Partido Republicano reacciona dividido a política de Trump de separar familias

El presidente se reunió con congresistas para impulsar reformas a ley migratoria

La protesta forma parte de una campaña nacional contra la separación de familias.

La protesta forma parte de una campaña nacional contra la separación de familias.  Crédito: María Peña/Impremedia

WASHINGTON — Líderes del Partido Republicano han empezado a reaccionar, con profundas divisiones, a las imágenes de niños llorando en la frontera, en medio de agitadas discusiones en el Congreso sobre cómo resolver la crisis humanitaria.

El presidente Donald Trump se reunió en el Capitolio con los líderes de la bancada republicana de la Cámara de Representantes en vísperas de su voto de sendas medidas migratorias.

Según indicó un portavoz de la Casa Blanca, Raj Shah, Trump comunicó a los legisladores su apoyo “al 100%” de los esfuerzos republicanos por avanzar dos medidas que “construyan el muro, cierren los resquicios legales, cancelan la lotería de visas, reducen la migración en cadena (visas familiares) y resuelven la crisis de la frontera y la separación de familias al permitir la detención y deportación” de unidades familiares.

Una de las medidas es la que presentó en enero pasado el legislador republicano por Virginia, Bob Goodlatte, y que refleja punto por punto las prioridades de Trump para estrechar el cerco a la inmigración ilegal.

La segunda medida, liderada por el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, también contiene en sus 293 páginas fuertes medidas policiales para la frontera y el interior del país. Los republicanos la han calificado como una medida “moderada” y de “consenso”, pese a que no ha tenido participación demócrata.  

Ambas medidas aprueban fondos para el muro fronterizo; proponen soluciones al programa de “acción diferida” (DACA) de 2012; restringen aún más el proceso de asilo, y mantienen la política de detener a familias en la frontera, aunque ya no separadas.

Una tercera medida, que elabora el republicano Mark Meadows, del ultraconservador “Freedom Caucus”, solo abarca el problema de la separación de familias: las mantiene unidas pero bajo custodia del Departamento de Seguridad Nacional. En el lado del Senado, los republicano Ted Cruz y John Cornyn elaboran sendas medidas para mantener unidas a las familias a la vez que se agilizan tanto el proceso de asilo como las deportaciones.

No está claro que los republicanos, que controlan la agenda y el calendario del Congreso, tengan un “plan B” en caso de que estas medidas fracasen, aunque están conscientes de que si no lo logran, será prácticamente imposible conforme se acerquen las elecciones.

Horas antes de su encuentro con los legisladores, Trump emitió una serie de mensajes en Twitter con los que intentó justificar la política de separación familiar, y acusó a los demócratas de “ser el problema”.

“No les importa el crimen y quieren que los inmigrantes ilegales, no importa cuán malos puedan ser, invadan e infesten nuestro País, como (la pandilla) MS-13. No pueden ganar con sus políticas terribles, así es que los ven como votantes potenciales”, dijo Trump.

El mandatario continuó sus ataques contra la oposición durante un discurso ante el empresariado, desviándose de su mensaje económico, y no descartó “hacer cambios” a las medidas republicanas que anteriormente dijo apoyar.

De “animales” y “jaulas”

El mandatario, que ganó la presidencia en 2016 con retórica incendiaria contra los inmigrantes, nuevamente recurrió a su política de criminalizar a los inmigrantes, sin hacer distinciones entre los que cometen crímenes y los que huyen de la violencia y buscan asilo en EEUU.

En otras ocasiones, Trump se ha referido a los miembros de la “MS-13” como “animales”, y hoy volvió a repetir la sugerencia de que buena parte de los que cruzan ilegalmente son un peligro para la seguridad pública y nacional.

También acusó a abogados de inmigración de ayudar a los migrantes a hacer trampa en las solicitudes de asilo.

“Tomó poco tiempo para que Trump pasara de llamar ´animales´ a los migrantes a poner a niños en jaulas. La separación de familias es una grave violación de los derechos humanos, que en algunos casos que hemos documentado claramente es tortura”, dijo a este diario Brian Griffey, investigador principal de Amnistía Internacional.

“Esto no es un asunto bilateral, esto exige una condena internacional hasta que la Administración Trump ponga alto a esta vergonzosa práctica y reunifique a estas familias que están siendo separadas mientras el mundo observa pasmado”, agregó.

Sin embargo, es casi nula la posibilidad de que la Administración abandone su política de “cero tolerancia” para frenar la inmigración ilegal, si bien las imágenes de niños tirados en colchonetas en el piso en instalaciones parecidas a jaulas o perreras ha generado protestas y malestar entre la opinión pública.

La Administración insiste en que no tiene más remedio que separar a niños de sus padres, pese a que esa práctica ha sido condenada por grupos defensores de los derechos humanos y una vasta coalición de grupos cívicos pro-inmigrantes.

Según activistas, en ningún otro lugar del mundo un gobierno mantiene bajo encierro a poco más 12,000 niños, cifra que incluye a 10,000 niños no acompañados y a los 2,342 que han sido separados de sus padres en las últimas semanas.

Los demócrata han presentado medidas en ambas cámaras del Congreso para prohibir la separación de familias y realizan a diario eventos con la prensa. Algunos, como la senadora Kamala Harris y la congresista Debbie Wasserman Schultz, pidieron hoy la renuncia de la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen.

Algunas críticas republicanas

En los corredores del Congreso, el asunto ha empezado a incomodar a líderes republicanos que, de cara a los comicios legislativos del próximo 6 de noviembre, hasta ahora habían preferido centrarse en temas económicos.

Algunos legisladores de estados fronterizos han guardado silencio pero el senador republicano por Arizona, John McCain, coautor de la fracasada reforma migratoria de 2013, afirmó que la política actual “es una afrenta a la decencia del pueblo estadounidense y contraria a los principios y valores sobre los cuales se fundó nuestra nación”.

“La Administración tiene el poder de revertir esta política. Debe hacerlo ahora”, dijo.

Su colega de Arizona, Jeff Flake,  ha elogiado la condena que hizo la ex-primera dama, Laura Bush, y junto co la senadora republicana de Maine, Susan Collins, han exigido respuestas al DHS.

Por su parte, el congresista republicano de California, Jeff Denham, que afronta una difícil reelección en noviembre próximo, dijo a la cadena CNN que la política actual “no sólo no es aceptable sino que las imágenes de arrancar a niños de sus padres es horrible para cualquier partido”.

Otros prominentes republicanos, como los senadores Lamar Alexander, Bob Corker, Orrin Hatch y Lindsay Graham, también han dicho que la Casa Blanca debe y puede frenar esta práctica sin la ayuda del Congreso. Una decena de senadores conservadores envió una carta al fiscal general, Jeff Sessions,

Algunos acérrimos defensores de Trump, entre éstos Anthony Scaramucci y el evangelista Franklin Graham también han lanzado críticas a la Administración.

Scaramucci, quien duró apenas diez días como director de comunicaciones de la Casa Blanca el año pasado pero se declara leal a Trump, destacó la incoherencia de la Administración en torno a su uso de la separación familiar como elemento disuasorio.

Según Scaramucci, Trump está recibiendo malos consejos de sus asesores sobre este asunto.

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