Nielsen justifica separar padres y niños en la frontera y pide al Congreso limitar asilo
El asilo no es para quienes "buscan un trabajo mejor", afirmó la Secretaria de Seguridad Nacional
Ante el comité de Seguridad del Senado, la Secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, defendió el martes la política del gobierno de Trump de separar a los niños y padres que llegan ilegalmente a la frontera y volvió a pedir al Congreso que acabe con los “resquicios” que permiten a los indocumentados pedir asilo.
Nielsen tuvo que dar explicaciones de la nueva política de “tolerancia cero” que anunció la semana pasada el fiscal general, Jeff Sessions, y que consiste en el enjuiciamiento de aquellos inmigrantes que llegan de manera irregular a la frontera entre México y Estados Unidos.
Una consecuencia de esa política es la separación de familias, pero no su propósito, argumentó Nielsen.
En un tenso intercambio con la senadora demócrata Kamala Harris, Nielsen afirmó que “no tenemos una política para separar a los padres de sus hijos, la política que tenemos es enjuiciar a la gente que rompe las leyes. Siempre tienen la opción de ir a uno de nuestros puntos de entrada y no llegar de manera ilegal a nuestro país”.
Cuando la senadora Harris presionó a Nielsen sobre cuáles serían las consecuencias de separar a un niño de 4 años de sus padres, Nielsen contestó: “Lo que estamos haciendo es enjuiciar a los padres que han roto la ley, como hacemos cualquier otro día en Estados Unidos”.
Según aseguró Nielsen, los niños pasan a custodia del Departamento de Salud en un plazo de 48 horas desde el momento en que son separados de sus padres y, a partir de entonces, los servicios sociales buscan a un pariente en Estados Unidos o los entregan a una familia de acogida.
En el Senado, Nielsen se negó a ofrecer datos sobre el número de niños que han sido separados de sus padres en la frontera. Tampoco comentó sobre la información que publicaron ayer los diarios The Washington Post y The Hill según la cual el gobierno está analizando la opción de enviar a bases militares en Texas y Arkansas a los menores de edad que sean detenidos o separados de sus familias tras cruzar la frontera.
En abril el diario The New York Times publicó que más de 700 menores han sido separados de sus padres en la frontera entre México y Estados Unidos desde octubre, incluyendo un grupo de niños de menos de cuatro años.
El Departamento de Salud, que se encarga de la custodia de los menores, tiene aproximadamente cien albergues en 14 estados, que se encuentran ya a un 91% de su capacidad, por lo que pronto serán necesarias nuevas instalaciones, según dijo a The Washington Post un funcionario que pidió el anonimato.
El ingreso de menores en bases militares no es nuevo en Estados Unidos, puesto que el presidente Barack Obama (2009-2017) ya recurrió a esas instalaciones para hacer frente a la crisis en el verano de 2014, cuando las autoridades se vieron sobrepasadas ante la llegada de miles de niños que viajaban solos.
Obama ordenó alojar durante varios meses a más de 7 mil menores en bases militares de Texas, Oklahoma y California.
También durante la audiencia Nielsen reiteró sus peticiones al Congreso para que acabe con las “fisuras” que, a su juicio, permiten a cualquier inmigrante pedir asilo en Estados Unidos, aunque en realidad no sea víctima de ningún tipo de persecución.
“El asilo es para aquellos que huyen de la persecución, no para aquellos que buscan un trabajo mejor. Sin embargo nuestro sistema roto permite a los inmigrantes ilegales ingresar a nuestro país de todos modos y por el motivo que quieran”, consideró Nielsen.
En lo que llevamos de año fiscal, que comenzó el 1 de octubre de 2017 y concluirá el 30 de septiembre de este año, Estados Unidos ha admitido a 60.924 refugiados, de los que 15.802 provienen de Venezuela, seguidos de lejos por ciudadanos de Guatemala (5.562) y El Salvador (5.404).