La ley de Cabarets es historia pero bailar sigue difícil

Se precisan cambios en zonificación para seguir el ritmo de la música en más locales

La ley de Cabarets es ya historia. Esta restrictiva legislación sobre música y baile en locales de ocio, que data de 1926, fue revocada este lunes por el alcalde Bill de Blasio después de que en octubre el Concejo de la ciudad aprobara su final.

La revocación de esta ley es una victoria para quienes pedían que en Nueva York no fuera ilegal bailar en la mayoría de los bares y clubs que carecían de la licencia exigida por esta norma. Menos de 100 locales de los cerca de 12,000 bares y clubs de la ciudad tienen esta licencia costosa y no fácil de obtener.

Pero es una victoria y se necesitan otras para que realmente se pueda colgar el cartel de “Aquí Se Baila” en los bares y clubs que quieran dar la bienvenida a quienes quieran seguir el ritmo de la música. Bailar seguirá siendo complicado en la mayoría de los locales porque aunque ya no se necesite esta licencia, es preciso cumplir con los requisitos establecidos por el Departamento de Bomberos, los del Departamento de Edificios, la Autoridad del Licor –si se sirve alcohol– y sobre todo las reglas de zonificación que administra la Comisión de Planificación de la Ciudad.

La zonificación de la ciudad debe cambiar para permitir el baile en espacios situados en áreas no industriales. Los bares y clubs situados en áreas zonificadas como industriales tienen muchas barreras levantadas a partir de hoy pero Legalize Dancing in NY , uno de los grupos que ha abogado por el fin de la Ley de Cabarets, reconoce en su página web que la lucha no ha acabado.

“El Concejo necesita cambiar siete palabras en el texto de zonificación para permitir el baile”, explican. Esta organización quiere recoger firmas y seguir presionando al Concejo y el alcalde para hacer los cambios necesarios. 

Rafael Espinal, el concejal que ha empujado la revocación de la ley y la creación de la Oficina de la Vida Nocturna, ha dicho en otras ocasiones que se va a tratar la cuestión de la zonificación y que cree que el alcalde está abierto a ello.

Una ley de irregular cumplimiento

La ley de Cabarets ha sido usada, ignorada y vuelta a usar desde que entró en vigor en los años veinte. Calificada como racista porque en una de sus reformas se prohibía la música en grupo con ciertos instrumentos (favorecidos por las bandas de jazz negras) se sacó del cajón de las leyes olvidadas por el alcalde Rudolph Giuliani para tener más controlada la vida nocturna de la ciudad. La Autoridad del Licor, que es la agencia que se encargaba de dar cumplimiento a la ley, no ha puesto un excesivo celo en su cumplimiento en los últimos años.

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