Resultados mixtos sobre Trump tras los comicios de medio periodo
Maribel Hastings es asesora ejecutiva de America’s Voice
WASHINGTON, DC – Los dos años que le restan a este mandato del presidente Donald Trump prometen tranques y divisiones, ahora que los demócratas consiguieron el control de la Cámara de Representantes y los republicanos continúan controlando el Senado e incluso solidificaron su mayoría. Pero habrá cuando menos algún tipo de freno a los excesos del gobierno de Trump.
Es cierto que restan dos años de Trump en la Casa Blanca antes de los comicios de 2020, cuando buscará la reelección. Es cierto también que el Senado permanecerá bajo control republicano. Pero al menos habrá algún tipo de fiscalización en la Cámara Baja que no será un sello de goma de este presidente como lo ha sido en manos republicanas.
La elección de medio tiempo tuvo mensajes mixtos. Cada bando presentará la interpretación que más le convenga. Fue sin duda un plebiscito sobre Trump y especialmente sobre su mensaje apocalíptico, racista, prejuicioso y divisivo, donde el inmigrante es la “raíz de todos los males” del país.
Así, en materia migratoria algunas figuras republicanas antiinmigrantes que abrazaron el mensaje de Trump fueron rechazadas, entre otras, Kris Kobach, el Secretario de Estado de Kansas, quien buscaba la gubernatura; Corey Stewart, quien quería el escaño del senador demócrata Tim Kaine en Virginia; la titular republicana del distrito 10 de Virginia, Barbara Comstock, perdió su escaño ante la demócrata Jennifer Wexton, así como Dave Brat, quien perdió el escaño del distrito 7 de Virginia. Lou Barletta, otro Mini-Trump, perdió su contienda ante el demócrata Bob Casey por el escaño senatorial de Pennsylvania. Y Steve King casi pierde su escaño cameral por el estado de Iowa.
Sin embargo, algunos clones de Trump ganaron, como el senador republicano de Texas, Ted Cruz, aunque pasó el susto de su vida en una cerrada contienda ante el demócrata Beto O’Rourke. Otro clon, Ron DeSantis, parece haber ganado la gubernatura de la Florida, también tras una reñida contienda contra el demócrata Andrew Gillum.
Y en el Senado, Nevada volvió a probar la efectividad de sus grupos cívicos y sindicatos en movilizar a votantes de minorías, incluyendo los latinos. Esta vez la fórmula logró que el senador republicano Dean Heller perdiera su escaño ante la demócrata Jacky Rosen. Según el sondeo American Election Eve Poll, de Latino Decisions, comisionado por diversos grupos progresistas, los latinos de Nevada favorecieron a Rosen sobre Heller 71% sobre 25%, respectivamente.
De todos modos, los republicanos solidificaron su mayoría en el Senado con la elección de conservadores alineados con Trump. Y los demócratas perdieron varios escaños, incluyendo en la Florida, aunque hasta que escribo estas líneas se hablaba de un posible recuento de votos en la contienda entre el senador y titular demócrata, Bill Nelson, y el republicano exgobernador, Rick Scott.
En la Cámara Baja la historia fue diferente y evidenció las profundas divisiones ideológicas del país. Los demócratas fueron favorecidos en los centros urbanos y suburbanos, mientras los republicanos, en general, prevalecieron en zonas rurales donde Trump es rey. No obstante, demócratas destronaron a congresistas republicanos en varios estados que Trump ganó en la elección de 2016 evidenciando el descontento del electorado con los excesos de Trump. Los demócratas incluso sumaron gubernaturas a su columna. Los 3 estados que le dieron la victoria a Trump en 2016, Michigan, Wisconsin y Pennsylvania, eligieron gobernadores demócratas.
Precisamente esos excesos de Trump fueron el detonante de una participación electoral que batió récords en una elección intermedia y los latinos formaron parte de esa movilización, aunque en algunos casos no supuso el triunfo del demócrata, como en la contienda entre Cruz y O’Rourke en Texas. O’Rourke movilizó a jóvenes y minorías y, según el sondeo de Latino Decisions, fue favorecido por los votantes latinos 74% sobre 24%. Ojalá que los demócratas capitalicen sobre el entusiasmo de los latinos en Texas y en otros estados e inviertan efectivamente para mantenerlos movilizados rumbo a 2020. La movilización pro O’Rourke contribuyó a que los demócratas derrotaran a dos titulares republicanos de la Cámara Baja en Texas: John Culberson y Pete Sessions perdieron sus escaños.
Y otro sector que sin duda fue movilizado por los excesos de Trump fueron las mujeres. La cifra récord de más de 100 mujeres servirá en la Cámara de Representantes.
En fin, que cada bando tiene algo que celebrar y algo que ponderar.
La Cámara Baja demócrata tendrá el poder de fiscalizar los excesos y las irregularidades de Trump. Pero tiene que balancear el proceso para no lastimar sus posibilidades de mantener esa mayoría en 2020, sobre todo si quiere obtener triunfos legislativos que mostrarle a los electores, considerando que un Senado republicano y un presidente republicano con poder de veto pueden frenar muchos de esos intentos.
Así, estos próximos dos años prometen más división, más estancamiento, a menos que ocurra un milagro y Trump y los demócratas decidan que quieren negociar para mostrar resultados en algunas áreas antes de la general de 2020.
Al hablar ante la prensa en la Casa Blanca, Trump por un momento pareció extender una rama de olivo a los demócratas de la Cámara Baja al decir que “quiero ver bipartidismo, quiero ver unidad”. Pero inmediatamente afirmó que si los demócratas de la Cámara emplean su mayoría para abrir pesquisas sobre sus impuestos o Rusia, está listo para combatirlos. Dijo: “Pueden jugar ese juego, pero nosotros lo jugamos mejor porque tenemos una cosa llamada el Senado”. Y retomó sus ataques a la prensa y a los inmigrantes “invasores”.
Ante tanto presagio de turbulencia, hay que abrocharse los cinturones.
Maribel Hastings es asesora ejecutiva de America’s Voice