Ajustes de presupuestos

La escasa subida salarial anulada por la inflación puede obligar a hacer nuevas cuentas domésticas

La subida de los precios y la llegada a mitad del año obliga a repensar los presupuestos./Shutterstock

La subida de los precios y la llegada a mitad del año obliga a repensar los presupuestos./Shutterstock Crédito: Shutterstock

Hemos cruzado la línea ecuatorial del año. Es un gran momento para repasar en qué medida se han cumplido o no y cómo se han desviado los buenos propósitos financieros hechos con la entrada de 2018. ¿Ahorrar más para la pensión? ¿para un viaje? ¿reducir las deudas? ¿Abrir una cuenta para el hijo?

Además quizá toque ajustarlos porque por el lado de los ingresos se esperaba que los recortes de impuestos y el fuerte crecimiento del mercado laboral impulsaran finalmente mejoras en los salarios. No hay evidencias de subidas de ingresos y sin embargo lo que ha ocurrido es que las tensiones geopolíticas (principalmente con Irán) y la sombra de la incipiente guerra comercial han repercutido negativamente sobre los cheques de los trabajadores porque la inflación está subiendo con fuerza.

Si es de los que pone gasolina en el carro o le gusta la carne en la barbacoa, este verano va a salirle mas caro tanto manejar como cocinar su hamburguesa en el grill. El  petróleo, que estaba en $48 por barril el año pasado ha llegado en las últimas semanas a $71 y el martes rondaba los $69. En California y Nueva York los precios medios de la gasolina han subido más de medio dólar por galón. Es más, se espera que sigan la trayectoria ascendente desde los más de $3 actuales dado las hostilidades abiertas por Washington con Irán.

Por otro lado, los precios de los alimentos han subido un 1.4% con respecto a junio del año pasado.

La guerra comercial está afectando los precios de muchos productos y si la Casa Blanca insiste en recrudecerla la inflación puede dispararse porque no serán solo las lavadoras hechas en China o los productos de aluminio y acero importado los que suban de precio sino todos los que se hagan en EEUU y lleven partes que se hayan tenido que comprar en el exterior, como ocurre en casi todas las industrias.

Además –lo habrá notado en su tarjeta de crédito– las tasas de interés están subiendo.

Ante esto ¿Qué hacer?

  • Repasar dónde se está con las resoluciones de primeros de año

Ver hasta dónde se han conseguido los objetivos. En caso de que se haya avanzado menos de lo que se planeara no solo hay que ajustarlos a la realidad sino también analizar por qué no se ha llegado. Hay veces que lo que falta es tiempo o poner entre las prioridades ir al banco para abrir una cuenta de ahorro para los estudios del hijo, por ejemplo.

  • Crear un presupuesto

Esta es la mejor herramienta para administrarse y dedicar los recursos planeados a lo que se quiera conseguir. Como los ingresos, gastos y prioridades no son fijos y cambian según la etapa de la vida hay que adoptar un presupuesto que se adapte a estas variables de vez en cuando. Es importante, además, que sea realista porque estas cuentas solo funcionan si están basadas en la realidad no en lo que deseamos. Hay varias formas de hacerlos y darles seguimiento, algunas con ellas con apps como YNAB o Mint, entre otras.

Uno de los modelos más populares es el sugerido por la senadora y profesora de derecho de Harvard, Elizabeth Warren. Se trata del modelo 50-30-20 que son los porcentajes que se dedican “a lo que se necesita”, “lo que se quiere” y lo que se dedica a “ahorrar y pagar deudas”, respectivamente.

Lo que se necesita y a lo que hay que dedicar el 50% de lo que se ingresa es pagar la renta o hipoteca, comprar alimentos, pagar facturas básicas, seguros o el transporte. Si tiene hijos pequeños que necesitan cuidado especial es posible que este porcentaje se desvíe en cuyo caso habrá que rebajar por otros lados.

Lo que se quiere: comer en un restaurante, hacer un viaje o ir la cine puede llevarse hasta el 30% del presupuesto doméstico y el 20% restante es para finanzas básicas: ahorro y pago de deuda, si la hay. En este sentido hay que tener en cuenta lo importante que es tener ahorros que puedan cubrir gastos necesarios durante varios meses (fondo de emergencia) y ahorrar para el retiro pero además, ahora, y dada la subida de las tasas de interés es razonable bajar en cuanto se pueda los balances de las tarjetas u otros préstamos.

Es aconsejable pagar más del mínimo requerido para evitar que la deuda se rebaje lentamente.

  • Repasar cómo está la calificación crediticia

Es algo que hay que hacer con cierta frecuencia, más desde la brecha de seguridad de Equifax el año pasado. Saber que el historial crediticio es preciso y trabajar en aumentar la calificación de crédito es un propósito a renovar cada pocos meses.

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