Arte para la seguridad: Así se pintan los cascos de los pilotos de carreras
Cada uno de los cascos que los pilotos utilizan tienen tras de sí un trabajo digno de exposiciones
Originalmente no eran más que un objeto para que el viento no despeinara a los conductores, hoy, tras décadas de evolución, los cascos de los pilotos de la Fórmula Uno, son más que una herramienta de trabajo y una protección que salva vidas, una auténtica obra de arte.
Alrededor del mundo, los pilotos de todos los niveles preparan su cuerpo y sus habilidades, pero también el diseño que los hará distinguirse del resto una vez que se suban a sus autos y para ello, encomiendan la pintura de sus cascos a profesionales que resultan ser auténticos artistas.
Estos equipamientos son fabricados con fibra de carbono, polietileno y aramida, además de kevlar, lo que no solo los hace resistentes a impactos, sino también a las llamas, mismo caso que los visores, fabricados con policarbonatos.
Sometidos a rigurosas pruebas de impacto y deformación, los cascos, hoy en día son resistentes al impacto de balas, dureza que salvó la vida por ejemplo del piloto brasileño Felipe Massa (imagen superior), quien en las prácticas del Gran Premio de Hungría de 2009 fue impactado por la una pieza de otro auto en la cabeza, lo que causó una fractura de cráneo, pero salvó la vida gracias a la resistencia de su protector.
Mucho tiempo ha pasado desde que a principios del siglo pasado se usaban cascos de cuero, hasta llegar a los de concha y hasta nuestros días, en los que aún se recuerdan diseños tan clásicos y que son referentes del automovilismo como el de Ayrton Senna o el de Michael Schumacher, ambos leyendas del deporte.
Aquí te presentamos un video sobre el proceso de pintura y diseño de un casco desde que es sacado de su caja hasta que queda listo para que el piloto lo utilice mostrando lo que en realidad es una verdadera obra de arte.
También hay diseños especiales, como muestra de lo que ocurre en los talleres de pintura, la creación del casco “de oro” que Michael Schumacher usó en el Gran Premio de Bélgica 2011, para celebrar 20 años en la Fórmula Uno.
