Inquilinos con VIH en edificio de El Bronx demandan a casero por discriminación
La demanda fue interpuesta con la ayuda de Bronx Legal Services
El 27 de febrero de 2017, Robert White, un hombre de 61 años, retirado y soltero, celebró hasta el anochecer. Tras años de trasladarse de un refugio temporal a otro, finalmente Robert, que ha vivido con VIH desde hace más de 20 años, tenía su propio apartamento.
Él hombre, que hace parte de un programa ofrecido a pacientes con VIH, por Unique People Services, una organización que ayuda a ciudadanos que han sido discriminados, se levanta cada día y admira la ciudad de sus sueños a través de los grandes ventanales de este apartamento de una habitación, ubicado en el tercer piso de un edificio en la sección East Concourse de El Bronx.
La tranquilidad de Robert no duró mucho. En septiembre de 2017, recuerda, Pistilli Realty compró este edificio, ubicado en el 1555 Grand Concourse, y poco después, según asegura, comenzó a “atacar y discriminar a los residentes con VIH con el fin de que abandonaran sus viviendas“.
“Cuando el propietario se hizo cargo de el edificio noté que le dieron un cambio de cara y luego comenzó de inmediato el desalojo de personas y la renovación de apartamentos, y fue entonces cuando me di cuenta de que tenían una agenda con hambre de dinero”, dijo Robert.
Pero este no fue el único incoveniente que se encontraron los residentes con VIH, quienes aseguran estar sufriendo de discriminación, al ser los únicos que han recibido notificaciones para que encuentren otros apartamentos. Hay al menos tres proveedores principales de viviendas: Unique People Services, Housing and Services Inc., y Communilife.
Una de las residentes, que pidió no compartir su identidad, vive en el segundo piso junto a su hijo autista de siete años. Hace 30 años llegó de República Dominicana y lleva 28 de estos viviendo en este apartamento.
“Nos quieren sacar a como de lugar”, dijo la dominicana. “Yo he estado hospitalizada dos veces por este estrés de no saber qué va a pasar conmigo y con mi hijo”, apuntó.
Sin embargo, ella, Robert y otros residentes más, guardan la esperanza de que la demanda grupal que presentaron este miércoles en el Tribunal de Distrito Sur de Nueva York, en contra de los dueños del edificio y la compañía de administración, Lidia Management Corp, por violaciones de la Ley de Vivienda Justa y las leyes de Derechos Humanos de la Ciudad, sirva para que se termine la persecución de la que aseguran son víctimas.
La demanda, presentada con el apoyo de Community Action for Safe Apartments (CASA) y la representación de la Coalición de Derechos de los Inquilinos de los Servicios Legales del Bronx (Bronx Legal Services), financiada por el programa de Protección contra Inquilos e Inquilinos de la Administración de Recursos Humanos (HRA), reclama discriminación basada en su fuente de ingresos y estado de VIH.
Fue en medio de una reunión comunitaria en mayo cuando Johanna Ocana, abogada de Bronx Legal Services, conoció sobre la problemática y de inmediato comenzó a investigar de qué manera se podría aliviar la situación de los residentes, especialmente aquellos con complicaciones de salud.
“Normalmente trabajamos con inquilinos que tienen problemas con reparaciones en sus apartamentos, pero este caso es distinto, y aún así decidimos involucrarnos para ayudarlos”, indicó Ocana. “Analizamos las opciones, hicimos una votación con los residentes para saber si querían involucrarse y así fue como logramos presentar esta demanda”.
Ocana explicó que una vez la demanda sea interpuesta, esperan que el ambiente de preocupación en los pasillos de la edificación se calme. “Esperamos que ellos [caseros] vean que los residentes están asumiendo esto con seriedad y que conocen sus derechos, pero si incrementan los ataques entonces estaremos listos para interponer una orden en la corte”.
De acuerdo con representantes de CASA, Pistilli Realty, un grupo de bienes raíces con sede en Queens, ha estado aumentando constantemente su cartera en El Bronx en los últimos años, y ha realizado muchos cambios estéticos en el edificio desde que lo compró al hijo del difunto Harry Silverstein, pero aseguran que las quejas de los inquilinos sobre las malas condiciones persisten.
“Hasta la fecha, el Housing Preservation Development (HPD) ha verificado más de 200 infracciones al código de vivienda en el edificio de 147 unidades que son consistentes con el testimonio de los inquilinos de fugas crónicas, pisos dañados y sistemas eléctricos peligrosamente viejos.
Pistilli Realty no contestó con comentarios al cierre de esta edición.