NFL en México: Del ‘Tailgating’ tradicional, al taco y la ‘michelada’
Ni asados ni barbecues, el taco en sus distintas modalidades fue el rey en las inmediaciones del Estadio Azteca
Antes de vibrar con el Raiders - Patriots cientos de fanáticos de la NFL hacían filas para comer unos buenos tacos o una refrescante cerveza a las afueras del Estadio Azteca de la Ciudad de México. Crédito: Etzel Espinosa | Imago7
Una de las grandes tradiciones de la NFL y de sus fanáticos es sin duda, vivir la experiencia de asistir al ‘game day’, ese día del partido que se convierte en un ritual y que incluye como principal atractivo comer, convivir y emocionarse en grupo, disfrutar de una (o varias) cervezas, bebidas refrescantes y comida, mucha comida.
Para los juegos en la Ciudad de México como este New England Patriots contra Oakland Raiders la experiencia se potenció, cobró fuerza pero sobre todo, adquirió un gran sabor local, en un ambiente festivo que se pudo sentir lo mismo en la punta de los dedos que en el paladar, en el que los fans de todas partes del mundo que se dieron cita en el Estadio Azteca probaron de todo, y que más allá de los food trucks de diferentes marcas se aventuraron en el mundo de la comida local, que a cada paso se vende en la explanada del ‘Coloso de Santa Úrsula’.
De tal manera que tanto ‘Malosos’ como ‘Pats’ le entraron desde las tradicionales palomitas de maíz y los ‘esquites’ (maíz cocido en vaso) para la botana, a las jugosas hamburguesas, hasta a los tacos de canasta y de parrilla con mucha salsa picante -sin duda los más socorridos-; a las pizzas, a las refrescantes micheladas con todo y su chamoy, u otras bebidas preparadas con tequila; y antes de entrar a sus asientos como colofón, ¿por qué no? Un buen postre, dulces mexicanos, algodones de azúcar o una tradicional y colorida nieve de limón.
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No hubo asados o ‘barbecues’, por esta vez la tradición se transformó y la experiencia del ‘tailgating a la mexicana’ fue del agrado de propios y extraños, aunque algunos llegaron al partido bien enchilados y bastante alegres. Bien dicen por allí que ¡Barriga llena, corazón contento!
