Padre de niño discapacitado ruega a ICE que cancele su deportación
Noel López, quien perdió un caso de asilo en los 90, tenía una cita con Inmigración este jueves en el 26 Federal Plaza, en el Bajo Manhattan
“No sé si nos vamos a volver a ver pronto, pero quiera Dios que sí”, fue la frase que este jueves el guatemalteco Noel López le susurró al oído a su esposa, Doris, luego de abrazarla mientras las lágrimas daban cuenta de su enorme dolor, antes de entrar al edificio de Inmigración en el 26 Federal Plaza, en el Bajo Manhattan. Allí, a las 10:00 a.m. de este jueves, tenía una cita con funcionarios de Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en la cual les rogó que no lo separen de su familia y echen para atrás la orden de deportarlo, que ya le comunicaron, y que estaba pautada implementarse hoy mismo.
El inmigrante de 42 años, quien se cruzó la frontera en 1991, tras ser víctima de ataques y amenazas de muerte en su país, le entregó las llaves de su casa y el celular a su mujer, le dio un beso que pareció eterno, abrazó a su hija mayor Viana, de 6 años, y entró a la cita junto a su hijo menor Shaun, de 5, quien padece una seria enfermedad y espina bífida, lo que le impide defenderse por sí solo.
“Lo que más me preocupa es él. Yo soy el soporte de la casa y mientras trabajo mi esposa lo tiene que cuidar todo el tiempo porque depende mucho de nosotros”, comentó el guatemalteco, al tiempo que agregó que por ahora solo está aferrado a la voluntad de Dios.
“Espero que él nos ayude y no me separen de mis bebés”, agregó el inmigrante, a quien en los 90’ le negaron una solicitud de asilo, y quien tiene un récord criminal limpio. Solamente un viejo incidente por conducir bajo los efectos del alcohol cuando era joven, empaña su historial, algo que la administración Trump considera sumamente grave.
“Si me deportan a mi marido la vida se nos viene abajo… el amor de papá es lo más importante que tienen los niños y si se va ya no lo van a tener… la salud y la vida de mi hijo Shaun es lo que más me preocupa”, comentó la esposa del guatemalteco, sin perder las esperanzas de que ICE revierta su decisión. “Por favor tengan compasión, analicen bien con la mano en el corazón. Les suplico que no vayan a tomar una decisión incorrecta”, agregó la salvadoreña, de 30 años, recordando que esta mañana, antes de salir de su casa en Porchester, hicieron un video que pareció ser de despedida.
“Me dijo que cuidara a mis hijos y sentí como si la de ayer hubiera sido la última noche que íbamos a pasar en familia… solo Dios nos puede ayudar”, dijo la adolorida esposa.
El pasado 16 de octubre, Ariel Gold, abogada del guatemalteco, recibió la negativa a la solicitud administrativa para revertir la deportación urgiendo el uso de la discrecionalidad de ICE.
“Después de revisar todos los agravantes y mitigar los factores en este caso hemos determinado que no existen razones de peso para conceder una respuesta favorable de discreción”, aseguró la agencia de Inmigración a través de una carta.