La economía mejora pero en los hogares sobra poco

Los costos ineludibles de las familias han crecido por encima de lo que lo han hecho sus ingresos

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Crédito: Mariela Lombard

Cada vez queda menos en el bolso para ir al cine, tomar un trago con los amigos, salir un fin de semana con los hijos, ahorrar para la pensión o para un inevitable imprevisto. Tener un estilo de vida de clase media, es cada vez más complicado.¿Seguir el consejo de los inversores sobre lo que hay que ahorrar antes de jubilarse? Improbable.

La economía de EEUU crece y también lo hace la de la ciudad de Nueva York. La tasa de desempleo está cada vez más baja, aunque es algo más elevada en el caso de los latinos y los afroamericanos, y se han ido subiendo los salarios mínimos. No obstante, los presupuestos domésticos de los residentes en Nueva York están en general cada vez más ajustados y apenas queda remanente una vez que se hace frente a los costos básicos de vivir en la ciudad. Cada año menos.

Según ha verificado la oficina del contralor de la ciudad, Scott Stringer, los ingresos de las familias han crecido a un ritmo inferior al de los costos básicos de alquiler/hipoteca, transporte, salud y el cuidado de los hijos que dependiendo de la edad que tengan y cuántos sean en la casa puede ser más caro que el cheque que se haga a nombre del casero por la renta.

Desde la Contraloría, y con cifras de 2016, se explica que en hogares del espectro medio de ingresos (no exactamente la clase media en todos los casos), estos han crecido en distintos porcentajes dependiendo del tipo de familia pero nunca por encima del 3.3% anual. Mientras tanto, las rentas medias en la ciudad se han incrementado como promedio un 4% al año, y un 50% desde 2005. Por aquel apartamento de una habitación que en 2005 se pagaba $990 al mes, hace dos años se tenía que pagar al casero $1,520. Desde entonces hasta ahora, la renta ha seguido subiendo.

Tanto el alquiler como la propiedad de las viviendas es el mayor gasto de las familias de la ciudad y progresivamente ese aumento se ha trasladado a  los barrios obreros y en los que viven las familias de bajos ingresos que han experimentado fuertes subidas en las rentas debido a la presión ejercida por el éxodo de la clase media de las zonas más céntricas de la ciudad que ya no se pueden permitir.

En 2018, debido al aumento de la oferta de apartamentos en distintas zonas de la ciudad, los precios se han estabilizado o incluso descendido pero sobre cantidades muy elevadas que complican mucho dedicar apenas el 30% a pagar por un apartamento. Según los economistas, cuando se paga más de ese porcentaje por una vivienda, esta deja de ser asequible y se convierte en una carga financiera pesada.

Pero no es solo la renta lo que está alto. Los costos de la comida se han incrementado un 2.2% al año desde 2005 y los de transportes un 3.2%.

Adicionalmente, se paga también más por la salud, entre un 5% y un 6% desde 2005 hasta 2016.

Ahora que se ha eliminado el mandato individual de compra de seguro, las aseguradoras han solicitado a las autoridades un aumento medio para 2019 del 24%. Casi la mitad de ese porcentaje subiría (tiene que ser aprobado y probablemente será negociado a la baja) debido al cambio de la ley tributaria que eliminó la obligación de hacerse con seguro médico.

Quienes tienen niños tienen además que hacer frente a gastos de cuidado de bebés, campamentos, comidas, viajes y escuelas que se han incrementado un 3.2% desde 2005. Con todo, el Pre-k público ha  aliviado muchos bolsillos progresivamente. En estos presupuestos de costos a presupuestar, la Contraloría deja fuera el dinero que se va en educación privada.

El 70% de los presupuestos de los neoyorquinos se va en estos costos básicos además de vestido, cuidado personal y del hogar que no han dejado de subir. La Contraloría de hecho ha calculado que en el caso de una persona soltera una vez hechos estos pagos y los de los impuestos, quedan $641 remanentes cuando hace una década esta cifra llegaba a los $831.

“Nuestros análisis revelan que el costo de las necesidades básicas ha subido para algunas familias un 40% más que sus ingresos lo que es insostenible y malo”, explica Stringer.

Su oficina ha desarrollado un Índice de Asequibilidad con estos datos, que se actualizará todos los años y que toma cuatro modelos de hogares distintos dentro de la escala media de ingresos como referencia: el de los solteros, a los que les queda el 15% de sus ingresos tras el pago de costos ineludibles e impuestos frente al 18% de 2010, una pareja casada sin hijos y otra con dos. En estos dos últimos casos hay posibilidad de permitirse algunos gastos no presupuestados porque pueden disponer de un 36% y un 16% respectivamente de sus ingresos, aunque en el caso de las parejas sin hijos esta cantidad de libre disposición ha ido descendiendo ligeramente.

El 70% de los presupuestos de los neoyorquinos se va en costos básicos.

Este índice también examina la situación de los padres/madres solteras con dos hijos para concluir que no solo no les sobra nada tras pagar lo mínimo esencial sino que además necesitan un 25% más de lo que ganan para poder hacer frente a sus costos corrientes.

“Nuestro Índice de Asequibilidad muestra cuán difícil puede ser para los neoyorquinos llegar a fin de mes. Los costos que suben y los ingresos que no lo hacen al mismo ritmo están forzando a nuestros vecinos y amigos a tomar decisiones difíciles entre ahorrar para el día de mañana o disfrutar de un estilo de vida de clase media”, explica el Contralor. “La asequibilidad es el primer problema para los neoyorquinos. No queremos que se vayan de nuestra ciudad y tenemos que afrontar esta crisis”, aclara. 

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