Seguridad: el gran pendiente en México

Se realizó el primero de los tres debates entre los cinco candidatos a la presidencia de México

Se realizó el primero de los tres debates entre los cinco candidatos a la presidencia de México Crédito: ULISES RUIZ | AFP/Getty Images

Al margen de quiénes fueron los ganadores o perdedores del primer debate para la presidencia en México, lo que quedó claro es que ninguno de los cinco candidatos presentó una propuesta lo suficientemente amplia e innovadora para combatir el mal que más lastima al país: la inseguridad.

El precio que se ha pagado por la llamada guerra contra las drogas en los últimos 12 años es aterrador. Más de 240 mil personas han sido asesinadas durante los gobiernos de Felipe Calderón y Peña Nieto.

Esta cifra, por sí sola, habla claramente de una estrategia totalmente fallida en el combate al crimen organizado. A falta de una policía bien entrenada y confiable, tanto Calderón como Peña recurrieron a las fuerzas armadas. Pero la corrupción e impunidad de las autoridades, aunada a la escasa preparación del Ejército y la Marina para enfrentar a la delincuencia en las calles han derivado en numerosos abusos sin que logren reducirse ni la producción ni el trasiego de drogas, ni tampoco los homicidios, secuestros y robos.

Durante el debate del domingo, que se centró justamente en los temas de seguridad, corrupción y violencia, se esperaban ideas distintas. En lugar de ello, lo que escuchamos fueron propuestas que abarcaron desde más de lo mismo hasta barbaridades como la del candidato independiente Jaime Rodríguez, “El Bronco”, quien propuso cortarle las manos a los ladrones.

Como era previsible, Margarita Zavala defendió la política implementada por su esposo, Felipe Calderón, de continuar con los militares en las calles mientras no se tenga una policía bien entrenada. José Antonio Meade, del PRI, y Ricardo Anaya, del PAN, esbozaron ideas similares que contemplan el fortalecimiento de la policía, un mayor uso de la tecnología y la inteligencia, así como el ofrecer más oportunidades a los jóvenes. Se trata, fundamentalmente, de mejorar las políticas de hoy, lo que siembra la duda de que se logren resultados distintos a los actuales.

Andrés Manuel López Obrador, el puntero en las encuestas, fue el único que propuso algo totalmente distinto y aventurado: la amnistía. Pero debido a que se abstuvo de aclarar en qué consiste su plan y se limitó a señalar que una vez que llegue al poder convocará a un comité de expertos para dilucidar cómo se implementará, la propuesta ha generado, con razón, una gran controversia e incertidumbre.

Varios de los candidatos hablaron de la necesidad de fomentar las políticas de desarrollo social y de combatir la corrupción y la impunidad. Todos, con excepción de López Obrador, estuvieron de acuerdo en crear una fiscalía autónoma. Les faltó, sin embargo, ahondar en cómo piensan atacar problemas centrales como el abuso a los derechos humanos, la infiltración del crimen organizado en todos los niveles de gobierno y la falta de coordinación entre las autoridades locales, estatales y federales en el combate a la delincuencia.

El debate demostró, en síntesis, que aunque hay ideas valiosas para enfrentar el problema de la inseguridad, ninguno de los candidatos puede garantizar resultados, sobre todo si hay dudas acerca de su capacidad y honestidad.

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