Presidente nacional de LULAC se niega a renunciar en medio de crisis interna

Roger Rocha afronta presión de la mayoría de los miembros de LULAC para su renuncia

WASHINGTON— El presidente nacional de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC), Roger Rocha, informó este viernes que no piensa renunciar a su cargo, lo que profundiza la crisis interna que arrastra la organización nacional latina más antigua del país.

Rocha ha estado bajo presión de la mayoría de los miembros de LULAC para que renuncie a su cargo tras la polémica que creó cuando envió al presidente Donald Trump una carta de apoyo a su plan migratorio. LULAC, creada hace 89 años, es la organización nacional latina más antigua del país.

Posteriormente, Rocha emitió una disculpa a los miembros de LULAC, a los Dreamers, y a la comunidad inmigrante en general, y dijo que retractaría su carta no autorizada del pasado 28 de enero. Pero nada de eso ha sido suficiente.

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Un miembro de LULAC, que pidió el anonimato por las frágiles negociaciones internas, confirmó hoy a este diario el mensaje que dio Rocha durante una sesión a puerta cerrada en un hotel de la capital estadounidense, donde la organización llevó a cabo su conferencia legislativa anual.

“Los esfuerzos, hasta ahora, para lograr la renuncia han sido inútiles. (Rocha) nos dejó muy en claro que no va a renunciar y, de hecho, nos han dicho que logró órdenes judiciales contra el Instituto y la oficina nacional de LULAC”, explicó la fuente.

No está claro si con esas órdenes LULAC podrá sacar a Rocha por la fuerza, o recurra a otros mecanismos legales, ahora que se niega a renunciar al cargo que ocupa desde julio de 2015.

Un escenario posible es que, si prosperan esas órdenes, LULAC tendrá que esperar hasta su convención anual en julio próximo en Phoenix (Arizona) para elegir a un nuevo presidente nacional.

“En todo el país, LULAC ha estado escuchando reclamos de sus miembros, sus socios, sus patrocinadores, de que están muy preocupados por nuestra situación actual y quieren que nuestro presidente nacional renuncie”, enfatizó la fuente.

En declaraciones a la cadena televisiva NBC, Rocha dijo que no piensa renunciar porque “todavía queda mucho por hacer”, incluyendo lograr la protección de los Dreamers.

Pero la crisis de LULAC comenzó precisamente porque Rocha envió una carta no autorizada a Trump, en la que apoyaba su polémico plan migratorio de cuatro pilares. A cambio de legalizar a 1,8 millones de jóvenes indocumentados, Trump exige la construcción de un muro y el reforzamiento de la seguridad fronteriza, así como una drástica reducción de la inmigración ilegal.

Esa nunca ha sido la postura oficial de LULAC, que desde siempre ha apoyado el Dream Act, una medida bipartidista de los senadores Dick Durbin, demócrata por Illinois, y Lindsey Graham, republicano por Carolina del Sur.

El plan migratorio de Trump fue derrotado ayer en el pleno del Senado junto a otras tres medidas migratorias, incluyendo el “Dream Act”, pensadas para responder al desmantelamiento del programa de “acción diferida” (DACA) de 2012.

Trump impuso un plazo del próximo 5 de marzo para que el Congreso resuelva el futuro de DACA,  con lo cual los Dreamers perderían sus protecciones una vez que venzan sus permisos.

Dos fallos judiciales, uno de enero y otro del martes pasado, han obligado a la Administración a que reactive DACA para la renovación de permisos.

Se prevé que el Tribunal Supremo se pronuncie hoy sobre si estudiará o no la apelación de la Administración al primero fallo judicial, que emitió un juez federal de San Francisco (California), William Alsup.

LULAC concluyó su conferencia ayer sin resolver el drama, pero intentará lograrlo a lo largo de la jornada, pero por ahora la situación continúa en limbo.

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