Esto le pasa al cerebro de un adicto a la pornografía
El alto consumo de contenido sexual modifica el funcionamiento del cerebro
Una adicción ocurre cuando los estímulos externos e internos alteran la composición y estructura normal del cerebro, dando paso al comportamiento adictivo. Lo mismo ocurre con el cerebro de un adicto a la pornografía: el consumo de imágenes eróticas es tan alto, que llega un punto en que el cerebro se modifica.
La actividad sexual hace que el cerebro produzca dopamina, un neurotransmisor conocido como la hormona del placer y la felicidad. Pero una inundación de dopamina provocada por una descarga excesiva de esta hormona, puede producir desórdenes endocrinos, renales, estomacales y cardiovasculares.
Además, el placer es tan elevado y tan frecuente que el organismo demandará que la hormona se vuelva a producir. Entre más cantidad de dopamina se produzca, la tolerancia aumentará y, con ello, la cantidad necesaria de dopamina para sentir placer. Así es como funcionan las adicciones.
Además, de acuerdo con un estudio realizado por el instituto alemán Max Planck, el cerebro de una persona que mira pornografía varias horas a la semana presenta menos materia gris en el lóbulo derecho del cerebro y la actividad de la corteza prefrontal, encargada del proceso racional, disminuye.
Por estos motivos, la adicción a la pornografía se considera tan seria como la adicción a una droga o al alcohol.