Sí se puede, comenzar tu propio negocio

Programas de micro préstamos ayudan a convertir sueños en realidad

Cuando Lourdes, una ciudadana paraguaya, quedó embarazada a los 18 años, el padre del niño y su familia la hicieron a un lado. Pero esto no amedrentó a la futura madre, que desde los 14 años trabajaba limpiando casas para ayudar a su familia. Lourdes decidió salir adelante, a pesar de las circunstancias.

Su bebé, Victor, nunca llegó a usar pañales por falta de dinero para comprarlos, pero esto no disuadió a la joven mamá de comenzar su propio negocio vendiendo empanadas y bocadillos en Paraguay. Para hacerlo recurrió a un micro préstamo de un poco más de 60 dólares, que obtuvo a través de Kiva, una organización que conecta a personas en EEUU y el resto del mundo, a través de micro financiamiento, para proyectos con impacto social, que alivien la pobreza.

Eventualmente, Lourdes logró comprarse una refrigeradora y mudarse a una tiendita un poco más grande, esta vez con portón, para prevenir los robos.

Juliana recibió originalmente un préstamo de $2,000 dólares que le permitió iniciar un negocio de venta de ropa de su amada Guatemala, en Oakland, California. En la actualidad, Juliana espera recibir un segundo préstamo para su ampliar su tienda “Juliana la Guatemalteca”.

Los programas de micro financiación permiten autoabastecerse a mujeres alrededor del mundo.

Cientos de historias de pequeños emprendedores que sueñan con independizarse y comenzar su propio negocio se hicieron realidad, gracias a programas de micro préstamos, como los de Kiva. Esto es, préstamos a personas que no pueden recurrir a grandes bancos ni instituciones ya sea por ser inmigrantes, no tener crédito, haber sido previamente encarcelados, o a aquellos que viven en comunidades alejadas en países en Latinoamérica, África o Asia.

Alrededor del mundo, las mujeres tienen mucho menor acceso a créditos justos y asequibles para comenzar un pequeño negocio o cubrir sus necesidades básicas. Según información de Kiva, mientras el 46% de los hombres alrededor del mundo tiene acceso a servicios financieros formales, sólo el 27% de las mujeres goza del mismo tipo de oportunidad.

En entrevista con este diario, Anne Lufkin, asociada de Kiva, en Oakland, California, explicó el criterio para calificar para un micro préstamo, con 0% de interés, en EEUU.

“Buscamos proyectos que tengan un impacto social, para personas financieramente excluidas por grandes instituciones que no pueden calificar para otros préstamos”, indicó.

Lufkin mencionó el programa “Trust Builder: en el que las mujeres representan el 90% de los participantes y que apoya tanto a aquellas que quieren hacer tamales desde su hogar, preparar jugos para vender, o comenzar un negocio de decoración para fiestas de primera comunión, entre muchos otros.

“Un caso interesante que recuerdo es el de una mujer nicaragüense residente de Oakland que pidió un préstamo para entrenar a jóvenes en circunstancias de alto riesgo a hacer faciales y masajes”, compartió Lufkin.

Personal de Sistema Biobolsa, una de los proyectos en México que pudo crecer y expandirse gracias a los micro préstamos.

Aquí y alrededor del mundo

No es necesario vivir en EEUU para ayudar o pedir ayuda. Quienes prestar dinero a pequeños emprendedores pueden hacerlo invirtiendo en cifras de incluso solo 25 dólares. En entrevista con este diario, Nicolas Lafaye, director regional para Latinoamérica y el Caribe, explicó los programas y dinámica del micro financiamiento en los países de América Latina.

“México, por ejemplo, es un lugar interesante porque el costo de hacer negocios allí es muy alto y esto hace que los intereses también sean extremadamente altos”, explicó. Lafaye explicó que la organización busca mantenerse al margen de aquellas instituciones que cobran intereses excesivos, para mantener la reputación de la organización.

Lafaye destacó el caso mexicano de Sistema Biobolsa, una empresa de fertilizantes orgánicos, que gracias a los micro préstamos pudo crecer e incluso expandirse.

“En los últimos años tuvimos la oportunidad de crecer y experimentar con otro tipo de participantes y productos”, explicó Lafaye. Por ejemplo, la organización comenzó a colaborar con universidades latinoamericanas, fundaciones e incluso en la recuperación de desastres naturales, como en el terremoto de Ecuador de 2016.

Lufkin agregó que la organización ayuda a los participantes financiera y tecnológicamente excluidos a llenar formularios, crear aplicaciones que beneficien a su empresa, abrir cuentas bancarias y obtener consejería.

Según información de Kiva, el índice de reembolso de préstamos es del 96.9%.

Desafíos

Lafaye explicó que, a nivel internacional, ha habido un decline en la participación de nuevos usuarios en Kiva, debido al aumento de organizaciones de micro financiamiento de los últimos años.

Entre los desafíos para las mujeres, a nivel nacional, Lufkin citó el manejo del tiempo. “Muchas de ellas tienen familias y dos o más trabajos y tienen que aprender a organizarse para manejar su negocio”.

“Sentimos pasión por lo que hacemos, queremos verlos triunfar, que crezcan financieramente y puedan subir la escalera financiera; queremos que puedan pedir un segundo o tercer préstamo para expandir sus emprendimientos, o aplicar para instituciones más grandes”, coincidieron.

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