Indígenas mexicanos impulsan su caravana: “tampoco tenemos casa ni alimento”

Comunidades tzeltales y tzolziles en Chiapas resienten la atención que reciben los migrantes centroamericanos

La caravana migrante camino a Tepanapepec desde Arriaga, Chiapas.

La caravana migrante camino a Tepanapepec desde Arriaga, Chiapas. Crédito: Gardenia Mendoza | La Opinión

MEXICO – Tzeltales y tzolziles de los poblados de Ocosingo, Shulvó y Ejido Puebla, en el fronterizo estado de Chiapas, tienen algo en común además de ser de las mismas etnias: todos fueron expulsados de sus comunidades por otros de su misma sangre debido a la intolerancia, ya sea política, religiosa o social desde el 2009 y posteriores.

Poco a poco sumaron así a casi 400 indígenas desplazados que en las últimas horas organizaron una marcha desde San Cristóbal, camino a Tuxtla Gutiérrez, donde pretenden llegar este miércoles, con la misma estrategia de los centroamericanos: una caravana.

La Caravana “Pies Cansados” busca poner el foco en su problema tal y como lo han hecho los migrantes en últimos tiempos: niños y mujeres por delante.

“Buscamos solución. Los migrantes son más atendidos, les dan espacio, alimento y nosotros los mexicanos no hemos tenido ninguna atención del gobierno de Manuel Velasco Coello (gobernador del estado de Chiapas). Queremos que nos regresen a nuestro lugar de origen”, dijo a la prensa local Armando Mendoza, vocero desplazado del ejido Cintalapa, municipio de Ocosingo.

Los indígenas denuncian que no tienen donde vivir, ni dónde sembrar. Ni siquiera dónde elegir a las autoridades; el gobierno estatal, por su parte, ha preferido subsidiarlos con algunos apoyos que se suspenden y se reactivan intermitentemente, según denuncian.

Por ello se instalarán en un plantón de protesta por “el incumplimiento de acuerdos” por parte del Gobierno de Chiapas para que los regrese a sus lugares de origen. “Dónde queda la obligación de gobierno, nuestros niños no reciben alimentación, educación, servicio médico”, preguntó Mendoza.

Entre los desplazados por simpatizar con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional que lucha por la autonomía de los pueblos indígenas se encuentran 107 personas de diversas comunidades de Ocosingo expulsados entre 2009 y 2015.

En el caso de los desplazados de Chenalhó suman más de 200 cuyos familiares adultos no dieron su voto al Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y por oponerse a la alcaldesa Rosa Pérez, según la Coordinadora de Personas Desplazadas del Estado de Chiapas, una organización que aglutina las víctimas.

El gobierno chiapaneco ha respondido en diversas ocasiones a las acusaciones a través de la Secretaría de Gobierno encabezada por Carlos Culebro, quien sostiene que la atención a los indígenas ha sido acorde a la Ley para la Prevención y Atención del Desplazamiento Interno que da vivienda provisional, comida, salud y educación a los afectados por problemas en sus comunidades.

“No ha sido suficiente”, revira el vocero. “Queremos regresar a nuestros pueblos”

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