Abogado racista de NYC “desaparece” por “fiesta latina” en su vivienda
Miles respondieron a la convocatoria por Facebook
NUEVA YORK – Decenas de personas acompañadas de un grupo de mariachis protestaron este viernes frente a la casa de un abogado que protagonizó en Nueva York un sonado incidente al quejarse en un restaurante de que los empleados hablaban en español.
Aaron Schlossberg, de 42 años, con simpatías republicanas, reclamó el pasado miércoles al gerente de un restaurante que los empleados estaban hablando en español y amenazó con llamar a las autoridades migratorias para denunciarlos.
Sus protestas, grabadas en video, fueron ventiladas con intensidad en las redes sociales y del caso han informado ampliamente los medios de comunicación por mantener una actitud reñida con la gran diversidad que continuamente celebra esta ciudad.
Tal y como habían anunciado el jueves, frente a la vivienda de Schlossberg se juntaron simpatizantes de los inmigrantes en una “fiesta latina” en la que no faltó música de mariachi y tacos repartidos entre los presentes.
Entre las piezas que se entonaron fue “La cucaracha”, claramente dirigida hacia el abogado acusado de racismo.
“Apoyo a mis compañeros inmigrantes. Mi familia es inmigrante”, dijo a los periodistas uno de los integrantes de la banda, Alvaro Paulino.
Se busca a Aaron Schlossberg…
Algunos participantes en la protesta llevaban carteles que decían “Se habla Spanish” y “Racism, no bueno”, juntando inglés y español, y la protesta se llevó a cabo en ambiente festivo y burlas hacia la figura de Schlossberg, que no apareció.
Desde que fue expulsado de su oficina legal, debido a su conducta, se desconoce el paradero del abogado. El hombre, que en los videos de los ataques racistas, se le ve muy envalentonado hostigando y ofendiendo a sus interlocutores, desde hace unos días no se sabe dónde está ni ha pronunciado palabra.
La última vez que se le vio fue, el jueves, escapando de reporteros que se le aproximaron en una calle de Manhattan para indagarlo sobre su comportamiento. No es la primera vez que el abogado huye.
Poco después de que en medios trascendiera la noticia, Schlossberg trató de escapar de un reportero del New York Post que lo abordó en el exterior de su apartamento. A Schlossberg se le ve cubriéndose con una sombrilla y llamando por teléfono para pedir ayuda.
Pero en la actividad de ayer, no se detectó ni su sombra.
Según medios locales, la compañía que le alquila la vivienda a Schlossberg, que la utiliza también como bufete, le ha pedido que salga del edificio al considerar que sus acciones son contrarias a los términos del contrato en vigor.
Previamente hubo una celebración musical de mariachis también frente al restaurante donde se llevó a cabo la protesta del abogado, y allí se juntaron otras personas también para protestar por la actitud del sujeto.
Entre las personas que llegaron allí se encontraba una representante de la oficina de derechos humanos de Nueva York, Carmen Boon, que declaró a los periodistas que a Schlossberg le puede caer una multa de hasta 250,000 dólares por daños civiles.
“Debo destacar que el daño emocional no tiene límite”, agregó.
Políticos vinculados con las comunidades latinas de Nueva York han pedido que Schlossberg sea inhabilitado como abogado.
La actitud de Schlosseberg derivó en una oleada de protestas que se intensificó cuando se conoció su identidad y sus simpatías políticas, mientras el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, recordó que la diversidad es una de las fortalezas de la ciudad.
“Las 8.6 millones de personas que llaman a esta ciudad su hogar hablan más de 200 lenguas. Todos ellos son neoyorquinos y todos ellos son bienvenidos aquí”, subrayó de Blasio, sin mencionar un destinatario.