La iglesia mexicana de la Luz del Mundo quiere conquistar Los Angeles
MEXICO.- El pastor puso su mano en la espalda y las manos de la mujer y la empujó hacia el frente para sumergirla en el agua mientras leía el versículo 32 del libro de Hechos en la Biblia: “Como oveja, a la muerte fue llevado y, como cordero mudo delante del que lo trasquila, así no abrió su boca’’.
Pero ella sí la abría, cada vez más grande por el líquido que le caía arriba. Volteaba los ojos en blanco, rodaban lágrimas por sus mejillas y soltaba ante las cámaras de video, “hazme santa, hazme santa’’.
La escena se filmó a finales de enero pasado como parte de un bautizo masivo de 200 personas al final de una gira de tres años del líder de la Iglesia de la Luz del Mundo, Naason Joaquín García, en Guadalajara, cuna del culto religioso con mayor expansión en este país donde cuenta oficialmente con 1.8 millones de feligreses que se suman a 2.2 en el resto del mundo, principalmente en EEUU.
En medio de las conversiones, cantos y algarabía de la ceremonia de inicios de año, Naason anunció, entonces, en plena cuna de su Iglesia (cristiana de corte pentecostés) que trasladaría para el próximo 14 de febrero a Los Angeles la fiesta de la Santa Cena.
Los presentes aplaudieron y aceptaron. El vocero de la congregación aclaró después que hoy por hoy California es un fuerte baluarte para la fe de La Luz del mundo tras 90 años de haber sido fundada por el abuelo Nasson en la capital del estado de Jalisco.
A principios del siglo pasado, Nasson abuelo apareció un día para anunciar en las calles de Guadalajara que Dios se le apareció Dios y le pidió que divulgara su palabra, según cuenta Rodolfo Murán, periodista y autor del libro Alternativa Religiosa en Guadalajara.
Fue en 1934, poco después de la persecución a curas católicos por parte del Estado, cuando construyó el primer templo, compro unos terrenos en los alrededores para el asentamiento de fieles y desde entonces no ha hecho otra cosa que crecer.
“Esta iglesia es hoy ya una notable minoría dentro de un país católico, pero con un crecimiento impresionante, una minoría poderosa que puede convocar a eventos masivos y paralizar la ciudad de Guadalajara, o al menos un sector, por la concurrencia que tiene cada mes de agosto con su evento que se conoce como La fiesta de la Santa Cena’’, explica el analista religioso del Colegio de México, Bernardo Barranco.
La Iglesia de la Luz del Mundo se ha valido de las mismas estrategias que cualquier otra religión: llegar, descalificar e imponerse. Así estableció su templo en Silao, Guanajuato, una de las zonas más católicas de todo el país, desde cuyo templo, se emite diariamente yb láser kilométrico para iluminarlo. De ahí brincó recientemente a Roma, cerca de El Vaticano, y se ha extendido a Latinoamérica, España y hasta la India para sumar 54 países.
LA APUESTA EN LOS ANGELES
Para los Hijos de la Luz, Guadalajara es una especie de Tierra Santa a la que hay que recurrir cada año a la celebración de la Santa Cena en el mes de agosto, pero poco a poco la Iglesia se ha abierto paso en otras ciudades. En el verano pasado, sorprendió a muchos al llenar con 22,000 personas la arena Ciudad de México a pesar de las críticas crecientes a sus líderes.
La familia de Naason Joaquín García, el dirigente actual, ha estado salpicada de diversos escándalos. Algunos sin probar por falta de denuncia penal sobre abusos sexuales y pederastia; otros, con razones de sobra para exhibirla como ambiciosa y suntuosa por adquirir una propiedad en Texas con un zoológico privado valuada en dos millones de dólares.
El periodista Todd Bensman documentó que el padre de Nasson, Samuel Joaquín Flores, quien tomó las riendas de la Luz del Mundo tras la muerte de su padre en la década de los 70y hasta su muerte en 2014, obligaba a sus seguidores de San Antonio a trabajar gratuitamente para ese rancho.
A pesar de todo, la iglesia siguió expandiéndose entre latinos de EEUU hasta alcanzar un número suficiente para trasladar allá a la Santa Cena.
El evento será gratuito y para ello existe una “Santa Convocación’’ que arrancará en la semana previa a la fecha de la fiesta que prevé oraciones, cánticos, posesiones del Señor, bautizos y milagros para pasar de pecadores al camino de los santos devotos, como bien se anuncia.
