Hermana de la niñera culpa a los padres por muerte de los niños

Milady García se mostró desafiante al subir al estrado y sugirió que la niñera venía mostrando signos de anormalidad

“¿Por qué esos padres no se dieron cuenta y la sacaron ellos mismos? Lo estaban viendo”, dijo Milady García desafiante el lunes cuando un fiscal de Manhattan le preguntó por qué no hizo más después de una inusual conversación telefónica que tuvo con su hermana, Yoselyn Ortega, el día en que sucedió el asesinato de los niños por el que está siendo juzgada.

García (64), hermana mayor de Ortega (55), afirmó en el estrado que Marina y Kevin Krim, padres de los niños asesinados el 25 de octubre de 2012 en su apartamento en el Upper West Side, deberían haber notado algo acerca de su niñera y darle un tiempo libre para evitar la tragedia.

Kevin Krim, quien estaba sentado en la galería del tribunal, cerró los ojos e inclinó la cabeza al escuchar la impactante declaración. Su esposa Marina no estaba presente en la sala el lunes.

García había dicho anteriormente al jurado que su hermana “se había convertido en algo malvado” ese día, en referencia a la conversación telefónica que tuvieron cinco horas antes de la muerte de los hermanitos Lucía (6) y Leo Krim (2).

“Ellos (los padres) fueron quienes la vieron (a Ortega)”, afirmó García, refiriendo que su hermana entonces estaba perdiendo peso y necesitaba unas vacaciones. Agregó que los tres hijos de la familia Krim adoraban a Ortega, quien los consideraba sus propios hijos.

Ortega cuidaba a los dos niños asesinados y a su hermana sobreviente, Nessie.

Previamente en su testimonio del lunes, García dijo que su hermana hablaba sobre “un hombre negro” que quería “separar a las familias”, los días previos al crimen. Esas supuestas alucinaciones comenzaron después del suicidio de un amigo de la familia.

Una amiga de la niñera, Raquel Pérez, también subió al estrado el lunes, diciendo que Ortega sufría ataques de llanto y tuvo una vez un episodio en el que apuñaló sus alimentos al sentarse a comer, en los meses previos al asesinato.

Desde 2012 Ortega se encuentra presa sin derecho a fianza. Al ser detenida alegó a los médicos que no recordaba haber atacado a los niños y que escuchó voces que le ordenaban matar gente. Fue diagnosticada con una depresión mayor con características psicóticas e intentó suicidarse usando el mismo cuchillo con el que fueron asesinados los niños. 

Ortega se declaró inocente del doble homicidio, por lo que ahora enfrenta cadena perpetua, la pena máxima en el estado de Nueva York. Si el jurado  la exime de culpa por demencia, es probable que pase el resto de su vida en una institución psiquiátrica.

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