El Velo Negro de María

Las heridas de María son aún profundas, no solo visibles en el rostro de la isla, sino especialmente en el alma de los puertorriqueños

Con un nuevo monstruo amenazando las Costa Este de Estados Unidos y un año después del peor desastre en la historia de Puerto Rico, la isla sigue cubierta por el velo negro del Huracán María.

Puerto Rico finalmente anunció el verdadero saldo mortal de la tormenta: 2.975 vidas, en medio de la desidia y arrogancia del gobierno federal, de la incompetencia de funcionarios locales y el olvido del resto del país.

Las heridas de María son aún profundas, no solo visibles en el rostro de la isla, sino especialmente en el alma de los puertorriqueños.

“No todos nos podemos ir”, dice Elizabeth Chapman, una residente de Río Grande de 53 años que dolorosamente vio emigrar a su madre, Angela, a Texas porque su hogar fue una de las más de 60.000 casas que destruyó la tormenta. Para colmo de males, el gobierno federal ha negado la ayuda financiera a más de la mitad de quienes perdieron sus casas, dejando a decenas de miles de puertorriqueños a merced de la próxima María.

“Unos nos tenemos que quedar para poder echar esto pa’lante”, agrega valiente Elizabeth.

La sangría de residentes que han abandonado la isla es devastadora. Según un estudio de City University of New York, Puerto Rico podría perder 470.000 de sus 3,2 millones de habitantes entre 2017 y 2019 debido a María. La tempestad causó hasta $95.000 millones en daños en una isla que ya sufría desastrosos niveles de deuda pública.

Pero hay muchos que no aprenden la lección. Y el estado de la red eléctrica de la isla es buena prueba de ello. La Autoridad de Energía Eléctrica de Puerto Rico (AEE), finalmente restauró el fluido eléctrico a toda la isla casi un año después de la catástrofe. La red, no obstante, permanece débil.

La AEE, sin embargo, insiste en reconstruir buena parte de la red por medio de plantas de combustión del caro gas metano, lo cual impediría la independencia energética de la isla y contribuiría a la crisis climática que fomenta monstruos como el Huracán María.

Pero este monstruo trae un pan bajo el brazo y ahora ofrece la oportunidad de reconstruir por completo la obsoleta red eléctrica de Puerto Rico con un sistema resiliente de microredes de energía solar.

El mayor obstáculo para “echar esto pa’lante”, es la administración Trump. Tras tratar a las víctimas como ciudadanos de segunda clase y minimizar la gravedad de la catástrofe, Trump recientemente felicitó a su administración y se adjudicó un “10” en su respuesta a la crisis.

Ese “10” le pertenece al pueblo puertorriqueño, que todavía sigue en pié y “pa’lante”.

Javier Sierra es columnista del Sierra Club. Sígalo en Twitter @javier_SC

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