Los ataques de Trump contra Mueller acercan al país a una crisis, advierten republicanos

Trump no cesa sus ataques contra Mueller por su investigación de las elecciones de 2016

La salida de Robert Muller como investigador especial del Rusiagate sería difícil de justificar para Trump

La salida de Robert Muller como investigador especial del Rusiagate sería difícil de justificar para Trump Crédito: Ethan Miller | Getty Images

WASHINGTON? Líderes republicanos del Congreso de nueva cuenta han advertido al presidente Donald Trump que si despide al fiscal especial, Bob Mueller, eso acercaría a su presidencia a una grave crisis política y al “principio de su fin”, después de sus ataques más feroces contra el funcionario el pasado fin de semana.

Trump volvió a insistir hoy, con mayúsculas, en que la investigación sobre la interferencia de Rusia en las elecciones es una “CACERIA DE BRUJAS”, y en numerosas ocasiones también ha dicho que no hubo colusión entre su campaña electoral y las autoridades rusas para ganar la presidencia.

Rumbo a New Hampshire hoy  para un discurso sobre la crisis de los opiáceos, Trump no contestó preguntas sobre si despedirá o no a Mueller.

El pasado fin de semana, Trump celebró el despido del “número dos” de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), Andrew McCabe, a solo dos días de su jubilación, como un “gran día para la Democracia”,  y más adelante continuó sus ataques por la investigación de Mueller.

“La investigación de Mueller nunca debió comenzar porque no hubo colusión  y no hubo crimen. Se apoyó en actividades fraudulentas y un Dossier Falso pagado por la Corrupta de Hillary (Clinton) y el DNC (Partido Demócrata)”, se quejó Trump la noche del sábado pasado.

El fiscal general, Jeff Sessions –él mismo bajo ataques esporádicos de Trump – despidió a McCabe la noche del viernes, dos días antes de su jubilación, presuntamente por recomendaciones internas de la agencia por su manejo de la investigación en torno a la candidata presidencial demócrata, Hillary Clinton.

Según Trump, McCabe es otro ejemplo de la corrupción en los más altos niveles del FBI, pero varios legisladores piden que se investigue si el despido tuvo motivaciones políticas.

McCabe, uno de los múltiples testigos que cooperan con la investigación de Mueller, replicó que su despido y los ataques de Trump son parte de un amplio esfuerzo por desacreditar al FBI y la investigación del fiscal especial.

“Es parte de una continua guerra contra el FBI… su persistencia (de la Administración) en esta campaña solo destaca la importancia de la labor del fiscal especial”, dijo McCabe.

En defensa de Mueller

En los últimos días, varios líderes republicanos, entre ellos los senadores Jeff Flake y John McCain, ambos de Arizona, y Lindsey Graham, de Carolina del Norte, han advertido a Trump que el despido de Sessions, o de Mueller, traería graves repercusiones políticas.

Flake ha dicho que el despido de Mueller sería “una línea roja” que Trump no debe cruzar, e instó a sus asesores a que lo convenzan a evitar ese despido.

McCain precisó que es de suma importancia que Mueller continúe su investigación “sin ningún impedimento”.

Graham, por su parte, consideró que Trump estaría tomando el riesgo de sumir al país en una grave crisis política.

Si Trump pasa de las palabras a la acción con Mueller, “eso sería el principio del fin de su presidencia, porque somos una nación donde impera la ley”, dijo Graham.

El legislador republicano de Carolina del Sur y presidente del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, Trey Gowdy,  sugirió que si Trump es inocente de una colusión, debería demostrarlo con su conducta.

En declaraciones a la cadena NBC, el senador republicano por Florida, Marco Rubio, condenó el despido de McCabe pero expresó confianza en que Mueller hará una investigación “justa y exhaustiva” para llegar al fondo de la verdad sobre el papel de Rusia en las elecciones de 2016.

El abogado personal de Trump, John Dowd, dijo en programas dominicales de la televisión estadounidense que el mandatario debería despedir a Mueller y, ante la tormenta política que eso generó, posteriormente explicó que estaba hablando a título personal.

Un proyecto de ley en el Senado, presentado en agosto pasado para proteger a Mueller, no ha tenido siquiera audiencias. Aparte de las críticas, los republicanos no han precisado qué harán si el fiscal especial es apartado de la investigación.

Trump nunca ha ocultado su desdén por Mueller, quien inició su investigación en mayo del año pasado y ya ha logrado la presentación de cargos criminales contra una veintena de individuos, incluyendo cuatro exasesores del mandatario.

La semana pasada se reveló que Mueller emitió una citación judicial contra la Organización Trump, en una clara señal de que su equipo también quiere escrudiñar los negocios de Trump y sus posibles vínculos con Rusia.

Pese a los incesantes rumores de más renuncias o despidos en la Administración, la Casa Blanca asegura que no existe “caos” ni crisis, y que los cambios únicamente reflejan el deseo de Trump de alinear a un equipo afín a sus metas y prioridades.

En paralelo, Facebook anunció la suspensión de “Cambridge Analytica”, una empresa especializada en el análisis de datos contratada por la campaña de Trump en 2016 y que, al parecer, utilizó indebidamente los datos de 50 millonarios de usuarios de esa red social.

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