No sabe esquiar pero ‘compitió’ en PyeongChang: la increíble historia de Liz Swaney

Venció al sistema y logró lo que se propuso hace ocho años: convertirse en atleta olímpica a costa de todo

La 'esquiadora' de halfpipe húngara Elizabeth Marian Swaney.

La 'esquiadora' de halfpipe húngara Elizabeth Marian Swaney. Crédito: Especial | Captura de video

Su nombre es Elizabeth Marian Swaney y compitió por Hungría en la prueba de halfpipe de PyeongChang, sin embargo, su historia es definitivamente más interesante que sus evoluciones en la pista.

Resulta que Liz –como le gusta que le llamen- apenas aprendió a esquiar hace ocho años y llegó a tierras olímpicas con 13 pruebas en su haber, algo que se pudo ver durante las preliminares, donde no realizó ninguna acrobacia, pero en la que no se cayó, logrando terminar, aunque en el último lugar, a más de 40 puntos de la última participante que avanzó a la final en la que se impuso la canadiense Cassie Sharpe.

Pero ¿cómo fue que Liz Swaney llegó a convertirse en atleta olímpica?

La ‘esquiadora’ es hija de madre venezolana, razón por la que participó por este país en el circuito mundial de freestyle entre 2013 y 2015; sin embargo en 2016 decidió hacer uso de la nacionalidad de sus abuelos maternos, la húngara –fue la única compitiendo por esa bandera-, no sin antes investigar las partes más endebles del sistema de competencia por lo que comenzó a elegir eventos a los que no acudían más de 25 participantes, pues en las pruebas de Copa del Mundo puntúan los primeros 30 que logran finalizar el circuito.

A sus 33 años Liz, egresada de la Universidad de California, Berkeley y que posee un máster por la Universidad de Harvard, logró el sueño de deslizarse por la pista del halfpipe de PyeongChang aunque fuera sólo para satisfacción personal, algo que motivó el enojo y las críticas de un amplio sector de aficionados.

Swaney venció al sistema: Sumó los puntos necesarios que le requería la Federación internacional de Esquí, desde el número 34 de la lista preliminar se aseguró ser la única ‘húngara’ y con ello fue ‘escalando’ por encima de atletas que aunque mejores, eran demasiadas para los cuatro lugares por nación que garantiza el organismo para una cita estival.

Y lo más importante: ‘compitió’ o lo que quiera que haya hecho, en una cita olímpica, ante la mirada atónita del mundo.

Una medalla de… chocolate

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