El Kennedy Center se contagia con la “cubanía” en festival de arte de Cuba

El festival tendrá actuaciones del Ballet Nacional de Cuba y reconocidos artistas de la diáspora cubana en EEUU

WASHINGTON— Mientras la Administración Trump exige un muro fronterizo, poco más de 400 artistas cubanos y de la diáspora cubana en EEUU, entre éstos Omara Portuondo, inundaron desde este martes el prestigioso Kennedy Center en Washington, para mostrar su orgullo por la “cubanía” y “tender puentes” entre ambas naciones.

En una serie de presentaciones sin precedentes, el Kennedy Center acoge bajo un mismo techo desde este martes y hasta el próximo 3 de junio, a más de 400 artistas, incluyendo 250 de Cuba, que a través de más de 50 eventos mostrarán lo mejor de la diversidad y riqueza cultural de la isla, en un verdadero festín para los sentidos.

En declaraciones a este diario, la curadora del festival “Artes de Cuba: De la isla para el mundo” (“Arts of Cuba: From the Island to the World”), Alicia Adams, explicó que comenzó a organizarlo desde hace tres años –cuando la Administración Obama comenzó el deshielo con Cuba- para que el pueblo estadounidense pudiera apreciar la cultura cubana.

La curadora del festival, Alicia Adams, tomó tres años para montarlo y quiere que el pueblo estadounidense se acerque a entender la cultura cubana. Foto: María Peña/Impremedia

“Queremos que la gente venga a ver las extraordinarias exposiciones, vengan a escuchar la música, a  gente como Yissy, vengan a ver el ballet, a Malpaso, entiendan de lo que estamos hablando”, explicó Adams, quien quedó prendida de la “extraordinaria cultura” cubana en su primer viaje a la isla hace unos 20 años.

“Siempre ha ocurrido algo entre estos países y si le pones atención a eso, te paralizas; nunca hay un tiempo perfecto… están acá por su arte, no me importa su política, me importan sus obras”, dijo Adams, vicepresidenta de programación internacional del Centro Kennedy para las Artes Escénicas.

La puesta en marcha del festival no fue fácil porque, con un personal esquelético en la embajada de EEUU en La Habana, las visas fueron procesadas en la embajada estadounidense en México.

“Estoy acostumbrada a hacer cosas difíciles aquí con festivales internacionales; hemos hecho de Africa, Latinoamérica, China, Japón, los 22 países árabes, Iberia… ya habíamos traído artistas cubanos antes, pero esta vez fue un poco más difícil porque la embajada está operando con un personal esquelético”, señaló.

Tendiendo puentes

Horas antes de agotar las entradas de la actuación inaugural, varios de los artistas compartieron con este diario el significado de tender puentes entre ambos países, en el marco de una especie de ofensiva diplomática-cultural.

Roberto Diago, especializado en artes plásticas, lamentó que “la base que se estaba creando, tendiendo puentes entre EEUU y Cuba, ahora está en deterioro, pero desde la cultura se pueden crear esas relaciones íntimas”.

“Que una institución tan prestigiosa como el Kennedy Center haya tenido el valor, la osadía en estas circunstancias tan críticas, mientras algunos quieren construir muro,  es algo lindo, positivo.  El objetivo principal es este, un puente cultural, exponer, dialogar con la gente de aquí”, afirmó.

Diago estrena en este festival su obra “Historia Permanente” que evoca al barrio habanero de extracción obrera en Marianao, donde creció el artista y que, siglos después de la esclavitud,  forma parte de comunidades que “intentan afrontar el presente con dignidad”.

El artista afro-cubano Manuel Medive, mientras, hizo un llamado a la unión entre pueblos “hermanos”.

“Pienso que debemos como artistas seguir trabajando mucho y bien, para que ese arte llegue a todos… yo pienso que la gente debe ir a Cuba: somos hermanos, y la Tierra es un instante”, dijo Mendive, cuyas obras reflejan una fuerte influencia de la Santería, y su veneración por la Naturaleza.

“Vamos a caer, no importante dónde estemos, tú aquí, yo allá, pero todos somos iguales. Humanos”, subrayó.

Por su parte, el pianista clásico, Ulises Hernández, señaló que “este festival es un ´cómo acercar´ a dos pueblos… y este tipo de encuentros ayuda a descongestionar la gran tensión política por la que estamos viviendo”.

El pianista clásico, Ulises Hernández, dijo que el festival “ofrece oportunidades para compartir espacios”. Foto: María Peña/Impremedia

“Desde el siglo 19 ha habido mucha conexión entre nuestros países y no puede ser ahora, después de tanto esperar, de ver que era posible el deshielo, que venga una Administración a decidir que hay que dividir a los países… este festival ofrece oportunidades para compartir espacios”, dijo.

En una de las ocho salas,  Celia Ledón, considerada una artista vanguardista de la alta costura, daba los últimos toques a una de sus once obras, lograda con tubos de goma, cintas de plástico y tela. Sentada en el piso pegando tubos a una gigante obra triangular, Ledón no mostraba nervio en absoluto porque esa parte de la muestra no estaría disponible al público esta noche.

Algunas de las obras vanguardistas de Celia Ledón. Foto: María Peña/Impremedia

El festival de arte abrió la noche del martes con actuaciones de Omara Portuondo, la “diva” de “Buena Vista Social Club” y ganadora de un Grammy Latino, así como del pianista Rolando Luna, la Orquesta del Liceo de Cuba, y el compositor de jazz y pianista, Aldo López Gavilán.

El saxofonista y compositor Yosvanny Terri, el pianista Jorge Luis Pacheco, la Orquesta Miguel Failde y Aymée Nuviola completaron la lista de estrellas que iluminaron el escenario en el Kennedy Center.

Un muestrario a lo cubano

Con eventos gratuitos, el festival abarcará obras de teatro y cine, artes visuales, moda y diversos géneros de música, incluyendo salsa, jazz afro-cubano, y “funk” latino.

El Ballet Nacional de Cuba, de Alicia Alonso, ofrecerá presentaciones de “Don Quijote” y “Giselle” entre el 29 de mayo y el 3 de junio próximos, regresando al mismo escenario donde debutó hace 40 años.

Se trata de una apoteósica cita con 400 artistas, incluyendo 250 traídos de la isla, como el músico de jazz, Arturo O´Farrill, el dúo de rap “La Reyna y La Real”, Haydee Milanés y Pablo Milanés, “Los Van Van”, y la compañía de baile moderno “Malpaso”, entre otros.

Para completar la inmersión en la cultura cubana, varios salones tendrán tableros de dominó y  charlas con científicos sobre la fauna y flora de la isla, mientras que los restaurantes venderán comida típica y “mojitos”,  y las tiendas, recuerdos alusivos al festival.

Una instalación con paisajes etéreos de Mendive, titulada “Fragmento de Paisaje” y lograda con láminas de metal, domina el salón “Hall of States”, mientras que la obra “Híbrido de un Chrysler”, de Esterio Segura, ha recibido elogios de los críticos por evocar en una sola pieza la popularidad del emblemático automóvil estadounidense –convertidos en populares  “almendrones” o taxis en la isla- y su simultáneo aislamiento.

Entre las obras teatrales se mostrará “10 Millones”, del dramaturgo Carlos Celdrán, un drama autobiográfico post-revolucionario alusivo a la fallida iniciativa de 1970 de Fidel Castro de cosechar diez millones de toneladas de azúcar. La obra evoca las vicisitudes de su familia entre 1960 y 1980, dividida por la política.

El festival incluirá doce actuaciones en el “Millenium Stage” que, para deleite de cubanófilos fuera de Washington, serán transmitidos en vivo en línea.

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