¿Sabes qué es la curva de la felicidad?

No experimentamos el mismo estado cuando tenemos 20, 30, 40 o 50 años

Cuando hablamos de felicidad, seguramente cada uno tendrá una opinión personal respecto a qué es. Habrá quien diga que la felicidad no existe. Habrá quien diga que la felicidad son momentos o que se trata de algo utópico. La realidad es que la felicidad en términos de lo que en medicina se conoce como “bienestar subjetivo percibido” es algo que puede ser medido. De hecho, se realizan mediciones individuales y también estudios para medir la felicidad de distintos países. Desde la Segunda Guerra Mundial se ha perfeccionado muchísimo la forma de medir el estado de bienestar de las personas. Aún más, comienza a ser un parámetro a tener en cuenta por la estructura política de cualquier país avanzado del planeta.

Para comenzar, entonces digamos que la felicidad como tal, realmente existe. Pero ojo, debe ser interpretada como una “sensación” de fondo que facilita o condiciona el bienestar. Además es importante distinguir entre “nivel de vida” y “calidad de vida”. Entendemos como nivel de vida al ingreso económico que puede tener un individuo, es decir si por ejemplo tiene $1 millón de dólares. En cambio, entendemos por calidad de vida a la diferencia que percibe la persona entre lo que tiene (realidad vivencial) y lo que desearía (expectativa). Cuando esa diferencia entre la realidad vivencial y expectativas es muy alta entonces se impone una clara insatisfacción que determina una baja calidad de vida y por el contrario cuando la diferencia es relativamente corta entonces la calidad de vida de la persona es buena. Vemos así que no es lo mismo nivel de vida que calidad de vida. El acento está en la calidad y no en el nivel. Aclarado esto, la felicidad en términos de “bienestar subjetivo percibido”, veamos de qué se trata la llamada “U” de la felicidad.

La curva de la felicidad

Esta es un modelo que ha sido analizado y estudiado por numerosos trabajos de investigación y en distintas partes del mundo llegando a un acuerdo unánime de su aplicación en términos generales. Se considera que por cuestiones vivenciales y existenciales el condicionamiento para el estado de bienestar, y si queremos en términos de esta columna “felicidad”, puede variar a lo largo de la vida. Sucede entonces que el primer pico de bienestar se percibe aproximadamente a la edad de 20 años, a esta altura en términos generales las personas sienten que se encuentran en un camino de ida, con sueños, con proyectos, con expectativas nuevas, con desafíos, con ideas por realizar, y con toda una cantidad de posibilidades que el destino le ofrece. Acorde pasa el tiempo se va imponiendo necesariamente la realidad vital. Conforme van pasando las dos décadas siguientes se inicia la curva descendente. Teniendo en mente este gráfico de la curva decimos que llegando a la edad de 40 y 50 años, correspondería a la parte inferior de la “U”.

Si bien los límites de años de esta parte de la curva de la “U” pueden ser variables, se asume que la etapa que va entre los 40 a aproximadamente 50 años muchas veces se vivencian crisis, cuestionamientos de orden vital, análisis sobre los logros obtenidos, valoración de la condición de vida alcanzada, visualización concreta de haber alcanzado o no los logros preestablecidos, y una cantidad de cuestionamientos de orden vital que muchas veces pueden resultar decepcionantes por la diferencia que pueda eventualmente existir entre la expectativa que uno tenía sobre su destino y la realidad vivencial concreta a la cual uno ha llegado. Nuevamente destaco que esta situación de curva de la “U” ha sido registrada meticulosamente por distintos trabajos de investigación en distintos países del mundo.

Cambia todo cambia

Superados aproximadamente los 50 años se inicia de nuevo el recorrido ascendente de la “U”. De manera que desde aproximadamente los 50 años en adelante se comienzan a valorar cuestiones que hasta entonces parecían no tener valor. Las personas, acorde van recorriendo la quinta, sexta, séptima década de la vida o más, comienzan a percibir otras cuestiones como definitorias en término de “bienestar percibido”, de “felicidad”. Es así que factores tales como la salud, familia, los hijos, los nietos, los amigos, el tiempo y el aprovechamiento del mismo, entre otras tantas variables, comienzan a tener acorde pasa el tiempo, un valor muy importante que la sabiduría de la vida acredita. Estamos entonces en una etapa en que las personas ya no comienzan a evaluar lo que pueden conseguir, es una etapa en que se valora lo que ya se tiene. Esta es una etapa en que se da mucho más valor a las experiencias de vida que simplemente al hecho de tener bienes materiales.

El grado de felicidad de las naciones

Economistas de las Naciones Unidas realizan todos los años evaluaciones meticulosas respecto al grado de felicidad de las naciones. Las cifras del año 2016 revelan que el primer puesto de felicidad del mundo lo ostenta Dinamarca, el 13º se encuentra ocupado por los Estados Unidos y en nuestra región se destaca Brasil con el puesto número 17 en el mundo, Chile con el puesto número 24, Argentina con el puesto número 26 y Uruguay con el puesto número 29.Claro está que esto son índices y cifras a nivel de las naciones. Pero no cabe duda que este modelo de la curva de la felicidad es aplicable a cualquier persona en cualquier parte del mundo. Seguramente usted estará reflexionando al respecto e intentando relacionar su edad y qué lugar ocupa en esa curva de felicidad. Pero lo que hay que saber esencialmente es que uno puede hacer mucho para sentirse mejor y la clave está en lo que la sabiduría agrega con los años y esto es el valorar aquellas cosas que se encuentran en la rama ascendente de la curva, lo que hemos comentado como familia, hijos, nietos, amigos, tiempo y salud entre otras tantas cosas que la experiencia y la perspectiva del tiempo nos ayudan a revalorar.

Nuestro desafío es quizá adelantarnos al tiempo, de manera tal que tomando conocimiento de esta curva de felicidad realicemos un esfuerzo básicamente emocional y vivencial para adelantarnos y comenzar así a disfrutar lo antes posible de todas aquellas cosas que verdaderamente tienen valor en la vida. Espero esto nos invite a reflexionar.

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