Enseñemos a nuestros hijos a compartir

La capacidad de compartir no es algo innato, sino que se desarrolla a medida que los niños crecen.

Según su personalidad y crianza, unos son más propensos que otros a compartir y dar; sin embargo, hay ciertas cosas que nosotras, como madres, podemos hacer para cultivar esta hermosa virtud en nuestros hijos.

Y, ¿por qué debemos hacerlo? Porque no queremos criar niños egoístas, sino generosos; ellos serán los adultos del mañana y el mundo necesita más generosidad y compasión y menos individualismo y mezquindad. Nosotras tenemos la oportunidad en este momento de poner nuestro granito de arena para esa misión colectiva. Enseñemos entonces a nuestros hijos que dar y compartir es algo bueno e incluso que es parte de su felicidad futura.

¿Cómo lo puedes hacer? Considera lo siguiente:

Padres generosos probablemente tendrán hijos generosos: Siempre decimos que les enseñas más a tus hijos a través del ejemplo que las palabras. Si tú misma eres una persona que comparte lo que tiene (que le llevas alguna comida, ropa o algo que necesite una vecina en apuros, que recolectas artículos para refugios, que participas en actividades de ayuda en tu comunidad, que eres generosa con tu propia familia), entonces es probable que tus hijos sigan ese modelo sin pensarlo mucho, porque es lo que han visto en su hogar.

No lo obligues a compartir, convéncelo: Si es un niño pequeño es probable que trate de establecer su “propiedad” sobre sus juguetes y otros artículos y no quiera compartirlos con sus hermanos o amigos. Si lo obligas, se sentirá aún más renuente a compartir.

En ese caso hay que razonar un poco con él/ella. Explícale que es probable que disfrute más sus juguetes cuando los comparte con alguien más y que así se sentirá más contento(a). Dile también que no es necesario que comparta absolutamente todo, puede quedarse con algo que sea especial solo para él/ella. Esto lo puedes hacer a partir de los 4 o 5 años.

Si son un poco más grandes, cuéntales que más allá de su entorno, hay otras realidades: Por supuesto, la idea no es traumarlos, pero sí es importante que los niños sepan que hay gente menos privilegiada que ellos y que al ayudarlos, están siendo muy generosos y que eso los hace crecer como personas (refuerzo positivo).

También es importante recalcarles que no se trata solamente de cosas materiales. Muchas veces lo que los demás necesitan es que los escuchen, que los comprendan, que los acompañen, entonces tus hijos además de lo material también pueden compartir sentimientos, experiencias o preocupaciones con ellos. Así criarás hijos empáticos y generosos.

@PosadaLifeCoach

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Consejos de familia Laura Posada

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