Andy Warhol vuelve a Nueva York por sus “15 minutos de fama”
El Museo Whitney de Arte Americano monta una exposición que integra los 40 años de la estrella del arte pop
En 1968, Andy Warhol dijo que “todo mundo tendría sus 15 minutos de fama”, pero ese instante no aplicaría en su caso porque en aquel entonces ya era famoso por su contribución al arte pop, una tendencia que ayudó a reinventar hasta convertirse en su principal estrella, lugar que reclama –indirectamente– con una grandiosa exhibición en el Museo Whitney de Arte Americano.
El arte pop, en esencia, retoma elementos cotidianos, aspiracionales o de alto consumo, como aquellos utilizados en la publicidad, para transformarlos, tal como lo hizo Warhol con latas de sopa Campbell’s o botellas de Coca Cola, pero este descendiente de inmigrantes rusos nacido en 1928 en Pittsburgh, Pensilvania, dio un paso adelante y se volvió una especie de hijo pródigo para la Gran Manzana, donde logró el éxito profesional y económico como publicista; vivió la “época dorada” del gran destape neoyorquino al lado de figuras como el escritor Truman Capote.
Warhol decía que “el éxito era un trabajo en Nueva York”, pero él parecía haber nacido para obtenerlo, como compartió la curadora Donna De Salvo –responsable de montar la muestra– al presentar “Andy Warhol – From A to B and Back Again” (“Andy Warhol – De la A a la B y viceversa”), que no decepcionará a expertos, pero permitirá a los neófitos acercarse a este neoyorquino desde sus raíces hasta los momentos álgidos de su carrera, que fueron varios, como ilustrador, dibujante, artista plástico, escultor y cineasta.
¿Apocalíptico o integrado?
En Apocalípticos e integrados, Umberto Eco proyecta las consecuencias de la cultura de masas, no sólo a través de los medios de comunicación, sino la “masificación” de cualquier proceso humano. En su teoría, el filósofo italiano divide a las personas en los “integrados”, aquellos que no cuestionan el status quo y se adhieren a los procesos masificados aunque derive en la destrucción de la individualidad; los otros son “apocalípticos”, quienes observan en ese proceso de masificación la destrucción del individuo y la sepultura de su potencial. Warhol rompe esa idea.
Él es apocalíptico e integrado; cruza el umbral de la masificación a través de la publicidad; se apropia de sus elementos básicos, incluido el producto mismo, y lo transforma en arte o en discurso contestatario. La portada del libro de Eco es un personaje clave de la cultura pop, Supermán, el mismo que Warhol integró a su catálogo.
“A través de sus acercamientos a diversos medios, el trabajo de Warhol tocó varios temas: el sexo, la muerte, la política, la identidad y las tensiones creadas entra la fotografía y la pintura”, apunta la descripción oficial del museo. El visitante tendrá oportunidad de acercarse a esas perspectivas desde la mirada pop. Nada le parecerá ajeno, aunque los lugares comunes hayan sido retransformados.
El recorrido no da una ruta específica, pero es fácil ir desde los inicios formales de Warhol como artista hasta sus últimos años o viceversa. Ningún museo constriñe el recorrido, pero pocas exposiciones reservan rincones que muestran la intimidad de quien es expuesto a través de su correo, sus discos, libros y otros elementos que se vuelven objetos de exhibición. Lo personal se vuelve público.
El retorno y su ruta
Toma sentido decir que con esta exposición Warhol “vuelve” a Nueva York, porque desde 1989 no se había montado una retrospectiva que cubriera los 40 años de carrera del artista, pero tal esfuerzo no se quedará en la Gran Manzana, ya que en 2019 irá a San Francisco y en 2020 a Chicago, aunque los neoyorquinos podrán disfrutarla del 12 de noviembre de este año hasta el 31 de marzo de 2019.
De Salvo, directora de Iniciativas Internacionales y Curadora Senior en el Whitney, también trajo bajo la manga una monografía de 400 páginas, que integra la obra Warhol, que se ofrece en la tienda del museo, igual que memorabilia del artista.
En el montaje de la exhibición colaboraron Christie Mitchell y Mark Loiacono, quienes enfrentaron la dificultad de darle un lugar especial a cada pieza, incluidas las fotografías de políticos como John F. Kennedy y Mao Tse Tung o estrellas como Marilyn Monroe, Elizabeth Taylor, James Dean, Elvis Presley y diversos autorretratos del artista, además de portadas de revistas.
¿A qué pieza deberá ponerse especial atención? Es posible que salte esa pregunta. A todas. Esa sería la respuesta. Los detalles son esenciales en este creador, un joven gay que llegó a buscar el éxito a Nueva York y terminó por definirlo.
En detalle:
Qué: “Andy Warhol – From A to B and Back Again” (“Andy Warhol – De la A a la B y viceversa”)
Cuándo: Del 12 de noviembre de 2018 al 31 de marzo de 2019
Dónde: Museo Whitney de Arte Americano, 99 Gansevoort Street, New York, NY, 10014
Costo: $25 adultos, $18 adultos mayores y estudiantes, menores de 18 años entran gratis