Sin compasión, ICE deporta a madre sola de tres hijos ciudadanos y una discapacitada

Silvia Ocampo Ortiz, camarera de un hotel, impulsó el cambio de una ley de California para ayudar a inmigrantes convictos de delitos migratorios y no violentos.

Al final, nada pudo impedir que el gobierno de Estados Unidos deportara a Silvia Ocampo a México, el país del que se fue hace 24 años.

Durante los últimos siete años, agentes de la Agencia de Inmigración y Aduanas (ICE) habían diferido su deportación debido a la discapacidad de su hija menor, que ahora cuenta con ocho años.  

Lo único que cambió para definir el caso de Ocampo en una nueva dirección, es que Donald Trump ahora es presidente.

El jueves, Ocampo fue expulsada. Sus tres hijos ciudadanos, dos de los cuales son menores de edad, permanecieron en San Diego con una prima.

Brigette Browning, portavoz de la local 30 de UNITE Here, explicó que Silvia trabajaba como camarera en un hotel de la zona de San Diego y era activa en el sindicato y en su comunidad. 

“Ella estaba sola aquí. Su familia entera vivía de su sueldo como camarera”, dijo Browning. “La niña pequeña recibe terapia del lenguaje con bastante intensidad. Si se va a México, no sé si tendrá esos recursos disponibles”.

La asambleísta Lorena González Fletcher, que conoció a Silvia y trabajó con ella para aprobar una nueva ley de California el pasado año dijo sentirse “devastada”.

En una serie de tweets, la funcionaria dijo que el jueves fue “uno de los días más tristes que he tenido en mi vida pública”.

“Lo que están haciendo en este caso no tiene sentido. Yo escribí la ley AB 813 en su honor, porque su situación se debe a que recibió malos consejos de un abogado. Además, Silvia es una madre ejemplar, que está involucrada en la vida de sus hijos y trabaja muy duro para mantenerlos”, dijo la asambleísta a La Opinión.

En 2009, Silvia y su esposo fueron acusados de  perjurio por mentir al intentar renovar sus licencias de conducir, cuando las personas indocumentadas no podían tener licencias en California.  La mujer estaba recién parida de su hija más pequeña y un abogado le recomendó que si quería salir en libertad, se declarara culpable del cargo. 

Pero la convicción acarrea consecuencias migratorias, es decir, facilita que el gobierno la deporte.

Su esposo fue deportado pero las autoridades migratorias le permitieron quedarse, renovando su permiso y con citas anuales, debido a la discapacidad de su hija menor.

Un comunicado de la Agencia de Inmigración y Aduanas confirmó que Ocampo fue deportada este jueves, una semana y un día después que se presentó voluntariamente a una cita anual con ICE.

El director y maestros de la escuela de su hija escribieron cartas a su favor.

El sindicato de hoteles la apoyó durante años para que las leyes de California cambiaran a favor suyo y de muchos otros inmigrantes convictos de delitos relacionados a su estatus migratorio.

“La señora Ocampo-Ortiz fue removida a México en base a una orden final de deportación que un juez de inmigración emitió en 2010”, dijo el comunicado de ICE, añadiendo que la migrante tuvo un proceso justo.

El comunicado advierte que nadie en estatus migratorio irregular o con deportaciones pendientes deben sentirse seguro.

“El director interino ha dejado muy claro que ICE no va a hacer excepciones a las categorías de extranjeros deportables”.

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