El delito que puede poner en riesgo a miles de inmigrantes hispanos

Casos de violencia doméstica en familias latinas es mayor que el promedio nacional

Tener un delito menor no garantiza protección de la deportación

Tener un delito menor no garantiza protección de la deportación Crédito: ICE

Una de cada cuatro mujeres experimenta abuso y violencia doméstica en algún momento de su vida de acuerdo a las cifras de La Coalición Nacional en contra de la Violencia Doméstica. Y para las mujeres latinas las cifras son más altas que el promedio nacional.

Cada día tres mujeres son asesinadas en Estados Unidos en manos de una pareja actual o anterior, según un reporte del Centro de Política de Violencia (VPC).

La violencia doméstica grave es un delito muy grave que conlleva consecuencias legales, como multas graves, posible tiempo en prisión y una orden de alejamiento.

En caso de un inmigrante bajo los actuales lineamientos migratorias del gobierno Trump significa una falta irreparable para su futuro migratorio. 

Ser condenado de un delito grave de violencia doméstica ese error mortal a la hora de tratar de aplicar para su Green Card o su naturalización.

Los agentes de inmigración tienen la facultadad de calificar esta pena como ofensa deportable, tanto para inmigrantes que busca regularizar su situción migratorio, así como para los que ya tienen su “Green Card”.

Ese es el caso del inmigrante ecuatoriano Pablo Villavicencio que fue dejado hoy en libertad bajo fianza, con una orden de no acercarse a su esposa, luego de que el repartidor de pizza fuera acusado el fin de semana de un delito menor tras un incidente de violencia doméstica.

La violencia doméstica puede clasificarse como un delito grave o un delito menor dependiendo de la gravedad del incidente.

Villavicencio, de 35, y que pasó el fin de semana en la cárcel de donde salió hoy sin decir palabra, acaparó la atención de políticos y la prensa después de que el pasado 1 de junio fuera arrestado por Inmigración en la base militar Fort Hamilton en Nueva York, donde entregaba una pizza.

En ese entonces su detención provocó una intensa campaña de activistas y de su esposa Sandra Chica, hoy ultrajada por Villavicencio, para que el repartidor de pizza fuera liberado de la cárcel de Inmigración en que estaba en Nueva Jersey, en la que varios políticos, incluyendo al gobernador del estado Andrew Cuomo, dejaron escuchar su voz a su favor.

Tras 53 días detenido por Inmigración fue liberado el pasado julio por una orden del juez federal Paul Crotty, quien indicó que el inmigrante puede permanecer en este país mientras ejerce su derecho a completar el proceso para obtener un estatus legal.

El inmigrante fue detenido luego de un incidente en su hogar en Long Island en que empujó a su esposa contra la pared, le pegó y le quitó el celular para que no llamara a la policía, de acuerdo con la querella en su contra.

Villavicencio acudió hoy acompañado de un abogado a una breve audiencia en una corte de Long Island, donde el juez le ordenó no acercarse a su esposa, con la que tiene dos niñas, y quedó en libertad tras pagar la fianza, señala el Newsday.

El juez fijó un juicio para noviembre donde deberá responder por los cargos menores, de los que se había declarado no culpable el pasado fin de semana, cuando fue acusado por el incidente con Chica.

El ecuatoriano abandonó la corte, acompañado por un grupo de personas que le apoyaban y sin hacer comentarios a la prensa que aguardaba fuera del tribunal, indica además el rotativo.

Villavicencio solicitó el pasado febrero la residencia permanente por estar casado con una ciudadana y sus abogados esperan que este incidente no afecte ese proceso.

Aunque el ecuatoriano fue acusado de un delito menor de violencia doméstica este puede ser “elevado” a un delito grave si se lo vuelve a repetir, asegurando su deportación.

con información de EFE

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