Qué piensan los familiares de la tripulación del submarino San Juan desaparecido en Argentina
Aseguran que las autoridades les dieron falsas esperanzas cuando el rescate con vida de sus allegados era cada vez menos improbable. Esto es lo que piensan.
En su casa de Mar del Plata, en la costa argentina, Itatí Leguizamón ha estado velando a su esposo, el cabo primero Germán Oscar Suárez, durante la última semana.
Pese a que solo hasta el jueves la Armada dio por descartada la posibilidad de encontrar con vida a la tripulación del submarino ARA San Juan, ella dice “que era obvio desde que dijeron que hubo una explosión”.
Y cree que su marido murió en ella.
Se refiere al comunicado, emitido hace una semana por la Armada, que reportaba una detonación ocasionada por un corto circuito en las baterías del submarino.
“Yo lo estoy velando desde entonces, hace siete días”, le dice a BBC Mundo.
Para ella, así como para otros familiares, los medios y las autoridades sembraron falsas expectativas al no ser claros hasta el jueves.
Leguizamón es abogada y hace parte del grupo de familias -8 de los 44 tripulantes- que quieren actuar como querellantes de la causa que la justicia federal emprenderá sobre el caso del submarino que lleva 16 días desaparecido y ha conmovido al país.
“Todo lo que puedas pensar puede ser posible”, afirma Leguizamón, en referencia a las teorías diferentes a la de la explosión que han emergido y van desde ataques de otros países a malas condiciones del submarino.
Exigen reanudar búsqueda
Los familiares se han convertido en los principales protagonistas de una tragedia humana que ahora, ya descartada por las autoridades la posibilidad de hallar a la tripulación con vida, adquiere connotaciones políticas.
El viernes, por ejemplo, la Armada dijo en su parte matutino que la “búsqueda continuará hasta agotar los medios disponibles”.
Pero el jueves, en el desarrollo más importante desde que desapareció el submarino, el mismo vocero de la Armada anunció que la operación de rescate se reduciría.
Este tipo de contradicciones parciales, matizadas, generan furia entre las familias, que salieron de la rueda de prensa del viernes entre sentencias como “queremos que los saquen” y “los están abandonado”.
Los familiares han pedido al gobierno que no abandone la búsqueda y que, por el contrario, sacrifique actividades de agenda como la recepción de la presidencia del grupo multilateral del G20, que asumió Argentina el jueves.
Luis Tagliapietra, padre del teniente Alejandro Tagliapietra, criticó en declaraciones a los medios que el presidente, Mauricio Macri, “hace diez días fue a decir que iban a agotar todos los recursos y que los iban a buscar hasta que los encuentren”.
Pero el jueves el mandatario, en lo que Tagliapietra llamó “una falta de respeto total”, dijo en Twitter que era “un día histórico para Argentina”.
“El día histórico es el día que se perdieron estos pibes”, dijo retóricamente Tagliapietra.
El fin de una colosal operación de rescate
4.000 especialistas y una decena de barcos traídos de 18 países han estado buscando la nave en un área tan grande como España y que, en ciertas partes, tiene una profundidad de más de 1.000 metros.
“Yo no entiendo si los periodistas y la gente es ignorante”, añade Leguizamón. “Pero si sabemos que después de 600 metros no hay vida, ¿por qué vamos a tener esperanzas?”.
Leguizamón dice que lo importante es que su esposo, que tenía 29 años y hacía de sonarista en el submarino, ya no está.
Sin embargo, espera entablar demandas y que se encuentren los restos del submarino para obtener respuesta sobre lo que pasó.
Ella, como otros de los familiares, no descarta que la desaparición del submarino sea producto de algún tipo de negligencia por parte de las autoridades encargadas.
Algunos familiares han incluso declarado, de manera anónima, que el submarino no partió en condiciones para navegar, porque las baterías estaban “pinchadas” (dañadas) y no había suficiente reserva de hidrógeno.
“No voy a decir quién soy, pero sé muy bien lo que pasó antes de zarpar”, declaró una familiar en calidad de anonimato en la radio La Red. “Quiero que muestren las pruebas que se hacen las 48 horas antes. Nosotros queremos verlas porque sabemos que no estaba apto“.
En un país donde la justicia es la institución con peor reputación, la politización de la investigación sobre lo que pasó con el submarino ya es inevitable.
Pero Leguizamón insistirá: “Ojalá todo sea esclarecido para que pague el responsable”.