La Víbora: Anahí, ‘muy despeinada’, se pasa de bobita
A nuestra serpiente comentarista de entretenimiento no se le escapa nadie
Ay, viborolectores, la verdad no sé si reírme o llorar por lo que le pasa a la pobrecita de Anahí. Acá entre nos, me da ternura por ingenua y porque se pasa de bobita.
Esta semana se la traían en jabón por el video que publicó en sus redes sociales y en el que, desesperada, pedía ayuda para los damnificados del sismo que se registró en Chiapas, donde vive la cantante.
Hasta ahí vamos más o menos bien.
El problema fue que antes de empezar su transmisión se disculpó por no estar presentable para sus millones de seguidores. Ustedes saben, lo importante en este caso no son los cientos y cientos de damnificados, sino ver a Anahí bonita, con su sonrisa plástica y cuerpo casi esquelético.
“Muy despeinada, muy mal arreglada, muy fea y no me importa nada. Lo que me importa ahora es ayudar a la gente”, comienza diciendo la también esposa del gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello, en un video que compartió en su cuenta de Twitter.
No, pues ya se imaginarán todo lo que le dijeron a la mal llamada primera dama de Chiapas (digo mal llamada porque en ese estado, los chicharrones que truenan son los de la suegra de Anahí, a la que se considera la verdadera gobernadora).
Con decirles que hasta se creó la etiqueta en redes sociales “muy despeinada”.
Pero luego, como si eso no hubiera sido suficiente, remató con que, “yo sé que ustedes quieren que cante y yo sé que ustedes me quieren ver haciendo conciertos pero la verdad ahorita eso no importa”. Really, Anahí? Si no nos lo dices no nos hubiéramos dado cuenta.
Ah, pero eso sí, aunque dijo que estaba mal arreglada traía como 10 kilos de maquillaje. Es decir, vas a visitar una zona devastada, a donde sabes que lo único que vas a encontrar son personas pobres, ¿y aún así te atreves a ponerte pestañas postizas y toda la cosa? No, pues ni cómo ayudarla. Con esos antecedentes le auguramos una vida de primera dama muy exitosa.
Y pasando a otra cosa casi igual de patética, ¿qué les parece que Maribel Guardia está muy orgullosa de que su hijo, Julián Figueroa, haya respondido “como hombre” al casarse con la chica a la que este chico embarazó.
¿Qué acaso se le olvidó que Juliancito andaba de ojo alegre con otras mujeres mientras Imelda Tuñón, la chica en cuestión, estaba encerradita en su casa sola viendo la panza crecer? Porque si Maribel ya no se acuerda, aquí estamos muchos para recordárselo, ¿verdad?