sus deberes escolares con entusiasmo, buena disposición y responsabilidad

Uno de los dolores de cabeza que tienen a diario muchos padres desde que empieza el año escolar es lograr que sus hijos hagan los deberes escolares por iniciativa propia, y no tras regaños o voz de comando.

Y es que esta lucha es casi fija y agotadora para muchos padres, debido a que la mayoría de los niños prefieren hacer otras cosas en lugar de las tareas que sus profesores les asignan. Pero la buena noticia es que esta actitud repulsiva de los menores hacia la ejecución de los deberes escolares se puede modificar al inculcar en ellos una rutina de estudio que sea fija y flexible.

“Los padres deben establecer con el menor un espacio del día para hacer las tareas que los maestros le dejan para desarrollar en casa”, puntualiza la terapista Elizabeth Delicio, basada en Miami, Florida. “Esta rutina es clave en el desarrollo integral y académico del menor, debido a que con ella empezará a crear los buenos hábitos de estudio y la responsabilidad, dos cosas que le servirán en la adultez para ser una persona exitosa”.

La profesora de kindergarten Sofía Bernal, vinculada a una escuela elemental en Pico Rivera (California), está de acuerdo con lo dicho por Delicio y agrega que “es importante que desde el primer año escolar los niños tengan una estructura o rutina en el hogar que incluya un tiempo para hacer tareas y leer, así como para jugar”.

Recomendaciones para el establecimiento de la rutina

Los expertos en desarrollo infantil recomiendan seguir con consistencia, pero sin rigidez, estas pautas que ayudarán a inculcar los buenos hábitos de estudio en los menores:

  1. Facilitarles todas las herramientas para que se sienten con entusiasmo, en cualquier lugar de la casa, a hacer sus tareas.
  2. Explicarles con claridad que de cumplir con todas sus tareas diarias —con excelencia, compromiso y responsabilidad— serán recompensados con privilegios y actividades recreativas.
  3. Establecer un horario fijo (dentro de un rango de tiempo flexible y consistente) para que los menores hagan los deberes escolares. Los maestros y terapistas recomiendan que los niños empiecen a hacer sus tareas luego de haber descansado unos cuantos minutos al retornar a casa (ya sea jugando o viendo televisión), para que tengan también tiempo de realizar cualquier actividad deportiva, formativa o lúdica antes de que llegue su hora de ir a la cama.
  4. Sin regaños, burlas, imposición ni críticas, enseñarles a ser organizados al momento de hacer las tareas. La organización eficiente consiste en comenzar con las tareas más difíciles y terminar con las más fáciles. Igualmente, se les debe enseñar que deben mantener siempre en orden el espacio que han elegido para realizar los deberes escolares.
  5. Ayudarlos solo cuando ellos pidan ayuda en la aclaración de alguna duda que se les presenta durante el desarrollo de las tareas. Los estudios demuestran que los niños que elaboran sus deberes de manera autónoma, aprenden y desarrollan las habilidades para gestionar su trabajo con su propia iniciativa y esfuerzo, algo que es clave para la obtención de un buen rendimiento escolar, que se verá reflejado en sus logros y buenas calificaciones.
  6. Crearle una atmósfera idónea para el estudio. Esto quiere decir, que al momento que los niños se dispongan a hacer las tareas se deben apagar todos los aparatos electrónicos (televisores, iPads, video juegos, etc.) y retirar de la mesa donde están sentados para estudiar todo juguete que los distraiga.
  7. Ubicar sus espacios de estudio en un lugar visible y no dentro de sus dormitorios. De esta forma, sin intromisiones, se puede estar vigilante de lo que el menor está haciendo en un tiempo en que debe estar dedicado al estudio y la gestión de los deberes que refuerzan los conceptos aprendidos.
  8. Cerciorarse de que hayan terminado todas las tareas que se les asignó y, de notar que algunas de sus respuestas no son las correctas, sugerirles con entusiasmo que revisen con cuidado el trabajo realizado para ver si todo está bien. En este punto se debe tener mucha paciencia y calma si el menor no ha concluido todos los deberes o no detecta por sí mismo los errores. Y, si le cuesta terminar todo a solas se le debe apoyar y entusiasmar, pero nunca terminar haciendo por ellos las tareas para que obtengan buenas calificaciones.
  9. Resaltar con positivismo y orgullo sus capacidades para desarrollar por sí solos sus deberes. Los menores con dificultades para entender algún concepto o resolver una tarea, se sentirán más motivados para pensar y tratar de finalizar sus tareas lo mejor posible si escuchan de parte de sus padres palabras motivadoras, que realcen sus capacidades sin comparaciones ni críticas.
  10. Como padres, respetar y mantener con consistencia el horario de estudio que se ha establecido, por encima de cualquier cosa (salidas al supermercado, citas al peluquero o visitas a las casas de familiares, etc.). Esta es una de las mejores lecciones que un padre puede darle a los hijos en el proceso de inculcarles la responsabilidad a tener con ellos mismos en cuanto a su preparación académica.

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